miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 8, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 8"


-Primera Jornada VIII-


Existe mucha confusión respecto a la naturaleza de Dios, ¿Qué es o Quién es Dios?. Desde generaciones los seres humanos hemos denominado como dioses a las más diversas jerarquías de arcontes, desde las incomprensibles leyes de la Naturaleza hasta algunas de sus más diminutas criaturas.


Del mismo modo, muchas religiones han denominado como Dios al creador de las cosas, incluidos los cuerpos humanos. Esto es, como poco, un error dado que el Espíritu que cabalga los cuerpos es sempiterno; es decir, sin un comienzo y sin algún final; dado que la eternidad es consustancial a todos los espíritus, incluidos los humanos.


El Demiurgo, el Creador de todo, no cabe la menor duda, es una emanación del Eón Sophía y ésta, del mismo modo, es parte del Pleroma, no teniendo recuerdo o consciencia de haber nacido o emanado de algún otro sitio. Por lo tanto, el Demiurgo, de cuyo Espíritu, toda la Humanidad es depositaria, aún siendo de naturaleza divina, no podría denominarse como Dios, al menos como el verdadero Dios Supremo, dado que solo al Pleroma le correspondería ese calificativo, aunque para diferenciarlo de las criaturas que lo componemos era más conocido, por los cristianos gnósticos, como el Pleroma, la Plenitud.


Dios, en el sentido del que estamos hablando, se encuentra infinitamente por encima de cualquier jerarquía, dado que ya sean espíritus elementales, leyes de la Naturaleza, dinastías divinas o demoníacas, se encuentran más cerca de nuestro Mundo que del Incognoscible.


El Demiurgo es copartícipe de la esencia de su Madre Sophía, dado que emanó de ella y en tanto que toda la Creación de las cosas, salvo los espíritus preexistentes, son las hijas del Demiurgo y, por lo tanto, nietas de Sofía; pero, en realidad, toda la Naturaleza, en tanto que posee espíritu, es hija de Sophía; en tanto que está conformada por ella misma en su manifestación material. Por lo tanto, el Demiurgo, a nivel espiritual, es más bien nuestro Hermano que nuestro Padre, pues esa dignidad solo le corresponde al Pleroma como origen primigenio de todo. 


Sophía, podríamos denominarla, de forma equivocada, como hija del Pleroma; pero dado que los eones, al contrario de lo que indica la Tradición, no han emanado del Pleroma, sino que conforman al Pleroma, es parte del Pleroma, también podríamos denominarla como nuestra Madre Celestial y así es como la denomina Christian Rosentkreutz.


Por lo tanto, tenemos que el Dios Padre Cristiano sería el Propio Pleroma, el Espíritu Santo, representado por una paloma, sería Sophía, la Madre del Demiurgo (el Dios creador) y el Hijo no sería otro que el propio Demiurgo (Christos en su Plenitud), creador del Universo; pero dado que su esencia divina vive, fraccionada, en todos y cada uno de nosotros es que se dice que "Todos somos hermanos en Cristo", pues cada uno de nosotros posee una diminuta chispa de espíritu que originalmente, todas unidas, conformaban al Demiurgo.


Por otro lado, es un error muy común confundir a "Cristo" con el Demiurgo, pues a pesar de poseer un origen común se trata de cosas muy distintas, dado que el Demiurgo se sacrificó para dar vida a su Criatura, el Universo, y Cristo son las partículas espirituales, individualizadas, en las que se tuvo que dividir para que el Mundo que conocemos pudiera existir. 


En ese sentido, solo en ese, Nietzsche no andaba descamisado cuando dijo que "Dios" había muerto, pues el Demiurgo, salvo su reflejo simbólico en nuestras Bodas en la forma de Christos, como Hijo de Sophía en el Microcosmos a los que pertenecen todos nuestros personajes, ya no existe más en el Plano Material; pero sí en el Espiritual dado que en él no existe distinción personal o temporal. Él se encuentra en todos y cada uno de nosotros. 


En el día de los tiempos, finales cuando Cristo se reunifique en uno ya no será, de nuevo el Demiurgo; sino que será conocido por el Nombre que los cabalistas le han dado "Adam Kadmón", el Hombre Cósmico o Celeste 


*


"La mujer anciana se sentó junto a su hijo en un lugar apropiado para ello y dio orden de que se contará a los liberados. Cuando supo la cifra, lo anotó en una tablilla de oro y, a continuación, preguntó nuestros nombres, que también fueron anotados por un criado. Después nos miró, suspiró y dijo a su hijo algo que oí muy bien: "¡Ay!, me compadezco de los presos de la torre, ojalá Dios me de permiso para liberarlos a todos". A lo que el hijo respondió: "¡Oh madre!, es la voluntad de Dios y no podemos desobedecerle. Si todos fuéramos nobles y ricos, ¿quien serviría la mesa?". Su madre no respondió nada.


Luego dio la orden de que nos quitaran las cadenas, lo que hicieron con rapidez, pero yo fui de los últimos. Al ver como se comportaban los demás, tuve el impulso de inclinarme ante la anciana, pues Dios, a través de ella, me había concedido la gracia de sacarme de la oscuridad y llevarme a la luz. Los demás siguieron mi ejemplo, y la mujer también se inclinó.


Cada uno de nosotros recibió una medalla de oro; en una de sus caras se veía un sol naciente y, en la otra, si no recuerdo mál, las letras Dis.


Cuando ya nos despedimos, se nos exhortó a servir al prójimo en nombre de Dios y a su mayor gloria, y a guardar en secreto lo que habíamos visto y oído. Así lo prometimos y nos separamos."


*


Sophía pasa lista a los liberados. En este caso no se reflejan cifras ni nombres, lo que nos indica el amor maternal de Sophía hacia sus criaturas para que ninguna se pierda. Sus nombres se graban en una plancha de oro, dado que están llamadas a adquirir o recuperar la divinidad que representa el oro.


Aún siendo el Eón Sophía la encarnación de la Sabiduría siempre ha pecado de una muy humana ingenuidad. Ella hizo nacer al Demiurgo para experimentar el nacimiento de las ideas, cosa que ella, como innata, jamás pudo conocer, sin pensar en las terribles consecuencias que pudiera suponer su mortal curiosidad. 


Aún, ya perdonada Sophía por el Consejo Celestial del Pleroma, se la obligó a que su Hijo el Demiurgo se sacrificase como pago por el error cometido. 


Si, por Sophía fuese, todos los egos prisioneros serían liberados, dado que su sufrimiento es consecuencia de su curiosidad primordial y de los actos del Demiurgo, que también son los suyos; pero solo es un vago deseo imposible pues conoce, del mismo modo que todos los otros eones del Pleroma, que todo tiene su precio y que hay que pagarlo. 


El caos y la anarquía, en sentido peyorativo, son algo que no tiene cabida en la Mente Universal de Dios. Es también por dicha causa que nuestro Universo se encuentra encapsulado en una burbuja espacio temporal para aislarlo del resto del Cuerpo del Pleroma, con el fin de evitar cualquier tipo de contaminación.


Por lo tanto, el proceso de liberación, iniciación y cristificación de los eones debe de seguir un proceso preciso y sistemático que no se puede obviar. Es por ello que, su propio Hijo, el Christos, recuerda a su Madre que hacer trampas lo tienen prohibido por el verdadero Dios, el Padre, el Incognoscible Pleroma representado por el supracósmico Consejo Celestial y al que la propia Sophía perteneciera antes de la Caída.


 "Si todos fuéramos nobles y ricos ¿quien serviría la mesa?", Pudiera parecer, en pleno Siglo XXI, una sentencia anacrónica; pero debemos de entender su simbolismo profundo. En una Construcción, haciendo una rápida analogía, todos los componentes son, no ya necesarios, sino imprescindibles para que una edificación no se derrumbe. Por lo tanto, aún existiendo distinción entre la cimentación, las paredes o el tejado, ninguna de las partes es más importante que las otras y todas son igualmente necesarias para que la edificación pudiera existir. Dicho de otro modo, para que éste Mundo pueda seguir existiendo como sanatorio clínico de reconstrucción del Alma, es imprescindible el que tengan que seguir existiendo prisioneros en el Astral de la Torre y que se encuentra íntimamente ligado al Microcosmos.


Es en este instante donde los liberados son despojados de las cadenas del Astral para que puedan subir al siguiente paso y comenzar su proceso de Iniciación. Pudiera parecer extraño que la Dama se inclinara ante la inclinación educada de los egos; pero debemos de entender que Sophía agradece su gesto cuando ella conoce que es la responsable del galimatías que dió origen a esos egregores espirituales que son apátridas y que no tienen mayor futuro que aquel que pueden ganar con su humildad y que pudiera serles concedido por su Señor, el verdadero Ser Espiritual. Aunque solo puede quedar un solo ego, debemos de matizar que nada se pierde pues el ego que quede hereda todo lo que fuera de los otros egos, tanto en recuerdos como en consciencia y, por lo tanto, nada se perderá.


La medalla que reciben posee por un lado la Imagen típica de la Divinidad principal, el Sol naciente y por el otro las letras "Dís", que es como se denominaba al Dios del Inframundo antes de que se le diera los nombres de Hades primero por los griegos y después de Plutón por los romanos. 


Toda moneda posee su reverso y tan Dios es el de la Luz como el de la Sombra. Ahora los egos comparten el significado de lo que significa la dualidad dentro de la dialéctica del Mundo. El Bien y el Mal, la Luz y la Oscuridad, lo Blanco y lo Negro…, son todo partes inseparables de una misma unidad inseparable.


Los egos que conforman la Personalidad no están diseñados para ser egoístas y vivir para sí sin tener en cuenta a los demás. 


Es por ello que se les exhorta que olviden su vida anterior y, a partir de ahora, laboren para servir a sus prójimos, porque trabajar para los otros es laborar para nosotros y servir a Dios, a Cristo el Señor y que mora en todos los corazones; en realidad, para ser exactos, en lo profundo de nuestra estructura atómica, porque el ego no se diseñó para que disfrutara de su labor sino para servir, con su trabajo, al espíritu director de su Personalidad y, en ese sentido, cada ego vendría a ser como cada caballo de los muchos que tendría un carruaje de cierta envergadura. 


El conjunto de ellos sería la cuadriga a semejanza de lo que, en nosotros, conocemos como Personalidad.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C