miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 21, Tercer grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 21"


-Tercera Jornada III-


Uno se encuentra, en cada momento, donde tiene que estar. La Personalidad, en su ignorancia, es extraordinariamente sobreprotectora y confunde la verdadera Fe con la mera Creencia. 


En ocasiones, la Personalidad nos recuerda a ese amigo bravucón que todos hemos tenido, en algún momento de nuestras vidas. Sí, ese que está continuamente echándose flores, que es el mejor de todos,  en todo y siempre está ofreciendo sus consejos; pero que cuando realmente lo hemos necesitado, nos ha dejado tirado como una colilla.


La Personalidad es como una máquina de hacer ruído, mucho ruído. Como un torbellino nos lleva de acá para allá buscando en todas partes; pero sin profundizar en el propio acto de la búsqueda. Así, con el paso del tiempo, nos convierte en aprendiz de todo y en Maestro de nada. 


Debemos de tener en cuenta que si en éste Mundo hay algo que una Personalidad inmadura no entiende, eso es la Sabiduría. Hablar de Personalidad y de Sabiduría son cosas contrapuestas. Solo puede ser Sabio, de verdad, aquel que ha nacido de nuevo, del Agua y del Espíritu y que, por lo tanto, ha trascendido su Personalidad.


La Personalidad en su engreimiento nos dice lo que debemos y no debemos de hacer con quiénes debemos o no de estar, a dónde tenemos o no que dirigirnos. Está constántemente dándonos órdenes contraproducentes aunque, como se suele decir, de buena Fé.


Algunos dicen ser tus amigos; pero están a tu lado de forma egoísta, intentando sacar algo de provecho; pero, en realidad, ni te tienen Fe ni te tienen un verdadero Respeto, en cuanto que esa supuesta amistad solo se muestra en privado, mientras que, públicamente, desean que no se les relacione contigo, se avergüenzan de que se los vea a tu lado.


He conocido demasiados estudiantes rosacruces que se avergüenzan de mostrarse, en público, como estudiantes de la Sabiduría Rosacruz. No sé, nunca te dicen; pero pareciera que tienen miedo de su familia, de sus jefes, amigos o compañeros de Trabajo; es decir, mantienen una búsqueda privada y en la que, en verdad, no creen. De alguna manera, eso se muestra en ese Quizá permanente, porque si no existiera ese Quizá, no nos avergonzaríamos de mostrar al Mundo el que, en cada momento nos encontremos donde debemos de estar y junto con quién tenemos que estar.


La Vida, para todo el Mundo es la Escuela Rosacruz, aunque cada persona lo llame de un modo distinto o simplemente ni siquiera lo llame de algún modo. Todos, absolutamente todos, estamos implicados en esa búsqueda de la Verdad y no, nunca debemos de avergonzarnos de ello y, si lo hacemos, lo mejor que podemos hacer es salirnos de donde estemos porque ni ese Lugar es para nosotros ni nosotros pertenecemos a dicha ubicación.


Cualquier persona, medianamente inteligente, se da cuenta de cuándo es querida o no y, en el segundo caso, uno se debe de retirar, tanto para no molestar como para no perder su valioso tiempo. Así, por regla general, los genuinos estudiantes rosacruces terminan siendo gente muy solitaria y con pocos amigos. El verdadero Buscador desea, a su lado, compañeros de viaje en los que poder confiar, no lastre que solo va a complicar más los problemas de cada día. 


Ese lastre está constituido por las falsas amistades que están contigo para ver si pueden sacar, de tí, alguna información de relevancia; pero cuando comprenden que tú no tienes lo que ellos buscan y necesitan ¿Cómo podrías tenerlo?, primero te pierden el respeto y después te convierten en el objetivo de sus chismes e intrigas, con la intención de desprestigiarte para así, intentar cubrir su natural frustración. Decimos natural, porque ese conocimiento que buscan no lo tenemos ni tu ni yo, lo tienen ellos; pero deben de rebuscar dentro de sus bolsillos y no urgar en los nuestros. ¿Tan difícil es de entender?


Ahora tú que te considerabas tan amigo mío, entenderás por qué te dejé de lado. Lo hice porque te avergonzabas de mi compañía, me perdiste el respeto y te convertiste, tú, en nuestro peor enemigo y, la verdad, teniendo amigos así ¿quien desea enemigos?, Tierra de por medio y como dice el Refrán, "Cada uno en su Casa y Dios en la de todos".


No estamos aquí para cargarnos de lastre innecesario, ni siquiera para hacer amigos, sino para servir, en lo posible, a acabar con ésta Falsa Realidad que es nuestra Prisión del Alma, salir de ella y regresar a nuestro verdadero Hogar Celeste y ese Trabajo, debemos de realizarlo, cada uno, de forma individual aunque al final tengamos que salir de aquí todos al unísono. 


Eso no significa el que aquí tengamos que formar rebaños constituidos de numerosos individuos para, supuestamente, aumentar el poder de un Positivo Egrégor. A ver si nos vamos enterando. No existen los egrégores positivos como no existen las santas personalidades. Nadie que no haya "Nacido de Nuevo", en el Señor Cristo, puede ser Santo.


No obstante, sí que es importante que todos compartamos los resultados de nuestras búsquedas individuales con el fin de aumentar la luz que nos muestre el verdadero sendero a seguir. 


No, no deseo coleccionar amistades y por eso estoy solo, porque hasta ahora esos que se te juntan como lapas no han sido más que puro lastre y que solo han servido para desestabilizarte emocionalmente y, ahora, tú, vuelve a pedirme que quedemos para tomar un café, verás lo que te voy a decir. 


Pregúntate ¿qué es lo que estás buscando, qué quieres, cual es tu deseo?. Bien eso que buscas, quieres y deseas no lo tengo Yo, a ver si te va quedando claro. Lo tienes tú, siempre lo tuviste tú contigo. Yo no soy ni tu Maestro ni el de nadie. No me busques porque me puedes encontrar y, luego, de forma invariable llega tu decepción y el, supuesto, Maestro termina convirtiéndose en la diana de tus infundados rencores.


*


De nuevo sonaron las trompetas que, como ya sabíamos, anunciaban la llegada de la virgen. Nos levantamos para recibirla y ella apareció sobre su trono detrás de dos pajes; uno de ellos portaba una copa dorada y, el otro, un pergamino. A continuación se levantó del trono, cogió la copa dorada y nos la entregó para que nos la pasáramos entre nosotros en honor al Rey. La copa tenía una tapa en la que aparecía grabada con gran delicadeza una Fortuna; en una mano llevaba una bandera roja. Bebí de ella, pero me asaltó una tristeza asociada a mi mala suerte.


La virgen también llevaba puesto el Vellocino de Oro con el León, así que pensé que ella podía ser alguien principal de la Orden. Le preguntamos cómo se llamaba la Orden y nos contestó que no nos lo diría hasta que no concluyera el Juicio y se ejecutaran las sentencias, pues, si bien nosotros estábamos dichosos por lo que nos ocurría, aunque no era nada comparado con lo que nos esperaba, para ellos todo era motivo de desagrado y escándalo.


Después cogió el pergamino de las manos del segundo paje. La escritura estaba dividida en dos partes. Leyó la primera parte dirigida al primer grupo de cautivos. Decía que debían confesar que habían creído las enseñanzas engañosas de libros falsos; que habían considerado tener más méritos de los que sabían que tenían y que, por ello, se presentaron en el palacio sin haber sido invitados; que suponían que allí iban a llevar una vida de lujos y que, por si esto fuera poco, se habían invitado mutuamente para su mayor vergüenza, y por todo ello, merecían un fuerte castigo. Todos lo reconocieron humildemente.


A continuación, llegó un discurso aún más duro para los presos del segundo grupo. Estos estaban condenados por haber sido los autores de los falsos libros que engañaban y despreciaban la realidad a los ojos de los demás. Sabían de los engaños y falacias que utilizaban; ni siquiera respetaban la "Trinidad Divina", sino que, al contrario, se servían de ella para mentir a todo el mundo. Sus maniobras para engañar a los verdaderos invitados habían sido descubiertas y todos sabían que se regodeaban en la lujuria, la embriaguez y en el resto de vicios inadmisibles en el Reino. En resumen, eran los que envilecieron el buen nombre de Su Majestad. Estos delincuentes, mentirosos y canallas merecían ser apartados de la gente honrada y debían prepararse para el castigo correspondiente.


Pero no estaban dispuestos a admitirlo. Pero, como la virgen los amenazaba con la muerte y los del primer grupo los acusaban de haberlos engañado, terminaron por confesar sus delitos ante el miedo a males mayores.


Alegaron en su defensa que no era justo que se los tratara con dureza, pues también ellos habían sido seducidos con promesas vanas por otros que les pidieron ayuda para entrar en el palacio, y por eso utilizaban mil argucias para alcanzar su propósito. Decían, pues, que no eran peores que los grandes señores que tampoco triunfaron. Explicaron también que, si hubiesen podido entrar de otro modo, no habrían escalado los muros con ellos a cambio de una modesta recompensa. También argumentaron que la edición de algunos libros había conseguido tal éxito que se creyeron con el derecho de obtener beneficios, pues ellos también estaban necesitados. Así pues, solicitaban ser tratados de forma equitativa y que su causa se examinará con atención, ya que consideraban que ellos solo habían sido servidores de los grandes señores.


A esto se les respondió que su Majestad los castigaría a todos, aunque, ciertamente, no con la misma severidad, ya que lo que aducían era cierto. También se les dijo que los señores no escaparían al castigo. 


Aquellos que actuaron por propia iniciativa, corrompieron a otros y manejaron a personas ignorantes en contra de su voluntad, serían condenados a muerte. La misma suerte correrían los que habían manchado el buen nombre de Su Majestad con las mentiras que habían escrito en sus libros.


Ellos respondieron con súplicas, lamentos, ruegos y lágrimas, pero no les sirvió de nada. Me sorprendí al ver que la virgen no se conmovía, mientras que nosotros no podíamos contener nuestra pena, aunque consideráramos que muchos nos habían causado gran sufrimiento. La virgen, impasible, mandó a un paje en busca de los soldados que estaban junto a la balanza. Se les dio la orden de que cada uno acompañase a su prisionero hasta el jardín. Para mi sorpresa, ninguno de ellos se mostró dubitativo al momento de reconocer al suyo. A mis compañeros y a mí se nos permitió salir al jardín y presenciar la ejecución de la sentencia.


Cuando abandonaron la sala, la virgen bajó de su trono y nos invitó a sentarnos en los peldaños. Lo dejamos todo encima de la mesa, salvo la copa que la virgen puso en manos del paje. Luego, el trono se elevó suavemente, se desplazó por el aire y salió fuera. El jardín no tenía ninguna característica especial; los árboles estaban distribuidos en perfecta armonía y un manantial brotaba de una fuente adornada con signos y símbolos. Si Dios lo permite, en un próximo libro hablaré de esta fuente.


En el jardín se levantaba un anfiteatro admirablemente decorado con cuatro gradas. La primera, de un lujo excepcional, estaba cubierta por una cortina blanca que no nos permitió saber si había alguien detrás; la segunda estaba descubierta y vacía; la tercera y cuarta también estaban tapadas por cortinas de color rojo y azul, respectivamente.


Cuando llegamos a este lugar, la virgen hizo una reverencia tan profunda que nos impresionó, y la interpretamos como señal de que el Rey y la Reina estaban muy cerca, así que la imitamos. La virgen nos condujo hasta la segunda grada, donde se reservó el primer lugar.


Me cuesta contar las atenciones que conmigo tenía el emperador que liberé, pues bien sabía de las penas y tormentos que le aguardaban, mientras que ahora, gracias a mí, se veía a salvo y entre sus pares."


*


Es importante mencionar la importancia que tiene la Mujer en la Rosacruz y que bien se representa por la fortaleza y vigor de las vírgenes que aparecen en las Bodas Químicas, siendo ellas la encargadas de proceder en las etapas más relevantes de la Iniciación, así como de tomar las más crudas decisiones y hacer cumplir los juicios más difíciles, y  todo ello sin inmutarse. Eso nos hace pensar, no de la importancia que tiene ya, la Mujer en la Rosacruz, sino de la aún mayor que debería de tener, ocupando los principales cargos de poder en sus respectivas instituciones, no estando por encima de ellas más que Su Majestad el Rey, Cristo nuestro Señor. 


Quizá, dentro del Protestantismo, no llegó a cuajar la Rosacruz debido a esa preponderancia que, desde su origen, concedió a la Mujer como Alma del Mundo. Es por esta causa que, a nosotros, no nos resultan legítimas las instituciones rosicrucianas y en donde las mujeres no tienen cabida. Estoy pensando, básicamente, en los grados y órdenes colaterales de la Masonería Regular y donde la Mujer siempre ha sido rechazada 


La Copa de Oro con su imagen de la Fortuna y su bandera roja, al beberla, produce en Rosentkreutz una gran tristeza al recordar su mala fortuna por haber caído en desgracia en ésta prisión temporal. No conocemos el contenido de la copa, aunque podría estar encriptado su contenido en la bandera roja que porta la Fortuna grabada. Esa copa no contiene, cómo podría pensarse, la sangre de Jesús crucificado en la cruz, sino los recuerdos de nuestra Vida en el Pleroma. 


El tener un pequeño atisbo de esa lejana memoria, gracias a la ingestión de vino, podría provocar una triste añoranza que, sinuosamente, nos recordara nuestra resplandeciente vida anterior comparada con la tristeza gris y claroscura de la Realidad actual.


A continuación sigue el juicio a los prisioneros que no tuvieron la fortuna de pasar la prueba de la divina balanza de oro.


Aquí nos encontramos tres tipos de personas, cada grupo con, cada vez, mayor responsabilidad del delito cometido; pero ¿Cual es ese delito?: La tergiversación del contenido de las escrituras con el fin de sacar provecho de la Simonía; dicho de otro modo, para que se nos entienda, manipular las enseñanzas divinas con el fin de sacarles un beneficio económico. 


No, no solo es el pasaje bíblico donde se dice "dad de balde aquello que recibísteis de balde"; las bodas químicas son tasativas, en éste sentido y, sin embargo, muchos han sido, y son los grupos que se han constituido, alrededor de la simbología rosacruz, para sacar beneficios monetarios y, lo que es peor, vivir de ello. ¡Vergüenza os debía de dar, desgraciados!


Al igual que Adán culpando a Eva por haberle entregado el fruto prohibido y, del mismo modo, Eva a la Serpiente por haberla seducida para tomar el fruto del árbol del Bien y del Mal, así, aquí también tenemos tres grupos que se excusan, de forma escalonada, por haber sido engañados por un grupo anterior.


El primero de ellos se excusa en que se les habían entregado unos libros falsos; es decir, información desvirtuada y manipulada, donde se modifica la sagrada trinidad del Cristianismo Original para convertirla a conveniencia de los intereses de los propios redactores. 


Estos, en verdad, tienen culpa aunque fueran engañados, en tanto que no utilizaron el discernimiento para poder determinar que esas enseñanzas no eran sujetas a razón; pero bueno, dado que les podría provocar beneficios materiales, tampoco se ocuparon en escudriñar para determinar la mentira. Nadie se deja engañar si no quiere ser engañado.


El segundo Grupo posee una mayor responsabilidad, dado que fueron los responsables de falsificar las sagradas escrituras y vendérsela al Grupo anterior como moneda de cambio para enriquecerse y adquirir cierta notoriedad social. Bien, aquí no existe la simple hipocresía sino también un cinismo descomunal, pues el amaño de la información, ya no se puede deber a la ignorancia o a que uno sea imbécil de nacimiento, sino que se ha realizado de forma consciente con la actitud deliberada de engañar, timar, estafar.


El tercer Grupo corresponde a los verdaderamente responsables de todo este desaguisado y que, no nos cabe duda, serán condenados a morir para siempre y a desaparecer de la memoria de la Naturaleza. 


Recordad que todo este Teatro se produce en el interior del campo Aúrico del Microcósmos del Ser Humano y que todos sus protagonistas son los egos que conforman una Jerarquía conocida como Personalidad.


Estos señores están íntimamente relacionados con las fuerzas arcónticas, cuyos heraldos inducen la tentación en los egos ignorantes para trepar hasta lo más alto de la cúspide de la pirámide con la intención de ser elegidos, en su momento, para ocupar un liderazgo que en realidad no merecen.


Esos egrégores inducidos por los arcontes, son completamente corruptos y no trabajan ni para el Ser Humano ni para la Humanidad. En realidad vienen trabajando para el Enemigo, las huestes arcónticas que no desean que la Humanidad despierte a la Verdad de su cautiverio. 


Es por ello que estos Señores, emparentados con los arcontes, deben de ser eliminados; es decir, condenados a morir para siempre.


Eso no quita para que los otros grupos no carguen con sus castigos, directamente relacionados con su nivel de responsabilidad y consciencia utilizada en el Delito. Nadie es timado o víctima de fraude si no se está condicionado para ser estafado, salvo que sea idiota y, es en ese sentido, que el nivel de ignorancia también puede ser un atenuante a la hora de dictarse una sentencia condenatoria.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C