"Las Bodas Químicas 22"
-Tercera Jornada IV-
Los rosacruces, la Rosacruz y el nombre rosacruz o, ¿del por qué los grandes transmisores de la "Pansohía Rosacruz", como Comenius y Steiner se desvincularon, en su día, del nombre "Rosacruz"?
Estos dos personajes, Joan Amos Comenius y Rudolph Steiner, aún estando muy separados, en el tiempo, poseen algunas cosas importantes en común. Según nuestro humilde criterio, ambos fueron rosacruces y, sin embargo, ninguno de los dos trabajaron amparados por el nombre y los emblemas rosacruces.
A estas alturas, nuestros lectores ya conocen que Comenius y Andreae fueron amigos. El primero seis años menor y Discípulo del Segundo. Bien, a pesar de ser el Heredero, confirmado, del escritor de las Bodas Químicas, Comenius apenas si se refirió, en su Obra, a los rosacruces, salvo unos pocos párrafos en una Obra de Juventud, "El Laberinto del Mundo y el Paraíso del Corazón"; no obstante, dicho lo cual, toda su extensa Obra en la que se basa la pedagogía moderna, está cargada de inspiración procedente de los manuscritos rosacruces.
Podemos decir, por lo tanto, que la Rosacruz, sin ser mencionada por Comenius, está implícita en el conjunto de la Obra del creador de la Pedagogía. ¿Por qué no mencionó a la Rosacruz más de lo expuesto?, es un misterio que desvelaremos unos párrafos más abajo, ni después de haber hablado sobre Rudolph Steiner.
Unos pocos siglos después, surgiría el Maestro Rosacruz Rudolph Steiner, quien siendo Presidente, en Alemania, de la Sociedad Teosófica dió algunas interesantes conferencias acerca de la Rosacruz y de los secretos rosacruces. Todo ello sucedió antes de que abandonara la Sociedad Teosófica, debido a discrepancias con Annie Besant y Leadbeeter, quienes, por entonces, dirigían la Sociedad tras el fallecimiento de Blavatsky, su fundadora. Tras fundar su Sociedad Antroposófica, Steiner continuó con su Trabajo Rosacruz; pero sin mencionar, nunca más, ni a la Rosacruz ni a los rosacruces. Todo un aparente misterio.
Tanto a Comenius como a Steiner les tocó sufrir sendas guerras y el surgimiento de sectas y charlatanes, de todo pelaje, que utilizaron el majestuoso nombre de la Rosacruz y su sublime simbología para ocultar espúreos intereses y montar sus chiringuitos iniciáticos.
Si tanto Comenius como Steiner hubiesen utilizado el nombre de Rosacruz, sus respectivos trabajos hubiesen sido ensombrecidos y eclipsados por el maremágnum de charlatanería rosicruciana.
En la época de Comenius, los pasquines, panfletos y ludibriums acerca de la Rosacruz eran permanentes, tanto en sentido favorable, por parte de los seguidores de la Invisible Fraternidad, como negativo por parte de sus detractores.
Ese caldo de cultivo, en el que la Rosacruz aparecía como algo mágico, incluso diabólico, para algunos, no parecía el panorama más adecuado para que Comenius predicara su Pedagogía Pansóphica bajo el ensuciado paraguas de la Rosacruz.
Durante el Servicio Esotérico de Rudolph Steiner, en Europa, sucedería otro tanto de lo mismo; pero no supeditado, solo, a la publicación de obras de carácter fantasioso y mágico, sino también al surgimiento, como las setas, de múltiples sociedades rosicrucianas, tanto en Europa como en América, algunas con trabajos extraordinariamente similares al suyo propio.
Ante esa situación caótica tanto de denominaciones como de símbolos, creemos que Steiner consideró, del mismo modo que Comenius, mantener su Obra Pansóphica Rosacruz bajo el paraguas de una nueva denominación, no contaminada de superchería ni intereses económicos, y a la que denominaría como "Sociedad Antroposóphica" y que, como tal Organización, ha llegado hasta nuestros días.
En esa tesitura nos encontramos en pleno Siglo XXI, y en el cual no dejan de aparecer nuevos chiringuitos alimenticios usurpando el Sagrado nombre de La Rosacruz y, entonces, con toda la razón del mundo ustedes se preguntarán, Aralba y Usted ¿qué pinta en todo esto?; pues sí, reconozco, ante nuestro lectores, nuestra Hispana Quijotada.
Quizá pueda parecer que me meto en donde no me llaman, podría estarme quietecito y que las cosas sigan su habitual curso en la Historia; pero no cuentan con la decisión de nuestro Maestro Interior, el cual ha impuesto éste ingrato trabajo, a nosotros, su Discípulo Amado.
Sabemos que somos David contra Goliat, una tacita de agua frente a todo un Océano y a sabiendas de que nuestra labor, de tantos años, pueda no llegar a ninguna parte; pero es nuestro Deber, nuestra Obligación Impuesta, el denunciar ésta ya longeva situación e "intentar" restaurar el Honor y reputación de la verdadera, original y única Fraternidad de la Rosacruz, la Invisible, la del Templo del Santo Espíritu, la que no requiere de templos físicos ni de miembros de carne y hueso y donde todos los espíritus llamados puedan congregarse en Espíritu y en Verdad, en torno a una única Realidad, la de Cristo y la restitución de la Humanidad a su original y divina condición.
*
Entonces apareció la primera virgen que me había entregado la invitación y a la que no había vuelto a ver. Tocó la trompeta y, en voz alta, inició el siguiente discurso.
"El deseo de Su Majestad, mi Señor, era que todos los invitados aquí presentes reunieran las cualidades requeridas para asistir a las bodas. Pero Dios lo ha querido de otra manera, y Su Majestad ha procedido conforme a las antiguas costumbres del Reino, independientemente de sus deseos. Ha llegado hasta aquí junto a los consejeros y dignatarios del reino para mostrar su clemencia al mundo y mitigar en lo posible la gravedad de las sentencias. Así, en primer lugar, desea que los señores no solo salven la vida, sino que además puedan salir libres. Su Majestad les pide que se resignen por no poder asistir a la boda y que reflexionen sobre el hecho de que, de no ser así, Dios les habría confiado una carga demasiado pesada de llevar, pues requiere sumisión, y sobre todo la certeza de que Dios actúa según leyes incomprensibles para el hombre"
Continuó diciendo que su buen nombre no estaría en entredicho por no haber sido aceptados en la Orden, ya que este privilegio se concede a pocos. Además, los que les habían engañado, no quedarían sin castigo. Por otra parte, Su Majestad, les entregaría en breve un Catálogo de herejes y un "Index exporgatorium" (purgatorio o Índice de excluidos) para que pudieran distinguir entre lo verdadero y lo falso. Además, Su Majestad tenía la intención de ordenar su biblioteca, y se disponía a mandar los libros engañosos al reino de Vulcano y, para ello, les pedía su amable ayuda. También les recomendaba que a partir de ese momento gobernasen a sus súbditos alejados del mal y de lo impuro. Les pedía que se abstuvieran de hacer ningún intento por volver, para que su excusa de haber sido engañados no se considerase falsa y no se vieran sometidos a nuevas burlas. Finalmente, les aconsejó que, si los soldados les pedían algo, no se quejasen por ello y no se negaran a entregarles alguna joya o bien que tuvieran a mano. Después, debían despedirse amistosamente de nosotros y regresar junto a los suyos, llevando los mejores deseos de nuestra parte.
El segundo grupo, formado por los que no habían aguantado las pesas, una, tres y cuatro (1+3+4=8), no lo tendrían tan sencillo. Para que se beneficiarán de la clemencia de Su Majestad, primero tenían que ser desnudados e inmediatamente, despedidos.
Los que habían sido más ligeros que las pesas dos y cinco (2+5=7), serían marcados con diferentes estigmas, según cada caso.
Los elevados por las pesas dos y siete (2+7=9) recibirían un castigo menos severo.
Y así, según las distintas combinaciones, cada cual recibía su pena.
Los que habían renunciado por la humildad a la prueba quedaron libres y sin castigo.
Por último, los malvados que no habían aguantado una sola pesa, eran condenados a muerte, por la espada, por ahogamiento, por la horca o por el látigo, dependiendo de los delitos. La ejecución de la sentencia se cumpliría inexorablemente y serviría como escarmiento a los demás.
De repente, la virgen rompió su bastón. La segunda virgen, la que había leído la sentencia, tocó una trompeta y se acercó a la cortina blanca haciendo una profunda reverencia.
No puedo dejar de informar al lector sobre una particularidad respecto al número de presos. Los que pesaron "1" pesa fueron (siete, 7); los que pesaron "2", veintiuno (2+1=3); los que pesaron "3", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "4", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "5", veintiuno (2+1=3) y, para los que pesaron "6", (siete, 7). Solo hubo (uno, 1) para las siete "7" pesas: el que yo liberé. Los que habían sido alzados con facilidad eran muy numerosos.
Esto es lo que anoté mientras se iban presentando de uno en uno. Pero había algo muy curioso, y es que todos los que habían dado algún peso lo hicieron de forma diferente. (Ejemplo) Los que habían pesado "3" pesas eran treinta y cinco (3+5=8), pero uno había pesado 1, 2 y 3 (1+2+3=7); otro, 3, 4, 5 (3+4+5=12=1+2=3); un tercero, 5, 6, 7, (5+6+7=18=1+8=9) y así sucesivamente. De tal modo que, milagrosamente, no había dos casos iguales entre los ciento veintiséis (1+2+6=9) que habían dado algún peso. Bien podría dar el nombre de todos, y cada uno con su peso, pero se me ha prohibido revelarlo; espero que este dato, junto a su interpretación, sea divulgado en breve.
Tras la lectura de la sentencia, los señores del primer grupo se sintieron confortados, pues no esperaban un castigo tan leve. Entregaron a los soldados todo lo que les pidieron: joyas, oro, plata, colgantes, en fin, todo lo que llevaban encima.
A los soldados se les había prohibido burlarse de ellos, pero algunos no pudieron contener la risa al ver con qué prisa se iban. Pero antes, algunos habían solicitado el catálogo que les había prometido Su Majestad. Cuando llegaron a la puerta, se les dio a beber "el licor del olvido" para que nadie se sintiera abrumado por el recuerdo de lo allí vivido. A continuación, marcharon los que, aún no habían pasado la prueba, les dejaron pasar sin traba alguna, pues habían sido sinceros y habían admitido su culpa. Se les recomendó que no regresasen nunca más en aquellas condiciones. No obstante se les dijo que, si una intuición o revelación les invitaba a hacerlo, serían bienvenidos."
*
Este pasaje de las Bodas es extraordinariamente importante si consideramos su valor numérico. Dios, en modo alguno está interesado en la pérdida de uno solo de sus hijos; lo que podemos entender cómo sus propias células y aquí comprobamos, comenzando por el final, que hay 126 egos rechazados y que podemos resumir en su suma, el 9. Este número, por Tradición, conocemos que representa al conjunto de la Humanidad y, así, podemos entender que cualquiera que no haya trascendido de lo humano será rechazado, siempre hablando del Microcósmos y lo contenido dentro de su Cuerpo Aural). Aquí, el investigador minucioso y escrupuloso verá que existe una discrepancia numérica, dado que aunque se nos da el número 126, éste no se corresponde con la totalidad de los egos pesados que son 127 y ¿Por qué esto es así?. Nuestro narrador, saca de ésta última cantidad, el Emperador que él decidió liberar y que, como vemos aquí, logró soportar las siete pesas; aunque no debió de resistir, además, algún peso adicional constituido por un indeterminado número de soldados. Así tenemos que ese Uno extra es la representación de la trascendencia de lo Humano, representado por el 9, y ese 1 (ego líder), el Emperador rescatado, por Gracia de Rosenkreutz, ha sido liberado, segregado de los prisioneros, pasará a un siguiente escalón de trascendencia y donde tendrá lugar la auténtica Iniciación.
Por otro lado, ¿en qué consisten las pesas, qué son las pesas?. Según se nos indica son 7 pesas en total. Ya el propio número 7 representa la perfección, dado que es día que Dios toma como día de descanso para sí; pero si sumamos tos los números así: 1+2+3+4+5+6+7=28=2+8=10=1, nos sale el número que representa al Único, a Dios. Esto quiere decir, que esas pesas constituyen la esencia divina, el Éter del Pleroma. El número real de egos, entre los rechazados más el agraciado por nuestro Protagonista, son 127 y cuya suma y reducción da 1+2+7=10=1. Ese 1 que se corresponde con el 1 del Pleroma es lo que es rescatado de éste Universo, el resto regresa a la Naturaleza, sin memoria de lo acontecido, para ser reciclado, transformado y más adelante, llegado el caso, volver a pasar por el proceso de selección del Elegido entre una nueva tanda de llamados.
Dejamos los signos numéricos de lo narrado, con el fin de que los lectores preparados, puedan sacar sus propias conclusiones.
Es importante recalcar que el Emperador (ego líder) rescatado por Rosentkreutz soportó, de forma íntegra las 7 pesas, más aún así, no pasó la prueba, pues no soportó un sobrepeso extra; dicho de otro modo, fue salvado por los pelos, sin desmerecer que fue el único que pudo aguantar, al completo de entre el resto de sus compañeros eliminados, las siete pesas.
Hay un número indeterminado de falsos egos que serán ejecutados por no soportar ni una sola de las pesas y esto ¿qué significa?, que no forman, ni nunca firmaron parte de la Humanidad; es decir no deben de ser incluidos en la contabilidad de ese número 9, pues son ajenos al Ser Humano y por lo tanto, al propio Microcósmos y su Mónada Divina. Por decirlo de una manera suave, son virus egregóricos incluidos en el Microcosmos, durante su formación, por los arcontes. Como entidades, sin alma y ajenos al propio Ser Humano deben de ser eliminados y devueltos a la Naturaleza que es de donde, realmente, proceden.
Por otro lado, para finalizar, se nos indican, de entre los rechazados, los números 8, 7 y 9, cuyos castigos seràn muy diferentes y relacionados, directamente, con sus delitos cometidos. Al parecer, el 8 sería el más crítico y es natural si comprendemos que el 8 es la representación de un ciclo que se repite de un modo indefinido. Es la cinta de moebius del infinito colocada en modo vertical. La condena puede consistir en permanecer en éste Mundo, en un eterno reciclaje, hasta que se produzca el final y esa cinta de la eternidad sea rota.
Los que suman el valor 7, su castigo parece que es bastante menos que el anterior mencionado y, probablemente, por el significado del 7, la Perfección Divina, nos quiera indicar que se les permitirá el seguir aprendiendo para llegado el fin de su preparación, volver a ser llamados para una segunda oportunidad. Cosa que queda bien cara en los últimos renglones de éste Pasaje.
Por último, los que suman el número 9 son los que menos castigo sufrirán, dado que son los que más se han acercado a la perfección. El 9 significa que han cumplido un ciclo completo de perfeccionamiento; pero que aún les falta un tantito para superar éste Plano Material. Con mucha probabilidad, en una Segunda llamada, estos sean los nuevos Christian Rosentkreutz, en cuyas espaldas recaiga el narrar unas nuevas Bodas Químicas.
Los Libros excluidos en el purgatorio mencionado, las escritos fraudulentos y modificados con el propósito de engañar incluso a los elegidos, es la prueba palpable de que, ni siquiera el Sagrado Nombre de la Rosacruz, está libre de ser abordado por los ignorantes piratas de lo ajeno, con el fin de alcanzar algún tipo de poder y beneficios temporales. Por lo tanto, no todo lo que suene, se vea o huela a Rosacruz, es verdadero Cristianismo Rosacruz, el legítimo ideado por el Círculo de Tubinga y transmitido hasta nuestros días por Valentín Andreae, Comenius y otros grandes iniciados como Rudolph Steiner.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C
"Las Bodas Químicas 22"
-Tercera Jornada IV-
Los rosacruces, la Rosacruz y el nombre rosacruz o, ¿del por qué los grandes transmisores de la "Pansohía Rosacruz", como Comenius y Steiner se desvincularon, en su día, del nombre "Rosacruz"?
Estos dos personajes, Joan Amos Comenius y Rudolph Steiner, aún estando muy separados, en el tiempo, poseen algunas cosas importantes en común. Según nuestro humilde criterio, ambos fueron rosacruces y, sin embargo, ninguno de los dos trabajaron amparados por el nombre y los emblemas rosacruces.
A estas alturas, nuestros lectores ya conocen que Comenius y Andreae fueron amigos. El primero seis años menor y Discípulo del Segundo. Bien, a pesar de ser el Heredero, confirmado, del escritor de las Bodas Químicas, Comenius apenas si se refirió, en su Obra, a los rosacruces, salvo unos pocos párrafos en una Obra de Juventud, "El Laberinto del Mundo y el Paraíso del Corazón"; no obstante, dicho lo cual, toda su extensa Obra en la que se basa la pedagogía moderna, está cargada de inspiración procedente de los manuscritos rosacruces.
Podemos decir, por lo tanto, que la Rosacruz, sin ser mencionada por Comenius, está implícita en el conjunto de la Obra del creador de la Pedagogía. ¿Por qué no mencionó a la Rosacruz más de lo expuesto?, es un misterio que desvelaremos unos párrafos más abajo, ni después de haber hablado sobre Rudolph Steiner.
Unos pocos siglos después, surgiría el Maestro Rosacruz Rudolph Steiner, quien siendo Presidente, en Alemania, de la Sociedad Teosófica dió algunas interesantes conferencias acerca de la Rosacruz y de los secretos rosacruces. Todo ello sucedió antes de que abandonara la Sociedad Teosófica, debido a discrepancias con Annie Besant y Leadbeeter, quienes, por entonces, dirigían la Sociedad tras el fallecimiento de Blavatsky, su fundadora. Tras fundar su Sociedad Antroposófica, Steiner continuó con su Trabajo Rosacruz; pero sin mencionar, nunca más, ni a la Rosacruz ni a los rosacruces. Todo un aparente misterio.
Tanto a Comenius como a Steiner les tocó sufrir sendas guerras y el surgimiento de sectas y charlatanes, de todo pelaje, que utilizaron el majestuoso nombre de la Rosacruz y su sublime simbología para ocultar espúreos intereses y montar sus chiringuitos iniciáticos.
Si tanto Comenius como Steiner hubiesen utilizado el nombre de Rosacruz, sus respectivos trabajos hubiesen sido ensombrecidos y eclipsados por el maremágnum de charlatanería rosicruciana.
En la época de Comenius, los pasquines, panfletos y ludibriums acerca de la Rosacruz eran permanentes, tanto en sentido favorable, por parte de los seguidores de la Invisible Fraternidad, como negativo por parte de sus detractores.
Ese caldo de cultivo, en el que la Rosacruz aparecía como algo mágico, incluso diabólico, para algunos, no parecía el panorama más adecuado para que Comenius predicara su Pedagogía Pansóphica bajo el ensuciado paraguas de la Rosacruz.
Durante el Servicio Esotérico de Rudolph Steiner, en Europa, sucedería otro tanto de lo mismo; pero no supeditado, solo, a la publicación de obras de carácter fantasioso y mágico, sino también al surgimiento, como las setas, de múltiples sociedades rosicrucianas, tanto en Europa como en América, algunas con trabajos extraordinariamente similares al suyo propio.
Ante esa situación caótica tanto de denominaciones como de símbolos, creemos que Steiner consideró, del mismo modo que Comenius, mantener su Obra Pansóphica Rosacruz bajo el paraguas de una nueva denominación, no contaminada de superchería ni intereses económicos, y a la que denominaría como "Sociedad Antroposóphica" y que, como tal Organización, ha llegado hasta nuestros días.
En esa tesitura nos encontramos en pleno Siglo XXI, y en el cual no dejan de aparecer nuevos chiringuitos alimenticios usurpando el Sagrado nombre de La Rosacruz y, entonces, con toda la razón del mundo ustedes se preguntarán, Aralba y Usted ¿qué pinta en todo esto?; pues sí, reconozco, ante nuestro lectores, nuestra Hispana Quijotada.
Quizá pueda parecer que me meto en donde no me llaman, podría estarme quietecito y que las cosas sigan su habitual curso en la Historia; pero no cuentan con la decisión de nuestro Maestro Interior, el cual ha impuesto éste ingrato trabajo, a nosotros, su Discípulo Amado.
Sabemos que somos David contra Goliat, una tacita de agua frente a todo un Océano y a sabiendas de que nuestra labor, de tantos años, pueda no llegar a ninguna parte; pero es nuestro Deber, nuestra Obligación Impuesta, el denunciar ésta ya longeva situación e "intentar" restaurar el Honor y reputación de la verdadera, original y única Fraternidad de la Rosacruz, la Invisible, la del Templo del Santo Espíritu, la que no requiere de templos físicos ni de miembros de carne y hueso y donde todos los espíritus llamados puedan congregarse en Espíritu y en Verdad, en torno a una única Realidad, la de Cristo y la restitución de la Humanidad a su original y divina condición.
*
Entonces apareció la primera virgen que me había entregado la invitación y a la que no había vuelto a ver. Tocó la trompeta y, en voz alta, inició el siguiente discurso.
"El deseo de Su Majestad, mi Señor, era que todos los invitados aquí presentes reunieran las cualidades requeridas para asistir a las bodas. Pero Dios lo ha querido de otra manera, y Su Majestad ha procedido conforme a las antiguas costumbres del Reino, independientemente de sus deseos. Ha llegado hasta aquí junto a los consejeros y dignatarios del reino para mostrar su clemencia al mundo y mitigar en lo posible la gravedad de las sentencias. Así, en primer lugar, desea que los señores no solo salven la vida, sino que además puedan salir libres. Su Majestad les pide que se resignen por no poder asistir a la boda y que reflexionen sobre el hecho de que, de no ser así, Dios les habría confiado una carga demasiado pesada de llevar, pues requiere sumisión, y sobre todo la certeza de que Dios actúa según leyes incomprensibles para el hombre"
Continuó diciendo que su buen nombre no estaría en entredicho por no haber sido aceptados en la Orden, ya que este privilegio se concede a pocos. Además, los que les habían engañado, no quedarían sin castigo. Por otra parte, Su Majestad, les entregaría en breve un Catálogo de herejes y un "Index exporgatorium" (purgatorio o Índice de excluidos) para que pudieran distinguir entre lo verdadero y lo falso. Además, Su Majestad tenía la intención de ordenar su biblioteca, y se disponía a mandar los libros engañosos al reino de Vulcano y, para ello, les pedía su amable ayuda. También les recomendaba que a partir de ese momento gobernasen a sus súbditos alejados del mal y de lo impuro. Les pedía que se abstuvieran de hacer ningún intento por volver, para que su excusa de haber sido engañados no se considerase falsa y no se vieran sometidos a nuevas burlas. Finalmente, les aconsejó que, si los soldados les pedían algo, no se quejasen por ello y no se negaran a entregarles alguna joya o bien que tuvieran a mano. Después, debían despedirse amistosamente de nosotros y regresar junto a los suyos, llevando los mejores deseos de nuestra parte.
El segundo grupo, formado por los que no habían aguantado las pesas, una, tres y cuatro (1+3+4=8), no lo tendrían tan sencillo. Para que se beneficiarán de la clemencia de Su Majestad, primero tenían que ser desnudados e inmediatamente, despedidos.
Los que habían sido más ligeros que las pesas dos y cinco (2+5=7), serían marcados con diferentes estigmas, según cada caso.
Los elevados por las pesas dos y siete (2+7=9) recibirían un castigo menos severo.
Y así, según las distintas combinaciones, cada cual recibía su pena.
Los que habían renunciado por la humildad a la prueba quedaron libres y sin castigo.
Por último, los malvados que no habían aguantado una sola pesa, eran condenados a muerte, por la espada, por ahogamiento, por la horca o por el látigo, dependiendo de los delitos. La ejecución de la sentencia se cumpliría inexorablemente y serviría como escarmiento a los demás.
De repente, la virgen rompió su bastón. La segunda virgen, la que había leído la sentencia, tocó una trompeta y se acercó a la cortina blanca haciendo una profunda reverencia.
No puedo dejar de informar al lector sobre una particularidad respecto al número de presos. Los que pesaron "1" pesa fueron (siete, 7); los que pesaron "2", veintiuno (2+1=3); los que pesaron "3", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "4", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "5", veintiuno (2+1=3) y, para los que pesaron "6", (siete, 7). Solo hubo (uno, 1) para las siete "7" pesas: el que yo liberé. Los que habían sido alzados con facilidad eran muy numerosos.
Esto es lo que anoté mientras se iban presentando de uno en uno. Pero había algo muy curioso, y es que todos los que habían dado algún peso lo hicieron de forma diferente. (Ejemplo) Los que habían pesado "3" pesas eran treinta y cinco (3+5=8), pero uno había pesado 1, 2 y 3 (1+2+3=7); otro, 3, 4, 5 (3+4+5=12=1+2=3); un tercero, 5, 6, 7, (5+6+7=18=1+8=9) y así sucesivamente. De tal modo que, milagrosamente, no había dos casos iguales entre los ciento veintiséis (1+2+6=9) que habían dado algún peso. Bien podría dar el nombre de todos, y cada uno con su peso, pero se me ha prohibido revelarlo; espero que este dato, junto a su interpretación, sea divulgado en breve.
Tras la lectura de la sentencia, los señores del primer grupo se sintieron confortados, pues no esperaban un castigo tan leve. Entregaron a los soldados todo lo que les pidieron: joyas, oro, plata, colgantes, en fin, todo lo que llevaban encima.
A los soldados se les había prohibido burlarse de ellos, pero algunos no pudieron contener la risa al ver con qué prisa se iban. Pero antes, algunos habían solicitado el catálogo que les había prometido Su Majestad. Cuando llegaron a la puerta, se les dio a beber "el licor del olvido" para que nadie se sintiera abrumado por el recuerdo de lo allí vivido. A continuación, marcharon los que, aún no habían pasado la prueba, les dejaron pasar sin traba alguna, pues habían sido sinceros y habían admitido su culpa. Se les recomendó que no regresasen nunca más en aquellas condiciones. No obstante se les dijo que, si una intuición o revelación les invitaba a hacerlo, serían bienvenidos."
*
Este pasaje de las Bodas es extraordinariamente importante si consideramos su valor numérico. Dios, en modo alguno está interesado en la pérdida de uno solo de sus hijos; lo que podemos entender cómo sus propias células y aquí comprobamos, comenzando por el final, que hay 126 egos rechazados y que podemos resumir en su suma, el 9. Este número, por Tradición, conocemos que representa al conjunto de la Humanidad y, así, podemos entender que cualquiera que no haya trascendido de lo humano será rechazado, siempre hablando del Microcósmos y lo contenido dentro de su Cuerpo Aural). Aquí, el investigador minucioso y escrupuloso verá que existe una discrepancia numérica, dado que aunque se nos da el número 126, éste no se corresponde con la totalidad de los egos pesados que son 127 y ¿Por qué esto es así?. Nuestro narrador, saca de ésta última cantidad, el Emperador que él decidió liberar y que, como vemos aquí, logró soportar las siete pesas; aunque no debió de resistir, además, algún peso adicional constituido por un indeterminado número de soldados. Así tenemos que ese Uno extra es la representación de la trascendencia de lo Humano, representado por el 9, y ese 1 (ego líder), el Emperador rescatado, por Gracia de Rosenkreutz, ha sido liberado, segregado de los prisioneros, pasará a un siguiente escalón de trascendencia y donde tendrá lugar la auténtica Iniciación.
Por otro lado, ¿en qué consisten las pesas, qué son las pesas?. Según se nos indica son 7 pesas en total. Ya el propio número 7 representa la perfección, dado que es día que Dios toma como día de descanso para sí; pero si sumamos tos los números así: 1+2+3+4+5+6+7=28=2+8=10=1, nos sale el número que representa al Único, a Dios. Esto quiere decir, que esas pesas constituyen la esencia divina, el Éter del Pleroma. El número real de egos, entre los rechazados más el agraciado por nuestro Protagonista, son 127 y cuya suma y reducción da 1+2+7=10=1. Ese 1 que se corresponde con el 1 del Pleroma es lo que es rescatado de éste Universo, el resto regresa a la Naturaleza, sin memoria de lo acontecido, para ser reciclado, transformado y más adelante, llegado el caso, volver a pasar por el proceso de selección del Elegido entre una nueva tanda de llamados.
Dejamos los signos numéricos de lo narrado, con el fin de que los lectores preparados, puedan sacar sus propias conclusiones.
Es importante recalcar que el Emperador (ego líder) rescatado por Rosentkreutz soportó, de forma íntegra las 7 pesas, más aún así, no pasó la prueba, pues no soportó un sobrepeso extra; dicho de otro modo, fue salvado por los pelos, sin desmerecer que fue el único que pudo aguantar, al completo de entre el resto de sus compañeros eliminados, las siete pesas.
Hay un número indeterminado de falsos egos que serán ejecutados por no soportar ni una sola de las pesas y esto ¿qué significa?, que no forman, ni nunca firmaron parte de la Humanidad; es decir no deben de ser incluidos en la contabilidad de ese número 9, pues son ajenos al Ser Humano y por lo tanto, al propio Microcósmos y su Mónada Divina. Por decirlo de una manera suave, son virus egregóricos incluidos en el Microcosmos, durante su formación, por los arcontes. Como entidades, sin alma y ajenos al propio Ser Humano deben de ser eliminados y devueltos a la Naturaleza que es de donde, realmente, proceden.
Por otro lado, para finalizar, se nos indican, de entre los rechazados, los números 8, 7 y 9, cuyos castigos seràn muy diferentes y relacionados, directamente, con sus delitos cometidos. Al parecer, el 8 sería el más crítico y es natural si comprendemos que el 8 es la representación de un ciclo que se repite de un modo indefinido. Es la cinta de moebius del infinito colocada en modo vertical. La condena puede consistir en permanecer en éste Mundo, en un eterno reciclaje, hasta que se produzca el final y esa cinta de la eternidad sea rota.
Los que suman el valor 7, su castigo parece que es bastante menos que el anterior mencionado y, probablemente, por el significado del 7, la Perfección Divina, nos quiera indicar que se les permitirá el seguir aprendiendo para llegado el fin de su preparación, volver a ser llamados para una segunda oportunidad. Cosa que queda bien cara en los últimos renglones de éste Pasaje.
Por último, los que suman el número 9 son los que menos castigo sufrirán, dado que son los que más se han acercado a la perfección. El 9 significa que han cumplido un ciclo completo de perfeccionamiento; pero que aún les falta un tantito para superar éste Plano Material. Con mucha probabilidad, en una Segunda llamada, estos sean los nuevos Christian Rosentkreutz, en cuyas espaldas recaiga el narrar unas nuevas Bodas Químicas.
Los Libros excluidos en el purgatorio mencionado, las escritos fraudulentos y modificados con el propósito de engañar incluso a los elegidos, es la prueba palpable de que, ni siquiera el Sagrado Nombre de la Rosacruz, está libre de ser abordado por los ignorantes piratas de lo ajeno, con el fin de alcanzar algún tipo de poder y beneficios temporales. Por lo tanto, no todo lo que suene, se vea o huela a Rosacruz, es verdadero Cristianismo Rosacruz, el legítimo ideado por el Círculo de Tubinga y transmitido hasta nuestros días por Valentín Andreae, Comenius y otros grandes iniciados como Rudolph Steiner.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C
"Las Bodas Químicas 22"
-Tercera Jornada IV-
Los rosacruces, la Rosacruz y el nombre rosacruz o, ¿del por qué los grandes transmisores de la "Pansohía Rosacruz", como Comenius y Steiner se desvincularon, en su día, del nombre "Rosacruz"?
Estos dos personajes, Joan Amos Comenius y Rudolph Steiner, aún estando muy separados, en el tiempo, poseen algunas cosas importantes en común. Según nuestro humilde criterio, ambos fueron rosacruces y, sin embargo, ninguno de los dos trabajaron amparados por el nombre y los emblemas rosacruces.
A estas alturas, nuestros lectores ya conocen que Comenius y Andreae fueron amigos. El primero seis años menor y Discípulo del Segundo. Bien, a pesar de ser el Heredero, confirmado, del escritor de las Bodas Químicas, Comenius apenas si se refirió, en su Obra, a los rosacruces, salvo unos pocos párrafos en una Obra de Juventud, "El Laberinto del Mundo y el Paraíso del Corazón"; no obstante, dicho lo cual, toda su extensa Obra en la que se basa la pedagogía moderna, está cargada de inspiración procedente de los manuscritos rosacruces.
Podemos decir, por lo tanto, que la Rosacruz, sin ser mencionada por Comenius, está implícita en el conjunto de la Obra del creador de la Pedagogía. ¿Por qué no mencionó a la Rosacruz más de lo expuesto?, es un misterio que desvelaremos unos párrafos más abajo, ni después de haber hablado sobre Rudolph Steiner.
Unos pocos siglos después, surgiría el Maestro Rosacruz Rudolph Steiner, quien siendo Presidente, en Alemania, de la Sociedad Teosófica dió algunas interesantes conferencias acerca de la Rosacruz y de los secretos rosacruces. Todo ello sucedió antes de que abandonara la Sociedad Teosófica, debido a discrepancias con Annie Besant y Leadbeeter, quienes, por entonces, dirigían la Sociedad tras el fallecimiento de Blavatsky, su fundadora. Tras fundar su Sociedad Antroposófica, Steiner continuó con su Trabajo Rosacruz; pero sin mencionar, nunca más, ni a la Rosacruz ni a los rosacruces. Todo un aparente misterio.
Tanto a Comenius como a Steiner les tocó sufrir sendas guerras y el surgimiento de sectas y charlatanes, de todo pelaje, que utilizaron el majestuoso nombre de la Rosacruz y su sublime simbología para ocultar espúreos intereses y montar sus chiringuitos iniciáticos.
Si tanto Comenius como Steiner hubiesen utilizado el nombre de Rosacruz, sus respectivos trabajos hubiesen sido ensombrecidos y eclipsados por el maremágnum de charlatanería rosicruciana.
En la época de Comenius, los pasquines, panfletos y ludibriums acerca de la Rosacruz eran permanentes, tanto en sentido favorable, por parte de los seguidores de la Invisible Fraternidad, como negativo por parte de sus detractores.
Ese caldo de cultivo, en el que la Rosacruz aparecía como algo mágico, incluso diabólico, para algunos, no parecía el panorama más adecuado para que Comenius predicara su Pedagogía Pansóphica bajo el ensuciado paraguas de la Rosacruz.
Durante el Servicio Esotérico de Rudolph Steiner, en Europa, sucedería otro tanto de lo mismo; pero no supeditado, solo, a la publicación de obras de carácter fantasioso y mágico, sino también al surgimiento, como las setas, de múltiples sociedades rosicrucianas, tanto en Europa como en América, algunas con trabajos extraordinariamente similares al suyo propio.
Ante esa situación caótica tanto de denominaciones como de símbolos, creemos que Steiner consideró, del mismo modo que Comenius, mantener su Obra Pansóphica Rosacruz bajo el paraguas de una nueva denominación, no contaminada de superchería ni intereses económicos, y a la que denominaría como "Sociedad Antroposóphica" y que, como tal Organización, ha llegado hasta nuestros días.
En esa tesitura nos encontramos en pleno Siglo XXI, y en el cual no dejan de aparecer nuevos chiringuitos alimenticios usurpando el Sagrado nombre de La Rosacruz y, entonces, con toda la razón del mundo ustedes se preguntarán, Aralba y Usted ¿qué pinta en todo esto?; pues sí, reconozco, ante nuestro lectores, nuestra Hispana Quijotada.
Quizá pueda parecer que me meto en donde no me llaman, podría estarme quietecito y que las cosas sigan su habitual curso en la Historia; pero no cuentan con la decisión de nuestro Maestro Interior, el cual ha impuesto éste ingrato trabajo, a nosotros, su Discípulo Amado.
Sabemos que somos David contra Goliat, una tacita de agua frente a todo un Océano y a sabiendas de que nuestra labor, de tantos años, pueda no llegar a ninguna parte; pero es nuestro Deber, nuestra Obligación Impuesta, el denunciar ésta ya longeva situación e "intentar" restaurar el Honor y reputación de la verdadera, original y única Fraternidad de la Rosacruz, la Invisible, la del Templo del Santo Espíritu, la que no requiere de templos físicos ni de miembros de carne y hueso y donde todos los espíritus llamados puedan congregarse en Espíritu y en Verdad, en torno a una única Realidad, la de Cristo y la restitución de la Humanidad a su original y divina condición.
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Entonces apareció la primera virgen que me había entregado la invitación y a la que no había vuelto a ver. Tocó la trompeta y, en voz alta, inició el siguiente discurso.
"El deseo de Su Majestad, mi Señor, era que todos los invitados aquí presentes reunieran las cualidades requeridas para asistir a las bodas. Pero Dios lo ha querido de otra manera, y Su Majestad ha procedido conforme a las antiguas costumbres del Reino, independientemente de sus deseos. Ha llegado hasta aquí junto a los consejeros y dignatarios del reino para mostrar su clemencia al mundo y mitigar en lo posible la gravedad de las sentencias. Así, en primer lugar, desea que los señores no solo salven la vida, sino que además puedan salir libres. Su Majestad les pide que se resignen por no poder asistir a la boda y que reflexionen sobre el hecho de que, de no ser así, Dios les habría confiado una carga demasiado pesada de llevar, pues requiere sumisión, y sobre todo la certeza de que Dios actúa según leyes incomprensibles para el hombre"
Continuó diciendo que su buen nombre no estaría en entredicho por no haber sido aceptados en la Orden, ya que este privilegio se concede a pocos. Además, los que les habían engañado, no quedarían sin castigo. Por otra parte, Su Majestad, les entregaría en breve un Catálogo de herejes y un "Index exporgatorium" (purgatorio o Índice de excluidos) para que pudieran distinguir entre lo verdadero y lo falso. Además, Su Majestad tenía la intención de ordenar su biblioteca, y se disponía a mandar los libros engañosos al reino de Vulcano y, para ello, les pedía su amable ayuda. También les recomendaba que a partir de ese momento gobernasen a sus súbditos alejados del mal y de lo impuro. Les pedía que se abstuvieran de hacer ningún intento por volver, para que su excusa de haber sido engañados no se considerase falsa y no se vieran sometidos a nuevas burlas. Finalmente, les aconsejó que, si los soldados les pedían algo, no se quejasen por ello y no se negaran a entregarles alguna joya o bien que tuvieran a mano. Después, debían despedirse amistosamente de nosotros y regresar junto a los suyos, llevando los mejores deseos de nuestra parte.
El segundo grupo, formado por los que no habían aguantado las pesas, una, tres y cuatro (1+3+4=8), no lo tendrían tan sencillo. Para que se beneficiarán de la clemencia de Su Majestad, primero tenían que ser desnudados e inmediatamente, despedidos.
Los que habían sido más ligeros que las pesas dos y cinco (2+5=7), serían marcados con diferentes estigmas, según cada caso.
Los elevados por las pesas dos y siete (2+7=9) recibirían un castigo menos severo.
Y así, según las distintas combinaciones, cada cual recibía su pena.
Los que habían renunciado por la humildad a la prueba quedaron libres y sin castigo.
Por último, los malvados que no habían aguantado una sola pesa, eran condenados a muerte, por la espada, por ahogamiento, por la horca o por el látigo, dependiendo de los delitos. La ejecución de la sentencia se cumpliría inexorablemente y serviría como escarmiento a los demás.
De repente, la virgen rompió su bastón. La segunda virgen, la que había leído la sentencia, tocó una trompeta y se acercó a la cortina blanca haciendo una profunda reverencia.
No puedo dejar de informar al lector sobre una particularidad respecto al número de presos. Los que pesaron "1" pesa fueron (siete, 7); los que pesaron "2", veintiuno (2+1=3); los que pesaron "3", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "4", treinta y cinco (3+5=8); los que pesaron "5", veintiuno (2+1=3) y, para los que pesaron "6", (siete, 7). Solo hubo (uno, 1) para las siete "7" pesas: el que yo liberé. Los que habían sido alzados con facilidad eran muy numerosos.
Esto es lo que anoté mientras se iban presentando de uno en uno. Pero había algo muy curioso, y es que todos los que habían dado algún peso lo hicieron de forma diferente. (Ejemplo) Los que habían pesado "3" pesas eran treinta y cinco (3+5=8), pero uno había pesado 1, 2 y 3 (1+2+3=7); otro, 3, 4, 5 (3+4+5=12=1+2=3); un tercero, 5, 6, 7, (5+6+7=18=1+8=9) y así sucesivamente. De tal modo que, milagrosamente, no había dos casos iguales entre los ciento veintiséis (1+2+6=9) que habían dado algún peso. Bien podría dar el nombre de todos, y cada uno con su peso, pero se me ha prohibido revelarlo; espero que este dato, junto a su interpretación, sea divulgado en breve.
Tras la lectura de la sentencia, los señores del primer grupo se sintieron confortados, pues no esperaban un castigo tan leve. Entregaron a los soldados todo lo que les pidieron: joyas, oro, plata, colgantes, en fin, todo lo que llevaban encima.
A los soldados se les había prohibido burlarse de ellos, pero algunos no pudieron contener la risa al ver con qué prisa se iban. Pero antes, algunos habían solicitado el catálogo que les había prometido Su Majestad. Cuando llegaron a la puerta, se les dio a beber "el licor del olvido" para que nadie se sintiera abrumado por el recuerdo de lo allí vivido. A continuación, marcharon los que, aún no habían pasado la prueba, les dejaron pasar sin traba alguna, pues habían sido sinceros y habían admitido su culpa. Se les recomendó que no regresasen nunca más en aquellas condiciones. No obstante se les dijo que, si una intuición o revelación les invitaba a hacerlo, serían bienvenidos."
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Este pasaje de las Bodas es extraordinariamente importante si consideramos su valor numérico. Dios, en modo alguno está interesado en la pérdida de uno solo de sus hijos; lo que podemos entender cómo sus propias células y aquí comprobamos, comenzando por el final, que hay 126 egos rechazados y que podemos resumir en su suma, el 9. Este número, por Tradición, conocemos que representa al conjunto de la Humanidad y, así, podemos entender que cualquiera que no haya trascendido de lo humano será rechazado, siempre hablando del Microcósmos y lo contenido dentro de su Cuerpo Aural). Aquí, el investigador minucioso y escrupuloso verá que existe una discrepancia numérica, dado que aunque se nos da el número 126, éste no se corresponde con la totalidad de los egos pesados que son 127 y ¿Por qué esto es así?. Nuestro narrador, saca de ésta última cantidad, el Emperador que él decidió liberar y que, como vemos aquí, logró soportar las siete pesas; aunque no debió de resistir, además, algún peso adicional constituido por un indeterminado número de soldados. Así tenemos que ese Uno extra es la representación de la trascendencia de lo Humano, representado por el 9, y ese 1 (ego líder), el Emperador rescatado, por Gracia de Rosenkreutz, ha sido liberado, segregado de los prisioneros, pasará a un siguiente escalón de trascendencia y donde tendrá lugar la auténtica Iniciación.
Por otro lado, ¿en qué consisten las pesas, qué son las pesas?. Según se nos indica son 7 pesas en total. Ya el propio número 7 representa la perfección, dado que es día que Dios toma como día de descanso para sí; pero si sumamos tos los números así: 1+2+3+4+5+6+7=28=2+8=10=1, nos sale el número que representa al Único, a Dios. Esto quiere decir, que esas pesas constituyen la esencia divina, el Éter del Pleroma. El número real de egos, entre los rechazados más el agraciado por nuestro Protagonista, son 127 y cuya suma y reducción da 1+2+7=10=1. Ese 1 que se corresponde con el 1 del Pleroma es lo que es rescatado de éste Universo, el resto regresa a la Naturaleza, sin memoria de lo acontecido, para ser reciclado, transformado y más adelante, llegado el caso, volver a pasar por el proceso de selección del Elegido entre una nueva tanda de llamados.
Dejamos los signos numéricos de lo narrado, con el fin de que los lectores preparados, puedan sacar sus propias conclusiones.
Es importante recalcar que el Emperador (ego líder) rescatado por Rosentkreutz soportó, de forma íntegra las 7 pesas, más aún así, no pasó la prueba, pues no soportó un sobrepeso extra; dicho de otro modo, fue salvado por los pelos, sin desmerecer que fue el único que pudo aguantar, al completo de entre el resto de sus compañeros eliminados, las siete pesas.
Hay un número indeterminado de falsos egos que serán ejecutados por no soportar ni una sola de las pesas y esto ¿qué significa?, que no forman, ni nunca firmaron parte de la Humanidad; es decir no deben de ser incluidos en la contabilidad de ese número 9, pues son ajenos al Ser Humano y por lo tanto, al propio Microcósmos y su Mónada Divina. Por decirlo de una manera suave, son virus egregóricos incluidos en el Microcosmos, durante su formación, por los arcontes. Como entidades, sin alma y ajenos al propio Ser Humano deben de ser eliminados y devueltos a la Naturaleza que es de donde, realmente, proceden.
Por otro lado, para finalizar, se nos indican, de entre los rechazados, los números 8, 7 y 9, cuyos castigos seràn muy diferentes y relacionados, directamente, con sus delitos cometidos. Al parecer, el 8 sería el más crítico y es natural si comprendemos que el 8 es la representación de un ciclo que se repite de un modo indefinido. Es la cinta de moebius del infinito colocada en modo vertical. La condena puede consistir en permanecer en éste Mundo, en un eterno reciclaje, hasta que se produzca el final y esa cinta de la eternidad sea rota.
Los que suman el valor 7, su castigo parece que es bastante menos que el anterior mencionado y, probablemente, por el significado del 7, la Perfección Divina, nos quiera indicar que se les permitirá el seguir aprendiendo para llegado el fin de su preparación, volver a ser llamados para una segunda oportunidad. Cosa que queda bien cara en los últimos renglones de éste Pasaje.
Por último, los que suman el número 9 son los que menos castigo sufrirán, dado que son los que más se han acercado a la perfección. El 9 significa que han cumplido un ciclo completo de perfeccionamiento; pero que aún les falta un tantito para superar éste Plano Material. Con mucha probabilidad, en una Segunda llamada, estos sean los nuevos Christian Rosentkreutz, en cuyas espaldas recaiga el narrar unas nuevas Bodas Químicas.
Los Libros excluidos en el purgatorio mencionado, las escritos fraudulentos y modificados con el propósito de engañar incluso a los elegidos, es la prueba palpable de que, ni siquiera el Sagrado Nombre de la Rosacruz, está libre de ser abordado por los ignorantes piratas de lo ajeno, con el fin de alcanzar algún tipo de poder y beneficios temporales. Por lo tanto, no todo lo que suene, se vea o huela a Rosacruz, es verdadero Cristianismo Rosacruz, el legítimo ideado por el Círculo de Tubinga y transmitido hasta nuestros días por Valentín Andreae, Comenius y otros grandes iniciados como Rudolph Steiner.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C