miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 10, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 10"


-Segunda Jornada I-


El Dicho dice "Todos los Caminos conducen a Roma". En tanto que Roma era la Capital del Imperio Romano, es fácil de entenderlo.


La Maestría nos muestra que el Secreto consiste, primero en llegar al Centro y después mantenerse en él. Si consideramos una superficie circular que estuviese girando, de forma centrípeta y, después centrífuga, es fácil de entender que permanecer en cualquier lugar de esa superficie giratoria, que no sea el centro, alrededor del que gira nuestro círculo, será bastante movidito.


Nosotros, como peregrinos en busca de la Iniciación, venimos realizando un viaje hacia el interior; hacia ese centro, donde se encuentra el germen de espíritu celeste, en el que, con nuestra carne y sangre, deberemos de alimentar al Señor Durmiente una vez que éste haya despertado de su ya muy larga somnolencia.


Cuando nos fijamos en el Destino Final de nuestro Viaje, sentiremos, en un principio, una inmensa alegría; pero debemos de entender que ese Camino, como se indica en éste Pasaje de las Bodas Químicas, es complejo, y cualquiera que fuere el Camino que escojamos, cada uno tendrá sus peculiares complicaciones. Por lo tanto, no echemos las campanas al vuelo hasta haber concluido nuestro Peregrinaje, constituido de diferentes partes.


Comencemos: 


"Al entrar en el bosque, sentí que el cielo y la tierra también se habían puesto sus mejores galas para las bodas. Los pájaros cantaban sus melodías y los cervatillos saltaban con tanta elegancia que llenaron mi corazón de alegría y me entraron ganas de cantar. Y lo hice a voz en grito:


"Sé feliz, amado pajarito/ que tu canto armonioso y limpio/ sea una alabanza al Creador./ Poderoso es Dios,/ que te da el alimento/ y lo necesario cuando lo precisas,/ siéntete pues satisfecho./ ¿Por qué habrías de estar triste?/ ¿Por qué habrías de enfadarte con Dios por crearte como pajarito?/ ¿Por qué habrías de preguntarte la causa por la que no te hizo hombre?/ ¡Oh, no pienses más! Él sabe más y no actúa/ caprichosamente./ Siéntete pues satisfecho./ ¿Qué haría yo, pobre criatura,/ si quisiera discutir con Dios?/ ¿Intentar forzar las puertas del cielo para,/ con violencia,/ robar el Gran Arte?/ Dios no se deja violentar,/ por lo que tú, indigno, abstente./ Hombre, siéntete, pues, satisfecho./ No te ofendas por no ser emperador,/ pues quizá hubieras olvidado su Nombre,/ y es eso lo que Él no quiere./ Los ojos de Dios todo lo ven,/ también lo más profundo del corazón,/ así que no le podrás engañar.//"


Y así, mi canto, brotando de lo más profundo de mi corazón, se expandió por todo el bosque, y su sonido llegaba a todos los lugares. Las montañas aún se hacían eco de mis palabras cuando salí de él y entré en un hermoso prado.


Allí, tres hermosos cedros entrelazaban sus ramas y ofrecían una excelente sombra. Aunque aún no había andado mucho, quise disfrutar de ella, pues el ardor de mi deseo me había agotado, así que corrí hacia los cedros para descansar un poco. Al llegar, vi un cartel en uno de sus troncos que, en elegantes letras, decía:


"Salud, extranjero. Quizá hayas oído hablar de las bodas del Rey. Si es así, presta atención a estas palabras. La novia te propone, a través de nosotros, cuatro caminos a elegir. Tienes que saber que todos conducen al palacio del Rey, pero a condición de no apartarse de la senda. El primero es corto y peligroso; atraviesa varios obstáculos que solo podrás evitar con muchos afanes. El otro más largo, sortea los obstáculos y es llano y fácil de recorrer, siempre que te ayudes de un imán y no te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda. El tercer camino es la verdadera senda, pues nuestro Rey lo ha llenado de juegos y entretenimientos para hacerlo más placentero y agradable. Sin embargo, solo uno entre mil llega por él a la meta final. Por último, nadie que siga el cuarto camino llegará nunca al Palacio del Rey, pues es impracticable y agotador, y solo los cuerpos incorruptibles pueden practicarlo.


Y ahora, escoge uno entre los tres primeros y síguelo con determinación. Has de saber que, una vez tomada tu decisión, y pues el destino no se puede cambiar, no podrás volver atrás sin que tu vida corra serio peligro. Eso es lo que debes saber. Tampoco olvides que tu elección te compromete y que te arrepentirás de haberla tomado si te encontrarán culpable de algún delito contra la ley del Rey. Por eso, ahora que todavía estás a tiempo, regresa al lugar del que vienes por el mismo camino que seguiste para llegar."


Mi alegría desapareció después de leer ese texto; y pasé del canto al llanto desconsolado, pues ante mí tenía los tres caminos y solo podía elegir uno. Si escogía el primero, sabía que podía morir despeñado o detenido por alguna trampa; si escogía el segundo, podía extraviarme y salirme del camino por cualquier causa, ya que la senda era muy larga; en cuanto al tercero, no osaba pensar que fuera yo precisamente el elegido entre mil para recorrer la vía real hasta el final. También tenía frente a mí el cuarto camino, pero el fuego y el vapor que salían de él me impedían ni siquiera aproximarme."


*


La alegría, al reconocernos como mayordomo elegido de Cristo es descomunal; pero pronto entendemos que no va a ser una tarea fácil y libre de complicaciones. 


Éstas complicaciones son la natural consecuencia de vivir en éste Mundo. Tengamos en cuenta que nos estamos preparando para una Vida Celeste e inmaculada, en un Mundo virtual, material y degradado.


El Canto de Christiàn Rosentkreutz nos pone de manifiesto este hecho, comparando a un menudo y simple pajarillo con el Ser Humano. En realidad, nosotros no somos superiores al pajarillo, aunque así nosotros lo creamos. Otra cuestión importante es como cambia el Mundo; mejor dicho, como cambia nuestra percepción del Mundo cuando nos encontramos alegres y esperanzados en contraposición a la grisácea percepción cuando estamos tristes y desesperanzados.


Se nos muestra como, a veces, la Personalidad del Ser Humano se empodera con sus más orgullosos ropajes, creyéndose estar a la misma altura que su verdadero Señor. Es muy importante reconocer nuestra auténtica naturaleza, como egos; bueno, y en eso consiste la verdadera humildad. En realidad, no existe gran diferencia entre ese pajarillo y nosotros como vehículos de manifestación para Cristo y, conocer esto es fundamental para no perder nuestra perspectiva y no olvidarnos del verdadero objetivo como servidores de Dios. "No te ofendas por no ser Emperador/ Lo que Dios no desea es que olvides su Nombre". Dios sabe lo que es mejor para cada una de sus criaturas, y a ninguna le da más responsabilidades de las que puede afrontar. Si no somos más de lo que creemos que podemos soportar es porque el Señor nos conoce y sabe que determinadas cosas, en éste instante, no son adecuadas para nosotros. Lo importante es no olvidar el Nombre de Dios; es decir, Cristo, porque Cristo es nuestro verdadero y real nombre, dado que vive en nuestro interior. Si olvidamos quienes realmente somos en verdad, nuestro alejamiento de la Luz de la Verdad quedará sellado. Es por ello, lo importante que es no olvidar qué es Dios, donde vive él y cuál es su nombre verdadero. No Pepe ni Juan o Verónica y Adela. Todos y cada uno de los hijos de Dios deberíamos ondear el Pendón con el nombre de Cristo, el Salvador.


El reconocimiento de nuestra verdadera naturaleza nos hace percibir una luz que antes no podíamos ver. Ese es el paso desde ese tupido y oscuro bosque hasta el luminoso prado.


En el Prado tenemos tres cedros, no cuatro ni dos, sino tres porque el tres representa la naturaleza trina de la Naturaleza y del propio Ser Humano, como reflejo fiel de la Propia Divinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, en tanto que Espíritu, Cuerpo y Alma.


Con "la Novia te propone", se nos indica que la invitación al ego para que asista a las nupcias del Rey, proviene del Alma. El Alma es una Entidad que es copartícipe de características divinas; pero también humanas, dado que es la literal soldadura que une al Espíritu con su Cuerpo. 


Los egos se encuentran con una frontera infranqueable a la hora de intentar comunicar, de forma directa con el Espíritu, dado que sus naturalezas son tan contrarias como lo son el fuego y el agua. 


El Alma, la Novia, pretendiente al reinado tras sus nupcias con el Divino Espíritu, es la natural y necesaria intermediaria, es la interfaz que hace posible que la trinidad humana pueda convertirse en una unidad operativa.


Es en éste momento donde a Christian Rosentkreutz se le ofrecen cuatro caminos para llegar al Palacio del Rey. Bueno, en realidad sólo son tres, dado que el cuarto no es accesible para un ego que no esté Christificado. Ese Cuarto Camino es el utilizado por los verdaderos adeptos rosacruces para viajar entre los mundos.


Dado que Christian Rosentkreutz, en ese momento dibujado aún no ha finalizado su proceso iniciático, reconoce su verdadera incapacidad para tomar el Camino reservado para los iniciados y tiene que conformarse con elegir entre los otros tres.


El Primer Camino, por distancia, podríamos entender que es el más adecuado para llegar a las Bodas a tiempo, al ser más corto; pero resulta que, tal senda está repleta de peligrosos obstáculos que harían peligrar la integridad del viajero. Por ello, en principio, nuestro protagonista entiende que es demasiado riesgoso intentarlo. Este es el Camino del Misticismo.


El segundo sendero es mucho más largo, con lo cual, es posible que Rosentkreutz pudiera no llegar a tiempo a la Ceremonia de esponsales; además, no parece que el Camino esté bien marcado y sería muy fácil despistarse y salirse de la senda, teniendo que ir rápido y sin poseer la necesaria brújula, se perdería. Este pareciera que tampoco es el adecuado para nuestro Postulante. Estamos ante el Sendero de las religiones.


El tercer camino podría parecer el más adecuado, dado que fue el diseñado por el propio Rey, siendo cómodo, agradable y entretenido y; sin embargo, seguir esta senda no es la que se recomienda al viajero. Entendemos que a pesar de que sea la más fácil de seguir, las atracciones, de éste Tívoli, podrían entretenernos hasta el punto de hacernos olvidar nuestro verdadero Objetivo y que es llegar a las Bodas del Rey. Estamos ante el Camino mágico de la Teurgia.


Bueno, en esa tesitura dejamos a nuestro Querido Christian Rosentkreutz. 


¿Qué camino elegirías tú?


Aralba Pensator Minister, Frater R+C