"Las Bodas Químicas 24"
-Tercera Jornada VI-
La Rosacruz puede considerarse Gnóstica, en tanto que es una Escuela que busca la Verdad libre de dogmatismos y conceptos preconcebidos.
Ciertamente, casi todas las escuelas de pensamiento poseen un origen gnóstico; pero dejaron de serlo, con el tiempo, en el instante en que el Conocimiento fue transformado en doctrina y sustentado por conceptos dogmáticos inamovibles y monolíticos.
Así, básicamente, ninguna religión o ideología política pueden, en modo alguno, ser consideradas como gnósticas, pues son cadáveres inmutables, en lugar de ideas vivas, flexibles y en permanente proceso de cambio; en tanto que un perfeccionamiento filosófico.
Evidentemente, con el paso del tiempo, el concepto de Gnósis se ha ido transformando para definir cosas diferentes a su real y verdadero significado, Conocimiento; pero en nuestro Colegio nos ceñimos a la interpretación original y no a las interpretaciones costumbristas de cada época.
La Gnósis se encuentra implícita, en tanto que Pansophía, en la Rosacruz por su carácter de Reforma Permanente de las ciencias, el arte y el pensamiento. Esta Reforma, inconclusa, podría considerarse una utopía inconquistable; pero que sirve de meta lejana para seguir andando el Camino. En ese sentido, podría considerarse como una Revolución permanente en busca de la imposible perfección.
Los seres humanos somos, en general, amigos de la comodidad y nos resulta complicado abandonar nuestra zona de confort, y es por dicha causa que siempre estamos dispuestos a aceptar preceptos enlatados y digeridos por terceros, sin pararnos a pensar si pueden o no estar avalados por las reglas y leyes que rigen el Universo; es decir, si son o no correctos.
Solo en ese sentido, de poner en duda permanentemente la Realidad, es que la Rosacruz es científica en el sentido pleno del término; pero no se agarra a la Ciencia como una colección de dogmas inmutables, en éste caso científicos, sino que su permanente puesta en duda de las cosas, la convierte en la perfecta Herejía y, es por ello, que las religiones oficiales, han perseguido a la Gnósis, en todo tiempo, a sangre y fuego.
La Gnósis Rosacruz no puede ni debe de catalogarse en una serie de conceptos rígidos; es decir, en forma de catecismos y credos; sino que, debe de estudiarse como si se tratara de un Ser Vivo en permanente cambio o evolución.
Dicho todo lo anterior, respetemos cualquier definición histórica posible acerca de la Gnósis; pero debemos de tener claro lo que en nuestro Colegio se entiende por "Gnósis" y así poder entendernos. Gnósis es Conocimiento, sin más, libre de tintes especulativos y sujeto al permanente estudio mediante las herramientas de la Lógica y de la Razón; es decir, la Gnósis siempre será algo de Sentido Común, libre de interpretaciones espúreas, elucubraciones y supersticiones.
La Gnósis Rosacruz no puede aceptar historias falsas o fantasías imposibles, en tanto que no sean analogías simbólicas para intentar explicar aquello que fuere difícil de explicar de modo literal.
Por otro lado, tenemos la Agnosis (a gnoia), de Agnosticismo que significa lo opuesto a Conocimiento; es decir, Desconocimiento. El ser consciente de nuestro Desconocimiento es el primer paso para abrazar el Conocimiento; es decir, convertirnos en, más que gnósticos o conocedores, seguidores de la Gnósis, del Conocimiento.
Cuestión aparte del Conocimiento (i gnósi) y de su opuesto, el Desconocimiento (ágnoia) o aceptación de nuestra Ignorancia es el Falso Conocimiento (psevdi Gnósis) o Pseudo Gnósis, constituida por patrañas, fantasías, embustes y mentiras.
La Pseudo Gnósis se utiliza como sucedáneo de la verdadera Gnósis para que no caigamos en la cuenta; es decir, no seamos conscientes de que en realidad somos unos ignorantes agnósticos y no tomemos las medidas necesarias para combatir la Ignorancia. Por eso se dice aquello de "Qué atrevida es la Ignorancia" y que, en realidad, debería de decirse "Qué atrevida es la Pseudo Gnósis", porque aceptar la Pseudo gnósis es como aceptar nuestra ignorancia como un verdadero conocimiento, no contrastado, basado en supersticiones sin argumentos sostenibles.
Por otro lado, para reconstruir la verdadera Gnósis, debemos deconstruir el falso conocimiento (pseudo gnósis). Eso significa hacer tábula rasa y desechar todo lo que conocemos como si fuera falso y comenzar a construir el Conocimiento (Gnósis) partiendo desde cero; es decir, desde la aceptación de nuestro Desconocimiento (Agnosis), porque solo así podremos librarnos del pesado lastre de las mentiras, falsedades y supercherías que, desde chicos, nos han inculcado en la escuela, la familia y la calle.
*
"Al fin llegué a una gran sala, por donde mis compañeros ya habían pasado. En ella había un Globo Terráqueo de treinta pies de diámetro aprox-9mt. La mitad de la esfera estaba bajo el suelo y la rodeaba una barandilla con escaleras. El Globo se podía mover y dos hombres lo hacían girar (suponemos que gracias a unos cojinetes) de modo que no se veía lo que había debajo de la línea del horizonte. Unos anillitos de oro estaban situados en distintos puntos y, aunque pensé que, sin duda, tenían un significado, no alcanzaba a entender cuál podría ser. Mi paje sonrió y me pidió que me fijase con más atención, y así descubrí que mi país estaba señalado con un anillo; un compañero buscó el suyo y también estaba marcado por el anillo. Esto mismo les ocurrió a otros compañeros, tras lo cual un paje nos dio la siguiente explicación.
"Ayer, el viejo astrónomo de nombre Atlas le dijo al Rey que los anillos de oro correspondían a los países de origen de los invitados".
A pesar de que yo no había pasado la prueba, "voluntariamente", mi Patria estaba marcada, pues había sido ordenado que se nos pesará de todos modos, ya que "La Patria de uno de nosotros se distinguía por un motivo importante". Mi paje añadió que él era el paje más importante entre los otros pajes y que por esa razón estaba a mi servicio. Le mostré mi agradecimiento y volví a observar mi país, y pude comprobar que al lado del anillo brillaban bellos centelleos. Cuento estos hechos como fueron, sin presunción ni orgullo.
Aquel Globo me enseñó muchas otras cosas que prefiero no relatar. Que ahora el lector piense por qué razón no todas las ciudades tienen un Filósofo.
Luego pudimos visitar el interior del Globo, procediendo del siguiente modo: En el espacio mayor, el que representaba el mar, había una placa con tres sentencias y el nombre del autor. Esta placa podía levantarse, y así se descubría una entrada. Pasamos por ella y pudimos penetrar hasta su centro. Utilizando una plancha móvil en la que cabían cuatro personas. En este centro hallamos otra plancha, esta vez redonda y, al llegar a ella pudimos ver las estrellas, aunque era pleno día. Me pareció que eran carbunclos que seguían su curso de forma ordenada, y esas estrellas brillaban con tal esplendor que no podía apartar mi vista de aquel espectáculo. Mi paje se lo contó después a la virgen, que se rió de mí con ganas.
Llegó la hora de la cena. Yo me había entretenido tanto en el Globo que temía llegar el último, así que me apresuré a ponerme la ropa adecuada que antes me había quitado y me dirigí a la sala. Los criados me mostraron tantos signos de respeto y me hicieron tales reverencias que lograron confundirme y ni siquiera miré a mi alrededor. De modo que pasé al lado de la virgen sin darme cuenta de que me esperaba, pero ella sí se percató de mi turbación, me cogió de la ropa y me condujo hasta la mesa.
Pido perdón por no hablar ni de la música ni de otras maravillas que allí había, pues me faltan palabras para describirlas ya que, en resumen, todo lo que allí podía verse reunido era producto del arte más sublime.
Durante la cena nos contamos las visitas de la tarde, aunque yo no mencioné la nuestra a la biblioteca ni al panteón de los monumentos. Cuando el vino empezó a hacer su efecto, la virgen tomó la palabra y dijo:
"Queridos invitados, en estos momentos estoy en desacuerdo con mi hermana. En nuestros aposentos tenemos un águila y, las dos pretendemos ser su favorita y no hemos llegado a un acuerdo sobre cuál de las dos lo es. Para dar fin a este asunto, decidimos presentarnos juntas y aceptamos que la elegida sería aquella con quién mostrase mayor atención y afecto. Cuando nos presentamos yo llevaba, según mi costumbre, un ramo de laurel en la mano, y mi hermana no llevaba nada. Cuando el águila nos vio, dio a mi hermana el ramo que llevaba en el pico y, a cambio, a mí me pidió el mío, y se lo di. Las dos interpretamos que cada una era la preferida. ¿Qué opinión os merece este caso?"
La pregunta de la virgen despertó nuestra curiosidad y todos buscamos una respuesta. Las miradas de mis compañeros se centraron en mí y me pidieron que fuera el primero en manifestar mi opinión. Me turbé de tal modo que no supe responder sino planteando a mi vez un problema similar:
"Señora, solo un problema nos separa de la solución a la pregunta y sin él, la respuesta sería sencilla. Yo tenía dos grandes amigos; ambos ignoraban cuál era mi preferido, así que decidieron venir a mi corriendo, pensando que aquel a quien yo acogiese el primero sería mi predilecto. Al empezar a correr, uno no pudo seguir al otro, se quedó rezagado y se puso a llorar; al que llegó primero lo acogí con sorpresa. Cuando me contaron la razón de su carrera no pude solucionar su dilema y aplacé mi decisión hasta averiguar cuáles eran mis sentimientos."
La virgen se sorprendió de mi respuesta y comprendió lo que yo había querido decirle y me contestó: "Estamos en paz"
*
En ésta larga jornada, cargada de maravillas que, en parte, pudieron ser parte del espectáculo, del enlace matrimonial, en el Palacio Palatino, nuestro Protagonista nos muestra algo, cuyo nombre desconoce, y que nosotros entendemos que es un Planetario. Esa esfera representa al Campo Aural y en cuyo interior se encuentra el Microcosmos. Esto se ve claro cuando vemos que cada uno de los egos que han pasado la prueba de las pesas, aquí conocidos como los invitados, están representados en la Bóveda exterior por un anillo de oro. En ese globo, Alemania, aunque no se nombra, está significada de forma especial, dado que por la Fama conocemos que es la Patria de Christian Rosentkreutz; ahora bien, esto simboliza que nuestro Protagonista es el representante, más significado, de la Personalidad del Microcosmos; pero además, también se nos dice que, el Portador de llaves, el paje de nuestro Amigo, también es el más importante de todos ellos.
Los pajes, ya dijimos que eran una suerte de entidades egregóricas semejantes, en escala, a los arcontes. Digamos que estos elementos son una suerte de intermediarios, interfaces, entre las almas espirituales y sus egos materiales. Como vimos, además, está entidad que es la que sirve al Líder, posee la capacidad, como vimos, de abrir las puertas a solicitud de su Señor.
Ya comenzamos a vislumbrar, casi desde el comienzo, que Rosentkreutz es el ego Líder de la estructura piramidal de la Personalidad; pero en estos párrafos queda meridianamente claro, dado que es recibido con vítores y honores, como si fuese un Príncipe o un Noble Señor.
Se nos muestra que aunque todos los egos pueden ser candidatos al liderazgo, solo puede haber uno y ese no puede ser otro que el más sabio de todos. El Filósofo. Aquel que, llegado el caso, deberá de cargar con la mayor parte del trabajo de Christificación.
El interior del Globo es una bóveda celeste por el que pueden verse los astros y otros cuerpos del firmamento y, esto, no es otra cosa que el interior del Campo Aural del Microcósmos del Individuo como Entidad compuesta.
Llegados a éste punto, vemos que existe un paje dedicado para cada ego y que cada uno de esos pajes depende de una virgen determinada que depende, del mismo modo, de Su Majestad el Rey y donde Rosentkreutz es el Ego elegido, el Paje es su medio y la Virgen es la parte Espiritual del Alma Inmortal que posee conexión con los egos, con el fin de que puedan ser entidades vivas y, por lo tanto, útiles para el Trabajo de Transformación y Ascensión.
Para finalizar, la pregunta y la respuesta, construidas de ambos relatos, viene a determinar que es el ego quién está capacitado para decidir y que nada ni nadie podràn decidir por él y, en eso consiste el libre albedrío. Nosotros, jamás, podremos determinar lo que piensan los demás. La única solución consiste en preguntar al sujeto implicado y, como dice nuestro Peregrino Rosacruz, incluso el propio sujeto está sujeto a reflexionar acerca de la contestación adecuada, porque, en ocasiones, ni el propio sujeto conocerá la respuesta.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C