"Las Bodas Químicas 28"
-Cuarta Jornada I-
Valentín Andreae publicó las Bodas Químicas a los 30 años de edad. Tres años más tarde, 1619, publicaría la Utopía "Cristianópolis" que años más tarde, 1624, sería imitada con menos fortuna por el Dramaturgo y político Inglés Francis Bacon en su "Nueva Atlántida".
Valentín Andreae nunca negó ser el Autor de las "Bodas Químicas", aunque tampoco, nunca, confirmó que fuera el Autor de los manifiestos "La Fama" y "La Confessio" que se publicaran, uno y dos años antes, en 1614 y 1615 respectivamente.
También fue el propio Andreae quien, sin renunciar a la autoría de las,"Bodas Químicas", sí que de algún modo las tildó como un mero ludibrium propio de un jovenzuelo falto de experiencia. Al menos esas fueron sus palabras.
En "Christianópolis", como dijimos, una Obra escrita solo tres años más tarde, expone cómo podría ser una Sociedad Cristiana dirigida por los postulados cristianos de la Reforma Universal de los rosacruces.
Suponemos que nos encontramos, cada día, más lejos de dicha utopía dados los derroteros laicistas y anticristianos que está tomando nuestro mundo.
Continuamos con la primera parte de la Cuarta Jornada de nuestro anciano Christian Rosentkreutz, en su itinerario de la Bodas Químicas:
"Aún descansaba en mi cama mirando tranquilamente los cuadros y las estatuas admirables cuando, de repente, oí los acordes de la música y el sonido del triángulo; habríase dicho que la procesión estaba ya en marcha. Mi paje saltó de su lecho como un loco y tenía el rostro tan alterado que más parecía muerto que vivo. Imagínese mi angustia cuando me dijo que justo en ese momento mis compañeros estaban siendo presentados al Rey. Mientras me vestía a toda prisa no pude sino maldecir mi pereza y llorar a lágrima viva. Mi paje estuvo listo bastante antes que yo y salió corriendo del apartamento para ver en donde estaba la cosa. Volvió enseguida con la feliz noticia de que nada estaba perdido, que solo había faltado al desayuno pues no habían querido despertarme debido a mi edad avanzada pero que ya era hora de que lo siguiera a la fuente donde estaban reunidos la mayor parte de mis compañeros. Esta noticia me calmó, acabé de vestirme rápidamente y seguí a mi paje hasta la fuente.
Tras los saludos de costumbre la virgen se burló de mi pereza y me condujo a la fuente de la mano. Constaté que el león tenía una gran losa grabada en vez de tener su espada. La examiné con atención y descubrí que había sido tomada de entre los monumentos antiguos y colocada aquí expresamente para esta circunstancia. El grabado estaba un poco borroso a causa de su antigüedad. Lo reproduzco a continuación con exactitud para que cada cual pueda reflexionar sobre él.
"Príncipe Hermes/ tras todo el daño hecho al género Humano/ dispuesto por Dios;/ con la ayuda del arte,/ me he vuelto remedio de salvación;/ aquí fluyo,/ que beba de mis aguas quien pueda,/ que en ellas se lave quien quiera,/ bebed hermanos,/ y vivid"
(1378) Fecha del nacimiento de Christian Rosentkreutz
Está inscripción era fácil de leer y de comprender; la habían colocado aquí porque era más cómoda de descifrar que cualquier otra.
Tras habernos lavado primero en esta fuente, bebimos en una copa de oro. Después volvimos con la virgen a la sala para vestirnos con nuevas vestiduras. Dichas vestiduras tenían adornos dorados y bordados de flores; además cada uno recibió un segundo Vellocino guarnecido con brillantes; de todos estos vellocinos se difundían influencias según su poder operativo particular. Habían fijado en ellos una pesada medalla de oro. En la cara de esta medalla se veían el sol y la Luna frente a frente. El reverso llevaba estas palabras: El resplandor de la Luna igualará al resplandor del Sol; y el resplandor del Sol se hará siete veces más brillante. Nuestros adornos anteriores fueron depositados en cajas y confiados a la custodia de uno de los servidores. Después nuestra virgen nos hizo salir en orden.
Ante la puerta nos esperaban ya los músicos vestidos con terciopelo rojo bordado de blanco. Entonces se abrió otra puerta, que antes siempre había estado cerrada, que daba a la escalera del Rey.
La virgen nos hizo entrar con los músicos y nos hizo subir trescientos sesenta y cinco escalones. En esta escalera se encontraban reunidos preciosos trabajos artísticos y cuanto más subíamos más admirables eran; finalmente llegamos a una sala abovedada repleta de frescos.
Allí nos esperaban las sesenta vírgenes, todas opulentamente vestidas; se inclinaron cuando nos acercamos y les devolvimos el saludo lo mejor que pudimos; después fueron despedidos los músicos que tuvieron que volver a bajar la escalera.
Al tintineo de una campanilla apareció una hermosa virgen que dio a cada uno una corona de laurel; a nuestra virgen le dio una rama. Después se levantó un telón y vi al Rey y a la Reina.
¡Que esplendor y qué majestad!
Si no me hubiera acordado de los sabios consejos de la reina de ayer, habría comparado, desbordante de entusiasmo, esta gloria indecible al cielo. Verdad es que la sala resplandecía de oro y pedrerías, pero el Rey y la Reina eran de tal manera que mis ojos no podían soportar su brillo. Hasta este día había contemplado muchas cosas admirables, pero aquí las maravillas se sobrepasaban unas a otras como unas a otras se sobrepasan las estrellas del cielo.
Habiéndose aproximado la virgen, cada una de sus compañeras tomó a uno de nosotros por la mano y nos presentó al Rey con una profunda reverencia; después la virgen habló como sigue:
"En hornor de vuestras majestades reales, Graciosísimos Rey y Reina, los señores aquí presentes han afrontado la muerte para llegar hasta Vos. Vuestras majestades se alegrarán de ello con razón, pues la mayor parte están calificados para engrandecer el Reino y los dominios de Vuestras Majestades, de lo que ellas podrán cerciorarse poniéndolos a prueba uno por uno. Desearía por lo tanto poder presentarlos muy respetuosamente a Vuestras Majestades, con el humilde ruego de que mi misión se considere terminada y de que tenga conocimiento de cómo la he cumplido interrogando a cada cual. Después, depositó su rama de laurel."
*
Estámos ya, un poco de vuelta para intentar responde a aquellos que, a estas alturas, sostiene que las Bodas Químicas son un libro velado de alquimia y que Valentín Andreae fue un, al menos, aficionado a la alquimia, dado que la Obra que tenemos, entre manos, se denomina "Las Bodas Químicas" o "Bodas Alquímicas"
Lo cierto es que las Bodas Químicas son una mera aunque compleja alegoría acerca de la transformación espiritual del Ser Humano que se encuentra inmerso en una Búsqueda Interior. La sola mención de Hermes, en éste Pasaje, nos remite a la Gnósis Egipcia de los primeros años del Cristianismo primitivo.
Christian Rosentkreutz es una alegoría del Yo que ha logrado trascender al encontrar, en su interior, a su Christos, a su Señor. Eso es lo que es la Fuente de Agua viva a la que conducen a nuestro Protagonista. Cristo, en los evangelios, es representado como "Fuente de Vida Eterna". La copa de oro representaría el cáliz de la última Cena, el Santo Grial.
En éste episodio, nuestro anciano hermano demuestra que aún sufre las debilidades propias de ser Humano. Se ha dormido y eso le inquieta sobremanera; pero como dice el dicho "Dios aprieta pero no ahoga"; se le ha hecho tarde; pero no lo suficiente como para perderse lo verdaderamente importante. Se ha perdido el desayuno; pero eso representa una nimiedad respecto del conjunto de la jornada, porque lo que viene a continuación es grandioso.
La posibilidad de observar, por primera vez, tanto al Rey como a la Reina en su plena magnificencia. Antes de la visión real, puede ver sus rostros en el medallón donde se encuentran enfrentados el Sol y la Luna. Una Luna que, según la inscripción, no refleja la luz del Astro Rey sino que emite la misma cantidad de luz; dicho de otro modo, no existe distinción de majestad entre el Sol, el Rey y la Luna, la Reina.
El Rey representa la Mente del Ser Humano y la Reina su Corazón. Solo cuando el Rey y la Reina; es decir, la Cabeza y el Corazón, están equilibrados es que es posible realizar el proceso alquímico de la Iniciación que dará lugar al Hombre Nuevo, al Hombre Celeste.
Previamente, al encuentro con sus majestades, al revestirse con este nuevo Vellocino y sus medallones, los egos han tenido que abandonar sus vestimentas anteriores. Del mismo modo que durante el proceso alquímico en el que se produce una previa disolución de los elementos y una posterior coagulación de los elementos purificados por el fuego, aquí lo antiguo es abandonado para ser sustituido por algo mucho más sutíl y espiritual.
La Fecha del nacimiento de Christian Rosentkreutz es significativa (1378), donde 1+3+7+8=19=1+9=10; es decir, 1, en un siguiente nivel, en una segunda capa del proceso de "Solve et Coagula"
Los egos líderes de la Personalidad son presentados a los reyes que se encuentran en los tronos del corazón y de la cabeza; porque aunque hayan pasado unas pruebas previas, será a continuación la prueba definitiva y donde el Espíritu deberá elegir a sus más fieles servidores.
Este Proceso de presentación ante el Fuego del Espíritu acaba cuando la simbólica virgen solicita retirarse tras su trabajo cumplido. El trabajo de haber probado primero a los egos para después llevarlos ante la presencia del Fuego Espiritual representado, en nuestro Plano de existencia, por el Rey y la Reina, por un Sol y una Luna con unos poderes extrañamente idénticos.
Aralba Pensator Minister, Frater R+C