jueves, 12 de abril de 2012

KAOS QUÁNTICO, Libro IV: Cosmogénesis; La Estrella


17 – (1+7=8) La Estrella



Ya está presta Gaia, la Emperatriz, para ser rescatada. Renace de sus antiguas aguas de materia primordial disueltas por los neutrinos espirituales del Mundo original. Es cierto, que ella mira con nostalgia hacia el pasado, pues tanto parto, durante tantos eones, le resulta como haber sido un sacrificio harto inútil.



Arriba están, esperándola, sus hermanos renacidos, las constelaciones, los Eones luminosos que alumbraran antaño los negros cielos de un enorme anfiteatro. Los doce eones principales, partes divididas de Osiris, indican a la Dama, con voces celestiales, que no ha de preocuparse pues tal pérdida no existe. Todo lo que diste a luz, en aquel valle de lágrimas, persiste latente en tu seno. Nada se ha destruido para siempre solo se ha transformado espiritualizándose para que puedas ser elevada y rescatada de este Plano, ya pronto inexistente.



Elévate con nosotras, le dicen sus luminosas hermanas. Ya es tiempo y hora de que regresemos a casa. Todos aquellos que se perdieron porque fueran creados por los demiurgos arcontes y no por nosotras, en realidad, no tenían vida propia. Venga Hermana, no sientas añoranza por algo que no merecía la pena. Todas las almas que nos pertenecían y que pervivían gracias a nuestro luminoso espíritu, ya están con nosotras, en nuestro interior, esperando que abramos la puerta dimensional del añorado regreso. Allá están nuestros hermanos, esperando hacernos muchas preguntas tras la función. Han contemplado un espectáculo que para ellos ha sido efímero; pero, lamentablemente, para nosotras, ha transcurrido una infinidad de tiempo en profundo sueño.



Sí, hermanas, nos contesta la sagrada Emperatriz. Esperadme que ahora voy y elevándome regreso con vosotras. Mi sagrado vientre mantiene la memoria de todos los intérpretes que se manifestaron como Hijos de Isis. Incluso las criaturas sin alma verdadera creadas por los Arcontes. Inclusive la propia personalidad de los mismos arcontes, su esencia y su memoria, regresarán con nosotros purificadas. Ya sin miedo ni ignorancia porque saben, ahora sí, lo que en verdad llegaron a ser. Solo tristes herramientas necesarias para la manifestación de los dioses en un mundo finito y temporal. Ellos nos sojuzgaron, ahora solo son un divino recuerdo.



Ahora, ellos, conocen como fueron programados y colocados en su debido lugar por un sagrado guión de escritura genética. Saben que su misión era desarrollar un escenario donde nosotras poder interpretar. Saben que ellos, antes no eran nada, después se enorgullecieron creyéndose, por acomodadores, eternos e inmortales. En su final redescubrieron que su poder era efímero y que contra nuestra consciencia y memoria de nuestro Real Origen, nada podían hacer. Ahora están confinados, ellos y sus innumerables criaturas creadas, en nuestro luminoso Seno, como experiencias inolvidables y que nos sirvan como incentivo ante nuevos y cósmicos retos.



Ellos, los arcontes, llenaros los mundos que de forma automática creaban con infinidad de marionetas sin función alguna. Mientras más seres sin alma verdadera modelaban, más difícil nos lo ponía a nosotras para que nos diésemos cuenta del engaño que habían tramado a nuestras espaldas. Dolor, desesperanza, crueldad y enfermedad fluyó durante muchos cientos de miles de millones de años por un escenario, que en origen fuera ideado como amable, luminoso y cuna de una profunda felicidad, sin rueda de las existencias ni karma.



No obstante, hermanas mías, tenéis razón Eones, presto me uniré a vosotras pues atrás nada dejo. Todo viene con nosotras, nada se ha perdido. No hay lago de fuego ni infierno que valga. Se es o no se es. Quien fue sigue siendo. Quien nunca fue, ahora será en nuestro corazón y en nuestra memoria. Toda la materia ha sido purificada por los Midiclorianos del Mundo Original. Ninguna partícula dejamos atrás. Hacedme un sitio hermanas que atrás dejo mi tristeza para transformarla en un día de gozo y felicidad. Dejadme que alumbre como vosotras en el firmamento estrellado. Hacedme un sitio en la cabalgata que nos lleve hasta el estallido final. Ya estamos de regreso a casa y con nosotras llevamos el éter de un lugar aparentemente vacío. No lo es, no lo fue, porque nosotras lo ocupamos todo, aquí y en el otro Mundo, nuestra Real Casa.



Concepto Quántico de la Gnosis

En cierta ocasión, un buen anciano, amigo mío, me realizó la siguiente cuestión: Hijo mío, de dos individuos cuyas vidas peligran en alta mar, siendo uno de ellos marinero y el otro no ¿Cuál de los dos  crees tú que sobreviviría? Evidentemente, contesté lo mismo que diría cualquiera de vosotros. El marino conoce la mar y salvo que los hados decidan el destino, él será quien se salve. Evidentemente, ni mi anciano amigo ni yo creemos en los hados del destino; por lo tanto, dentro de nuestras mentes, el individuo que no era conocedor del mar estaba irremisiblemente condenado.

¿Que quiero decíos con esto?

1º Que el Mundo hoy por hoy, tal y como lo conocemos, es una Canalla.

2º De todos los humanos que respiramos en este Mundo, a los que mejor les va, como no podría ser de otro modo, es a los canallas. (El conocimiento de esta evidencia es debida a la Gnosis)

Es posible que pudiera haber por ahí organizaciones que se autodenominasen iglesias gnósticas, organizaciones de tendencia gnóstica o fraternidades de inspiración gnóstica; pero ¿sabéis una cosa?, ¡Sí, eso es! Intentan engañarnos porque cualquier Organización Legal, de un modo u otro, trabaja para el Sistema y el Sistema y su Mundo, creado a su imagen y semejanza, son esa Canalla de la que estamos hablando. Esas gentes, que merodean en esos ámbitos, pseudo esotéricos, religiosos o pretendidamente filantrópicos, aún no tienen ni idea de lo que es la Gnosis y defienden a reyezuelos indecentes.

Hoy, vamos a tener el humilde privilegio de contestaros a esa pregunta ¿Qué es la Gnosis?; pero para ello, consideramos que es mejor comenzar explicando lo que no es la Gnosis. La Gnosis no es un conglomerado sincrético de diferentes religiones y filosofías antiguas. Es cierto que la Gnosis, La Verdad, se encuentra impregnándolo todo; pues se trata de la base irrefutable de la memoria atómica de todo lo que existe, tanto microcósmico como macrocósmico; por ello cualquier teoría, creencia, filosofía o ideología siempre posee algo de esa Verdad, la Gnosis.

La Gnosis se encuentra en todas las partículas de todas las cosas, sean seres animados o inanimados, sintientes o inteligentes, de la tierra o de otros planetas inimaginables. Esa Verdad es la que se opone, de forma natural, a todas aquellas cosas que realizamos a sabiendas de que algo no está bien. La Consciencia es la Ventana por la que se asoma a nuestros cerebros la Gnosis. La Gnosis es una Entidad extraterrestre, de otra dimensión y que no pertenece a nuestro Multiverso, porque la Gnosis es el único Recuerdo que tenemos de nuestra esencia divina, de una Arcana Existencia y de nuestro origen divino y eterno.

La Jerarquía que creó este Mundo, cuando todo acabe, dejará de medrar, de existir, de poseer poder sobre los dioses, los verdaderos creadores primigenios. Ella no puede permitir, en modo alguno, que el Hombre recuerde la Gnosis, que se le abran los ojos a la Verdad absoluta: Que somos dioses ordeñados como vacas lecheras para alimentarlos a ellos, entidades demoníacas, y que no tienen derecho a la existencia. Esa Jerarquía no puede consentir que el Hombre comprenda que la Gnosis está, ha estado y siempre estará con él, porque en el fondo, la Gnosis es Él. Ese día, a los arcontes se les caerán sus ladinas caretas.

Mientras antes tomemos consciencia de que este Mundo es un lugar de paso y que no merece la pena ser preservado, tal y como está ahora mismo, antes acabaremos con el falso poder de los demiurgos y sus huestes, los Elohim. Mientras la Crisálida no sea destruida, será imposible que surja la divina Mariposa. El Mundo es como un vientre cuya placenta nos alimenta; pero día vendrá en que esa placenta será abandonada y con ella todas las jerarquías que nos oprimen a los hombres verdaderos, sus Dioses.

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