Dejaste atrás el Arquetipo del Arcano sin nombre y has dejado de ser Humano, unión de Simio y Dios; pero tu Ser contiene todas las experiencias del Simio y deberán ser escanciadas en un Odre de los planos inferiores, pues en el Eón de Shambala solo puede penetrar lo auténticamente espiritual al ciento por cien. En este plano espiritual intermedio se transforma el hierro del Alma en acero inmaculado e incorruptible. El Alma limpiada en los planos, mundos, de espiritualidad intermedia podrá elevarse con sus propias alas hasta los más límpidos y sutiles.
Ya cogiste mi mano, amor mío, te dejaste llevar por mi consciencia despierta cual extranjero conducido por guía en país extraño. Cierto es que falta poco para la consumación de la unión de nuestras almas gemelas; pero este proceso de purificación extrema es necesario. Hace eones, Adam Kadmón, también conocido como el Mago, quiso encandilar a sus hermanos del Mundo Original con un espectáculo de ilusionismo extremo. Nosotros, en origen eternos, pasábamos el no tiempo, construyendo mundos etéreos e incorpóreos. Escenarios donde interpretábamos mil y una secuencias teatrales cada vez más espectaculares.
Un día el Mago nos dijo que había hallado la forma perfecta para conseguir una interpretación magistral. El abandono de la memoria. Si abandonamos la memoria de nuestra Vida y de las interpretaciones anteriores, conseguiríamos llegar hasta lo sublime y magistral. La esencia de Adam Kadmón, el Mago, nosotros mi amor, construyó un agujero de vacío estelar, dentro de nuestro Verdadero Mundo como no podía ser de otro modo. Muchos voluntarios se apuntaron para desarrollar tan novedoso experimento y se dirigieron hacia ese Mundo nuevo lleno de vacío y de nada, vacío de todo. Como consecuencia de ello, hubo que estructurar una serie de normas que permitiesen la construcción del nuevo Mundo. De esta tarea se encargó la Sacerdotisa; o sea, el fuego explosivo del primer big bang y sus primeras partículas subatómicas.
Las mentes de los valientes actores fueron descuartizadas, junto con sus sublimes cuerpos polarizándose en dos partes diferentes y que por inercia tenderían, con el transcurrir del tiempo, a volver a unirse. Así se constituyó el Universo que conocemos como escenario teatral de esa Ilusión del Mago. El Espíritu mecíase en el Caos. La emperatriz había tomado forma y de su seno nacieron los cuerpos que contendrían los espíritus seccionados y polarizados de Adam Kadmón. Había nacido el Emperador el Simio Hombre con esencia de Dios. Pero ¿De que se trataba la Cósmica Obra de Teatro? De reintegrar al Ser dividido en la Unidad que Siempre ha sido.
El Mundo que conocías es un Puzzle, mi amor, un puzzle compuesto por infinidad de piezas que casan de dos en dos. En el instante que todas las piezas estén reconstruidas, habrá terminado la función y Adam Kadmón, nosotros, podrá retornar a su lugar de origen para seguir recreando escenarios e interpretando nuevas y genuinas Obras de espectacular belleza. Nosotros somos dos fichas polarizadas de dicho puzzle y si nos unimos habremos dado el primer paso para la reconstrucción. Tendremos que unir nuestras experiencias cual odre escanciado de dos tinas. Por ello, siempre has tenido algo de mí y yo siempre he compartido casi todo de ti, tu memoria.
Ahora, mi amor, conozco lo que tu conoces, pues estamos a punto de unir lo que el Primer día, el Primer minuto, el Primer segundo de aquella explosión se dividió cuando el Mago lanzó a la Sacerdotisa a este Plano para que constituyera los Cimientos de Gaia, el Escenario; pero tu memoria deberá ser cercenada si queremos elevarnos hasta lo más alto. Nuestras alas no podrían soportarnos si en las almas de nuestro espíritu aún mantuviésemos esa parte del hierro que puede ser atacada por el hollín. Ahora templamos, ese Celeste Cuerpo, para que lo que queda de su cáscara, la memoria del Simio, quede alejada del camino que nos conduzca a nuestro sagrado destino de unión; porque el cuerpo de Osiris que fuera dividido deberá ser reintegrado para retornar a nuestro verdadero Hogar. Ahora sí, mi amor, elevemos el vuelo angélico como un solo Ser. Padre nos espera en el siguiente Arcano para unir lo que nunca debiera haber sido separado. Atrás queda Gaia esperando, no nuestro retorno, sino su rescate.
Tesla: Transeunte, peregrino y ermitaño Quántico |
En muchas ocasiones habremos oído decir que en esta Vida estamos de tránsito, pasamos por ella como un suspiro, un pequeño soplo de viento que tras surgir se desvanece.
Dada la relatividad del tiempo, si pudiésemos observarnos a nosotros mismos así nos parecería. Para nosotros el tiempo parece pasar más o menos lentamente; pero visto desde un punto de observación, en el futuro, nos damos cuenta que todos los años que dejamos atrás han corrido más de la cuenta; pero ¿Qué ha sucedido mientras tanto?
Solo cuando nos convertimos en ermitaños; es decir, hemos parado de correr y huir hacia delante y nos detenemos a meditar comprendemos que todo ese tránsito que ha ido quedando atrás tenía, visto bajo el prisma del destino, un Significado.
La consciencia nacida de la reflexión nos indica que nuestros pasos, cual caminante, no carecían de sentido sino que abrigaban un fin y descubrimos que los presuntos transeúntes no dejan de ser otra cosa que peregrinos de la Vida y cuyo destino final es este: Pararnos un instante y dejar que la mente procese todo lo vivido.
El Transeúnte camina sin rumbo fijo, eso cree él y por ello se siente como vacío y cuyo destino se le muestra tan negro como gruta de lobo.
El Peregrino presiente su origen y, más o menos, tiene claro cual es su Destino. Dejó de ser una marioneta en las invisibles manos de los hados y la tristeza inherente del transeúnte ha dado paso a la sonrisa propia de quien asiste a su propia boda.
El Ermitaño comprende que su búsqueda ha concluido y se muestra, la Vida, ante él como un plano a punto de concluir y al que solo hay que darle algunas pinceladas. Solo él es consciente de que primero hubo uno que se llamaba transeúnte para dar paso, posteriormente, a otro cuyo nombre era Peregrino. El Peregrino contenía en sí al Transeúnte y ahora él contiene a ambos.
Ahora, la soledad y la aparente inactividad han dejado fluir la corriente gravitatoria del Ser Cósmico, que sabe que es. Siempre lo ha sido; pero solo en esencia, en germen, dado que solo ahora se sabe uno con el Mundo y, por ende, uno con la plenitud del Ser.
El Transeúnte tuvo que ser primero, con todas sus cuestiones interrogantes. Después el Peregrino se alimentó de las respuestas que pudo hallar, a su paso, el anterior avatar; pero solo hasta que el Ermitaños se volvió consciente de la Verdad, no llegaron a existir ni el uno ni el otro. Solo el Ermitaño es consciente de que han existido, en su Ser, tres personas distintas que como en una carrera de relevos se iban dando el testigo.
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