Así como existen Libros de Historia donde las Personas pueden aprender de los aconteceres del pasado, por medio de la visión; también existe una memoria que se transmite por generaciones a través del código genético del Hombre. Ese es el famoso Libro (N) de la Naturaleza de los Rosacruces. Allí van los Iniciados a meditar para saber, en cada momento, lo que Gestar les requiere.
El Gran Consejo de Gestar (En Pleno)
(Gestar versus Alpha–Omega)
La Memoria Oculta
–Gustado simbionte Humberto, el Consejo de Gestar ha salvado tu presente vida orgánica. Laura, la que te hacía reír y provocaba una extraña excitación en toda tu carne y en todos tus huesos, somos nosotros, los navegantes espacio–temporales del Gestar atemporal.
Ahora, en tu presente, dentro de los pliegues del continuo, no eres consciente de lo que estamos implantando en una porción infinitesimal de tu cortex cerebral, al que denomináis vulgarmente como receptáculo de la memoria. Ciertas moléculas de Acido Ribo–Nucleico se volverán activas dentro de tus neuronas en un momento predeterminado de tu vida temporal actual, gracias a un proceso de retardo vírico desconocido por los miembros de vuestra especie.
Deberás disculparnos de que no utilicemos el lenguaje más correcto para que nos pueda comprender tu inteligencia; pero parecida dificultad encontramos nosotros a la hora de intentar comprender vuestras costumbres y expresiones individualistas, a la que tendrían ustedes, de ser elevados sin más, a nuestra condición actual de semi–omnisciencia.
Me provoca un gran éxtasis, la tentación de referirnos a ti de un modo individual, tal y como hacéis entre vosotros; pero nuestra existencia, permanente, se basa en una única conciencia colectiva que viene perpetuándose desde la singularidad anterior a la existencia del Tiempo hasta la singularidad que permanecerá después de que aquel haya fenecido con sus eras y edades de truncada eternidad.
De hecho, vosotros formáis parte, junto con nosotros, de esa Entidad en la que todo vive y de la que todo se nutre; pero hace muchos eones de vuestro tiempo, casi infinitos big–bang, de fintas sobre fintas, de pliegues sobre pliegues debidos a la interacción entre las diferentes fuerzas de los universos, se produjo un accidente... ¿Cómo lo denominan vuestros científicos? Cuántico ¿acaso?; dando lugar al estallido de una singularidad temporal, produciéndose burbujas gravitatorias que originaron la formación de diversos universos plegados sobre sí mismos y sobre otros universos y que provocaron el nacimiento del espacio y del tiempo conocido.
Para que lo puedas entender, amado Humberto, lo que podría denominarse como Universo Primigenio o Universo Original quebró, espiralmente, hasta convertirse, algo o parte, en infinitos, para vosotros los humanos, universos paralelos que danzan al vertiginoso ritmo de lo que denomináis como Big–Bang primero, y Big–Crunch después.
Esa prisión en la que permanecéis físicamente, tiene como consecuencia posterior algo mucho más importante, ya que mantiene vuestra Eterna Inteligencia condenada a vagar por los escombros del espacio tiempo, en busca de nuevos simbiontes, cuerpos biológicos, con la intención de retomar las riendas de vuestra existencia primigenia.
Uno de esos simbiontes, gobernado por una poderosa inteligencia, ha intentado acabar con tu vida… Somos conscientes de que cuando despiertes de tu letargo inducido creerás, firmemente, que nosotros – La Entidad Laura– fuimos la causante de tu tremendo sufrimiento. No me hagas reír.
Hasta que llegue el momento indicado, no sabrás nada de esto y, por lo tanto, tendremos que convencerte de que te encuentras en un error, pues mientras no lo entiendas, no podrás continuar con tu investigación, tan vital tanto para vosotros como para el Consejo de Gestar.
El Ego, que ocupa la porción cerebral de tu simbionte, en la que te estamos introduciendo la información vírica, está ausente sólo temporalmente, en un nexo atemporal conocido como la Brecha, que no es Gestar; sino que aún pertenece a vuestro universo conocido. Hemos actuado de este modo, para que tu recuperación orgánica pueda llegar a ser absoluta.
Al principio de esta grabación en ARN., intentamos mostrarte, quizá sin éxito, un aparente diálogo entre diversos cuerpos de la Conciencia de Gestar; pero debes saber que allí todo se sabe y que no existe la individualidad, pues todos somos Uno. Llegará el día en que tu personalidad sea consciente de la existencia de Gestar, desde donde se gestionan todos los universos y desde donde, todos ellos, han sido gestados; pero mientras llega ese día, deberás seguir trabajando en resolver el enigma que se oculta en el laberinto de tu mundo y que tanto nos afecta.
Amadísimo Humberto, yo te amo de verdad. Te deseo a muerte, como diríais vosotros, y probablemente llegue a manifestarme en el futuro, de un modo más natural, a ti; pero debes saber, amadísimo, que si lo hiciera, perdería mi actual condición de omnisciencia y omnipotencia. Entonces, no podría regresar al Continuo de Gestar sin tu colaboración; pero me pregunto. ¡Sí!. dentro de mi humilde omnisciencia colectiva, me pregunto: ¿Querrás en dicho instante regresar conmigo? ¿Estarás preparado para poder dar el salto? No podemos ver en tu mente el futuro, ya que está enterrado por un increíble cúmulo de quiebros sobre fintas y de esos pliegues sobre otros pliegues, conformando un infinitamente complicado juego de ajedrez. Si no llegas a encontrarte suficientemente instruido, podría quedar atrapada en una prisión de carne que me condenaría a la putrefacción, primero, y a la muerte después.
Pero lo malo no es eso, sino lo que se desprende como efecto secundario, ya que de presentarse la Parca, la noria gravitacional de la vida y de la muerte me retendría como prisionera en vuestro mundo dual. Tomaría posesión de mi persona, rompiendo el vínculo que todavía me une a la Conciencia supra–cósmica del Neblinoso Gestar. Llegado ese momento, dulce Humberto, perdería la memoria del que, sólo entonces, se habría convertido en mi pasado.
La ecuación que se nos presentaría, sería terrible amado mío, ya que no atándonos nada con la materia, escogeríamos los simbiontes, tras el tránsito de la muerte, que vibraran en una frecuencia resonante con nuestras historias personales; es decir, para ser más exactos, no seríamos nosotros los que podríamos elegir a nuestros simbiontes, sino que ellos se pegarían a nuestras renacientes mentes como lapas cuyo sino fuera perpetuar, por toda una eternidad, un estúpido sufrimiento. ¿Pero donde aterrizaríamos? ¿Tú en Alaska y yo en Australia? ¿Yo en el terraformado Marte y quizá tú en las colonias submarinas de la acuática Europa?
Como te dije, debes de comprender todas estas cosas, muy claramente. Como navegante espacio–temporal de Gestar, estamos vinculados a tu personalidad material por la propia contaminación atómica de kuarks y “spines” unidos por gluones que conforman vuestra submaterial existencia.
Si cometiera la temeridad de arriesgarnos a tomar ese cuerpo natural, no virtual del que te he hablado, y que tú tanto ansías poseer, deberías conocer los riesgos que supone. Tú, desgraciadamente, ya estás perdido en el espeso caldo de las cíclicas existencias; pero yo...
Te hago participe de mis dudas por un solo motivo. Si permanecemos estáticos, la rueda seguirá girando; pero nada habremos resuelto y todo permanecerá como hasta ahora. Por el contrario, si el riesgo lo asumimos y es superado, no solo saldremos tú y yo de ésta prisión gravitacional; sino que habremos dejado abiertas las puertas de par en par y el camino trillado para que la Luz magnificente de Gestar pueda llegar a iluminar el camino al resto de la humanidad, y así podamos, navegar todos, trascendiendo lo material y envolviéndonos de lo mental, hasta más allá de lo que vuestra especie conoce como Estelar.
¿Porqué ha sido elegido para esto, Capitán Humberto? Porque tú eres un individuo. Porción insignificante en la generalidad de la masa; pero dígito significativo en la ecuación de la Eternidad... No podemos esperar, ya es tiempo.
Ahora, amado Humberto, regresa del limbo en que te encontrabas recluido, ya que los médicos terrestres han recuperado para tu Mente a tu simbionte. Echarás de menos el no tener necesidad de luchar contra los instintos de tu cuerpo; pero reconoce al despertar, ya, a la enfermera que recoge con un suave paño el abundante sudor de tu frente.
–Laura..., Laura... No, no ha sido un sueño. Estoy en un viaje virtual.
–No, estás en un hospital recuperándote de una arritmia cardiaca inducida. Cálmate cariño.
– ¿Porqué has intentado matarme?.., ¿Porqué has desistido?
Laura, la enfermera sonrió.
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