martes, 26 de julio de 2011

KAOS QUÁNTICO, Libro I: El Extraordinario Viaje de Adam Kadmón, Añoranza por un Recuerdo olvidado

Todo el mundo siente algo de nostalgia, incluso por lugares o seres que ni tan siquiera es capaz de intuir. Esa añoranza pertenece al Espíritu que no es otra cosa que el Dios al que tenemos arrendado nuestro corazón.

Satki (nombre de Kalí, antes de que su pueblo fuese invadido por los bárbaros del norte)

Añoranza por un Recuerdo olvidado



         -Pronto regresas al lecho, mi dueño y señor –se dirige, sensualmente, Kali al varón que ha penetrado en sus aposentos. Ieu era un varón de pelo castaño, piel blanca y ojos azules. Su cabello, media corpulencia y estatura indicaban que se trataba de un mestizo. Ni era ario ni indo-europeo.
         -Kali, mi amada, ya he contemplado la carnicería de ahí afuera. Ciento diez años tenía el tuerto, mi dragón y mucho a él yo lo quería ¿Decirme podrías, quien ha sido?
         -Podría Ieu, mi Amor; pero hoy no te lo diré. Yace hoy conmigo en mi lecho y olvídate de todo lo demás.
         Kali pensaba tan solo en transmitirle a Ieu el aliento de su hermana Edith por medio de un simple beso.
         -Lo han desollado, Dios mío ¿Quién ha podido tener la osadía de retarme de este modo?-dijo Ieu mientras, con mirada inquisidora interrogaba a Kali.
         -El próximo seré yo ¿no es cierto?
         -¿Cómo podéis decir eso, mi Señor? Yo os amo de corazón.
         -Lo sé Kali; pero no me tomes por tonto. De sobra sé que el tiempo de vida que me queda depende tan solo de tu voluntad.
         Kali puso expresión de extrañeza.
         -Si, Kali –continuó Ieu-, sé que guardas una hoz bajo tu lecho y está reservada para mi cuello. ¿Qué otro sentido tendría, ese instrumento de muerte, si solo yo os visito?


         -Amor mío, para defender este –mostró la cama-, tu lecho de cualquiera que mancillarlo intentase.
         -Ya, y me lo creo –sonrió Ieu con ironía-, de sobra sabes Kali, Reina del sexo, que la vida no me interesa en modo alguno. Que la muerte llevo buscando desde generaciones sin encontrarla como es debido.
         -Lo sé amado, ven conmigo y recibe un beso de amor.
         -Antes Kali, contéstame una pequeña cuestión ¿Porqué aún no te he matado?
         -Tú sabrás Ieu, tú sabrás.
         -Yo no lo sé querida Reina morena.
         -Quizá veas en mi rostro nostálgico algo que te perteneciera. Algo de antaño. De otra vida ¿Quizá?
-Por cierto, Ieu, ¿vas a quitarme el arma?
         -No, mi Amor –dijo Ieu, serio y caviloso-, tenlo junto a ti y úsalo cuando debas contra mí.


         -¿Incluso contigo? –preguntó extrañada.
         -De sobra sé que lo tienes reservado para mí.
         -Ven Amor mío –suplicó la obligada meretriz-, yace conmigo y absorbe mi aliento cargado de cálido amor.
         -Estás hoy obsesionada con un beso ¿porqué?
         Viendo Kali que el Jefe Guerrero sospechaba, ésta le dijo.
         -Ieu, quiero que recuerdes tu Alma.
         -¿porqué, mi Reina, que queréis decir? Estoy harto de dar y recibir besos ¿Porqué ese beso podría hoy ser distinto?
         -Porque Ieu, escúchame con atención. Tengo en mi Corazón algo en prenda, de Edith, para vos. Una llave que abrirá vuestro propio corazón y despertará en él una chispita de luz, que como semilla durmiente mora en vos desde tiempo inmemorial.
         -¿Edith?..., ¿Quién es Edith? Y toda esa palabrería esotérica ¿que significa? Ya sé, tenéis vuestros magníficos labios humedecidos con algún veneno letal. Ya sé, venga ese beso ya.
         -¿Eso creéis gran guerrero?
         El rudo y bárbaro guerrero, atrajo hacia sí el cuerpo de la Reina morena y la abrazó como solo el amor más puro y pasional demostrar puede.
         -Veneno o no, es lo mismo-dijo él-, Tan buen día es hoy como otro para que la parca visitarme quiera.
Los dos amantes juntan sus labios. La luminosa y enjoyada estancia parece apagarse lentamente. Dos bocas se unen y un halo de luz azul parece surgir del interior de la Reina. La propia pasión de la carne hace el resto. La información del Alma de Edith, la Reina güera, penetra en las entrañas de Ieu.


         El corazón del guerrero abre sus puertas de par en par al contacto con esa azulada llave de luz. Una microscópica semilla, que enquistada se encontraba en el interior de aquel, parece despertar al encontrarse envuelto en un halo de luz.
         La semilla crece, de repente, magnífica y luminosa. Tanto que estremece de terror al fornido guerrero.
-Kali, bruja mía ¿Qué me has hecho? Me has matado. ¿Quién soy yo, quien eres tú?
-Tranquilo Ieu, pronto comprenderás. Tan solo habías olvidado. Te han sido devueltos tus recuerdos. Mi Hermana Edith te los ha devuelto. Ella ha sido. Sí. Deja que los recuerdos se aposenten en tu memoria poco a poco. Después comprenderás.
-Edith, esa tal Edith, ahora veo, sí como dijiste es tu Hermana.
-Edith es más que eso Ieu. Edith es tu Alma Gemela y que lleva buscándote desde tiempo inmemorial.


-Todavía no veo claramente Kali. ¿Qué me dices? ¡He estado yaciendo con una Reina del Cielo y a la que mil veces he violado!
-Tranquilo, mi Amor –intentó Kali calmar al desesperado guerrero-, todo es normal. Tanto Edith como yo somos entidades divinas. Tú, no has violado ni matado a nadie. Tú solo buscabas sin encontrar. Esa ha sido tu locura; pero ella termina ahora aquí, ya.
-¡Dios, Kali! ¿Cómo puedes decir eso? Cientos de miles de personas han muerto por mi culpa. Miles han caído bajo el filo de mi espada, el resto por mi propio mandato.
-Ieu, descansa un poco y tómate este tesito.-La reina vertió la infusión en una pequeña taza de porcelana- Bébelo, cariño mío, tranquilízate y escucha mi explicación.
El nerviosismo del guerrero se fue apaciguando e instó, con un gesto, a su amante reina para que comenzara esa tan anhelada explicación.
-Ieu, ahora mejor ¿verdad? Tu afán de buscar sin saber el qué, te ha llevado hasta la desesperación y ha propiciado un desorden mental que te lleva hacia la destrucción.
-Como te he dicho, tú no has matado a nadie –prosiguió la Reina morena bajo la incrédula expresión del desnudo y desarmado guerrero-. Tú, como el resto de los seres vivos, estáis inmersos en un sueño donde todo ocurre. Tu vida se desarrolla en el Mundo de Maya. Así lo conocemos por estas tierras. Todo sucede en ese sueño. La vida, el envejecimiento, el sufrimiento, la felicidad y la muerte.


-Pero, pero yo he visto correr la sangre. He visto la expresión terrorífica de los moribundos. Esos rostros miraban el mío con súplica y desesperación-, interrumpió Ieu.
-Aunque pueda parecerte mentira Ieu, todo ha sido una simple ilusión. En otra Vida, una anterior, antes de partir para el Mundo del Alma, se te dio un beso como el que yo te acabo de dar; pero la situación era crítica y poco adecuada; por lo tanto, los recuerdos de aquello, en esta vida, son defectuosos. Sabes cosas; pero no sabes porqué las sabes.
-Una boca sangrante, un beso de un varón. No puede ser –, protestó Ieu.
-Veo que vas recordando, mi Amor, eso está bien. Tu Alma pertenece a un Eón, una porción de espíritu de Dios. Adam Kadmón era uno de los nuestros. Me refiero a mi Hermana Edith y a mí; pero al recrear este ilusorio escenario, que la vida es, perdió toda su consciencia aunque no su poder creador y que automáticamente iba construyendo lo contenido en el Libreto.


“Los Eones, espíritus escindidos de la unidad,  empezaron creando a los legisladores, Arcontes, potencias de la Naturaleza”
“Con el transcurrir del tiempo, ingentes cantidades de tiempo, los artificiales arcontes tomaron consciencia tanto de su propia existencia como de las acciones que les eran requeridas, dándose cuenta que si los eones, algún día, se reunificaran en el único cuerpo de Adam Kadmón, éste acabaría tomando consciencia de la anómala situación, acabando con la función. Entonces los arcontes, no siendo ya necesarios, dejarían de ser, de existir”
“Debido a esto, en sus artificiales mentes, anidó el terror por el dejar de Ser. Debían por todos los medios, así lo decidieron, mantener dormido a Adam Kadmón, dividido e ignorante de la situación para poder, ellos, medrar y mantener la situación por toda una eternidad”
“En su lógica ignorancia, los arcontes, no contaron con que había otro lado desde donde los hermanos de Adam Kadmón hacíamos todo lo posible por restaurar la situación”


Ieu permanecía atento al discurso de su amada diosa morena.
-Una de esas partículas de Adam Kadmón, un Eón te he dicho, está compuesto de dos polaridades. Dos almas de características complementarias. Existe una estrella física en el firmamento nocturno que es vuestro auténtico Eón. Vuestra morada.
-¿Morada mía y de quien más? –interrogó Ieu.
-Sí, Ieu, ya vas recordando. Despacio pero recuerdas. Tus preguntas son coherentes y cargadas de inteligencia. Yo te seguiré ayudando.


“Todos tenemos una estrella en el Cielo que es la imagen de nuestro Espíritu; pero no es solo nuestro, también de nuestro compañero o compañera del alma. Edith, amor mío, Edith y no yo es tu otra parte. Los dos conformáis el alma completa de vuestro Eón -proseguía su relato la Reina Morena-, Edith, como memoria de Adam Kadmón, junto a mí y a otras dos de mis hermanas estábamos a buen recaudo al otro lado, en el Mundo Original, de este minúsculo mundo de caos y destrucción. Ese mundo de donde todos, sin excepción, venimos”
“La intervención, de la que te he comentado, fue mandarnos a las cuatro hermanas gemelas para intentar poner orden en este caótico escenario que el mundo conocido por ti es. Brunilda, la Reina Guerrera se encargaría de llevar al límite la mente de los hombres, hasta enfangarse en la miseria y tocar fondo. Solo entonces podrían los humanos lanzar su oración, metanoia, como una clemencia hacia el cielo. Bárbara se encargaría de reciclar los cuerpos que os mantienen conscientes para que el sistema pudiera permanecer estable hasta que la inevitable restauración pudiese llevarse a cabo”


“Yo, ya ves Ieu, Diosa de la venganza soy una venganza kármica, al contrario de lo que pensáis, pacífica porque de mi heredad nacerán los avatares, mesías y profetas; pero Edith, Edith es la más importante Ieu. Ella posee tu memoria completa y que solo podrás recibir de sus propios labios. Los dos juntos formáis el alma completa de vuestro Eón. Sois el Ying y el yang de vuestro espíritu o estrella”
“Cuando lleguéis a encontraros, os amaréis al instante reconociéndoos el uno al otro con un simple beso. Tú le transmitirás a ella todo lo ocurrido desde que Adam Kadmón comenzara su triste andadura, porque debes saber que gran parte de eso es ignorado desde el otro lado. Ella te transmitirá, como te dije, tu anterior memoria del Mundo Original y con ello, la posibilidad de cambiar el Mundo de un modo radical”
-Entonces- ante la atenta mirada de Ieu, quien ya iba encontrándose cargado de convicción, la Reina Morena Kali, la Hindú, continuó-, vuestro Eón tomará consciencia de sus situación y actuará tal y como crea conveniente. Primero desactivará a los arcontes que impiden que la humanidad recuerde y después, activando la consciencia de sus propios hermanos, células espirituales escindidas, tras propiciar con su inmenso poder el encuentro de todas y cada una de las almas gemelas hasta constituir el inmenso puzzle que el Universo es.



-Ya entiendo –interrumpió Ieu-, solo entonces los Eones se reunirán en una sola y única Entidad, Adam Kadmón. Solo ahora sé de quien se trata. El necesita ayuda y no adoración. Necesita que lo despertemos, no que le solicitemos cosas mediante la oración. Solo entonces, el telón de la Obra de Teatro universal caerá y el mundo, con su ilusión, acabará. Adam Kadmón, entonces, a su Mundo Original regresará junto a sus divinos hermanos, conteniendo en su interior a todas las consciencias que hayan vivido en el mundo de Maya, de la Ilusión. Pero, ¿Qué pasará con este Mundo y sus Seres vivos?
-Sin más desaparecerá -prosiguió Kali-, este Mundo, como bien has dicho, permanecerá en el interior de Adam Kadmón que al fin y al cabo es de donde salió. Toda la memoria, todas las experiencias y todas las entidades conscientes permanecerán vivas con él y en él durante toda la Eternidad, tal y como siempre ha sido. Porque la Eternidad es la Única Verdad. El Tiempo y su temporalidad solo es una estratagema interpretativa. 
-Gracias, Gracias Kali –El Guerrero Bárbaro se incorporó con la intención de marchar.
-¿Dónde vais, mi amor’? -preguntó Kali.
-Ya lo sabéis Hermana de Edith, a propiciar ese bendito encuentro sin más demora.


El Guerrero Ieu salió del palacio consagrado al lenocinio y montó en su bravo corcel marchando solo, a galope, hacia el norte en busca de su destino para encontrarse con Edith, su Esposa del Alma.
*