miércoles, 7 de marzo de 2012

KAOS QUÁNTICO, Libro IV: Cosmogénesis; El Carro

7 – El Carro


Por encima del bien y del mal, montas tu carruaje pertrechado para la guerra, mi Señor. hjo mío te venía llamando hasta ahora. Padre mío, ahora te debo de llamar porque el Padre se convertirá en el Hijo y el Hijo en el Padre.

Tu unión mística, mi héroe y señor, con la redimida naturaleza ha conseguido la perfección; pero es una perfección, cual revolución, debe ser mantenida para que pueda seguir viva. Una onda sinusoidal, si no se la realimenta siempre termina desvanecida y muerta. Tú Khrisna que creaste todo a partir de ti mismo, porque no existe la Nada, no existe el Vacío pues donde parece no haber nada se encuentra el perenne éter, que por siempre ha permanecido presente. Allí donde pertrechado con tu arco mantienes el Universo para que no decaiga, se disperse o desaparezca.


En tu carruaje, representación del poder, tú no vas solo, te acompaña Arjuna, el Hombre, que sin ti no podría poseer su alma. Tú, el caótico Loco, como Mago te reflejaste en un mundo virtual que no existía. Al hacerlo, Krishna, Adam Kadmon, no creaste un mundo de la nada. Ciertamente allí, antes, no había lo que ahora sí hay porque al penetrar en tu creación fuiste descompuesto cual Osiris descuartizado por Seth, debido al Poder de la Sacerdotisa, en infinidad de partículas que terminarían conformando el útero de la Emperatriz así como sus criaturas.


Una vez que el Héroe toma consciencia de la verdadera situación y se ha unido, a sabiendas, con la Naturaleza, ahora sí el dios se ha hecho Hombre. Lo Espiritual y lo material se han unido como en una sola fuerza para que puedan cabalgar juntos, los cielos y la Tierra.


Todo permanece, al presente, porque tú mi Señor lo mantienes en perpetuo movimiento. Esa es la lucha del guerrero celestial que iluminando al guerrero humano, pueden hacer posible que este mundo, ahora sí, se haya convertido en la escuela de la Vida. Una escuela de teatro donde tanto dioses como hombres fraternizan encima del escenario en una cósmica interpretación. Un escenario que no deja de moverse surcando los espacios infinitos hacia un destino que aún, aquí, todavía me es velado a mí.


Un destino que tú si conoces mi Señor y que sé guardado se encuentra en mi corazón. Mis genes contienen la información esencial que, hasta el momento definitivo, no se deberá de revelar. Lo impensable ha sucedido. La materia y la antimateria han maridado para que el Espíritu del Mundo Original incorrupto e imperecedero pudiera manifestarse en otro oxidable y presuntamente mortal.


Pero yo me pregunto, mi señor, mortal ¿desde que punto de vista? ¡Desde el punto de vista humano! Tú solo ves cambio y transformación; pero el espíritu es único y lo abarca todo. No la creación virtual del Mago sino todo lo que ha existido siempre, desde más allá del cosmos.


Khrisna, el Capitán del Carro, siempre permanece despierto y atento a todo lo que sucede en sus mundos. A él nada le es indiferente; pero nuestra finita concepción del bien y del mal no casa con sus divinos principios que se encuentran en un nivel de existencia incomprensiblemente superior.


El Carro, mi señor, por donde circula, la creación le sigue como una estela electromagnética; pues donde algo se eleva otra cosa decae. Cuando un punto de las ruedas del carro está en lo alto, otro permanece en lo bajo; pero esa situación no permanece estable, siempre está cambiando. Muerte, vida, muerte y vida permanecen como un binomio que se auto-mantiene para que ambas existan; pero que ninguna de las dos prevalezcan la una sobre la otra.


Ahora sí la Batalla ha comenzado ¿Quién prevalecerá, lo material o lo espiritual?


Tú, Khrisna, mi Señor inmortal, tienes la última palabra.

Concepto Quántico Verdad - Realidad

¡La Realidad es múltiple, cuasi infinita, Verdad solo existe Una!
Mal comenzamos ¿verdad?, con una aseveración tan taxativa; pero lo cierto es que tras la explicación se comprenderá perfectamente lo que tratamos de significar. Cada Ser, cada individuo observa y vive una realidad diferente. No hay dos realidades exactamente iguales, pueden ser parecidas pero no iguales. La forma de percibir la realidad depende de múltiples factores. Somos, como dijera Ortega, nosotros y nuestras circunstancias. Ese binomio conforma la realidad individual; luego, existirían las realidades colectivas, regionales, nacionales, etc., etc.…
Ahora bien la Verdad, con mayúsculas, no la verdad en minúsculas que hasta cierto punto podría tomarse como un sinónimo de realidad, solo es una, independientemente de la posición del observador. Cuando los físicos relativistas afirman que algo depende de la posición del observador se están refiriendo a la realidad; pero la Verdad, persiste idéntica a sí misma independientemente de cualquier circunstancia exterior. Esto quiere decir que la física cuántica no le afecta.
Si imaginamos la Verdad como un inmenso, infinito conjunto, podríamos decir que las realidades son los subconjuntos formados por los puntos de vista de innumerables observadores. Eso de que el hombre crea su entorno, su realidad, es absolutamente cierto; pero aunque modifique, a cada instante su realidad, no significa que la Verdad pudiera ser modificada. Esto también nos lleva a afirmar que los científicos y filósofos conocen parte, una insignificante, de la Verdad y que debiera ser denominada como simple realidad; y no puede modificarse porque cuando se modifica una realidad, automáticamente se modifican el resto de realidades, para conseguir  que la Verdad pueda seguir  siendo inmutable.
Religiosamente, la Verdad podría muy bien definirse como Dios, el Todo; pero también las realidades particulares podrían definirse como, dioses, divinidades particulares; Ya que no estamos en esa historia para críos, nos gusta definir la Verdad como el Conjunto de todo lo que existe, Energía y Materia “Es la misma cosa con diferente densidad”. Cada entidad o grupo de entidades, individualizadas, en un subconjunto particular, utiliza esa parcela de Verdad para conformar su Universo, su Historia, su Vida en definitiva.
Nuestra realidad universal, la Verdad sería multiversal, puede ser explicada mediante las ciencias que conocemos y algunas de sus herramientas más importantes como son las matemáticas y la geometría; pero con mucha probabilidad si intentásemos explicar otros universos completamente desconocidos para nosotros, con dichas herramientas, no lo conseguiríamos pues esas herramientas no tendrían significación, correspondencia alguna, con esos otros mundos de dimensiones tan diferentes.
Para poder entender otros Universos, no nos estamos refiriendo a otras galaxias de nuestra propia dimensión,  deberíamos situarnos en un nivel de observación por encima de nuestra realidad y de las realidades jerárquicas que estuviesen situadas por encima de la nuestra; pero para ello, deberíamos encontrar un sentido de observación que no estuviese sujeto a la realidad de nuestro Mundo. Ese sentido existe pero se encuentra dormido en la mayoría de nosotros y es conocido desde tiempo inmemorial. No se trata ni de la glándula pineal ni de los sentimientos del corazón ni tan siquiera de lo que se ha venido en denominar como sexto sentido o intuición.
Ese sentido único conforma una unidad del Ser supra-consciente y es conocido como Espíritu. El Espíritu, similar al de Pentecostés, es el auténtico Ser que merece seguir vivo por siempre jamás, de hecho es eterno. Cuando el Espíritu ha despertado, las cáscaras de cebolla de la personalidad irán despareciendo y cuando sea capaz de construir su vehículo de manifestación, transformando el Alma del individuo,  entonces el Ser se sitúa por encima de las realidades particulares y puede entonces vislumbrar la Verdad y observar las realidades de otros mundos. Dicho de otro modo, puede plasmar en el nuestro, mediante el lenguaje, las realidades particulares que suceden en otros universos.
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