"Las Bodas Químicas 27"
-Tercera Jornada y IX-
La Palabra Renacimiento es un Concepto que debemos de tener muy claro y no confundir con el de Reencarnación. El Renacimiento del Espíritu es algo que se contempla como una realidad por la Rosacruz. El de Reencarnación, por el contrario, solo es una contaminación oriental dentro de la Tradición Occidental.
Miren, es tan importante el tener claro de qué va esto del Renacimiento, que de ello dependerá el provecho que podamos sacarle a las experiencias de nuestra Vida; pero para hablar del Renacimiento, antes debemos de considerar otras cuestiones previas.
El Espíritu es el verdadero Ser real y auténtico, todo lo demás, ya sea la Personalidad como el Cuerpo Físico, son una mera proyección, en el Mundo de la Ilusión, del Mundo de la Verdad, del Mundo de Dios; es decir del Mundo del Espíritu y de las Ideas del Pleroma.
Por decirlo de algún modo, el Espíritu tiene su Morada en el Eón Sophía, básicamente, en el Pleroma, y se comunica con éste Mundo, mediante la Esfera Reflectora que es de donde parte la esencia de las estrellas que conforman nuestro firmamento.
Cada estrella supone la morada de un Espíritu y es en su interior donde está ubicada la "Cocina del Destino", Taller o Laboratorio donde el Espíritu confecciona los guiones de las vidas correspondientes a sus múltiples y planificados renacimientos.
Si lo anterior ha quedado claro, podemos pasar al siguiente paso y es explicar la constitución trina del Ser conocido como Humano. El Ser Humano, en esencia, es el reflejo materializado del Espíritu; pero está compuesto de otras dos partes, el Cuerpo que es lo que vemos cuando nos levantamos, por las mañanas de la cama, y otra parte invisible que es intangible, el Alma.
El Alma, para que nos hagamos una idea, es la soldadura que une al Espíritu con el Cuerpo; es decir, su vehículo de manifestación. Esta soldadura compleja está formada, básicamente, por una parte Inmortal del Espíritu con un nivel vibratorio muy bajo y una parte perecedera y mortal del cuerpo con una vibración muy alta. Esto es así para evitar la combustión espontánea de la materia. Por lo tanto, podemos decir, sin equivocarnos, que poseemos un Alma de constitución doble y que podemos dividir en Alma Inmortal, constituida de Espíritu, y alma mortal constituida de éter del mundo material.
Cuando una persona fallece; es decir, se produce la conocida como "Transición", toda la información del vehículo del Ser Humano, mediante el alma mortal pasa, automáticamente, al Alma Inmortal y por lo tanto al Espíritu.
Ninguna información se pierde ni para el Espíritu que mora en su Estrella ni para la Esfera Reflectora que es donde está situada la Memoria de la Naturaleza. Esperamos que hasta aquí esté todo claro.
Durante un tiempo indeterminado, después de la Transición, el Espíritu preparara su nuevo Renacimiento que podrá ser en éste Plano de existencia o en otro diferente.
En la "Cocina del Destino", la podéis llamar como os venga en gana, el Ser Espiritual, supraconsciente, realiza el guión de su próxima vida. Este guión no es pormenorizado, lo que quiere decir que deja mucho espacio para la improvisación, la epigénesis, luego, aunque el Destino pueda estar escrito en una suerte de boceto, en modo alguno es inmutable y, por lo tanto, sí existe el Libre Albedrío y la Predestinación está limitada a nuestra hora, día y lugar de Nacimiento así como a nuestro día, hora y lugar de fallecimiento.
También incluye, dicho guión, ciertas experiencias que el Espíritu considera, para sí, como fundamentales. Ese guión está programado en nuestros genes a modo de una BIOS informática que, durante el transcurso de la vida, va conformando un Sistema Operativo complejo con un sistema de Inteligencia artificial, la consciencia de la Personalidad y un Archivo de Memoria donde se almacenan todas nuestras experiencias.
Esa consciencia es completamente nueva en cada uno de los renacimientos, luego la Personalidad, que no deja de ser otra cosa que la parte del alma material, su consciencia, no posee conocimiento de cualquier vida anterior de su Espíritu, recuerden, del verdadero Ser, salvo que el propio Espíritu así lo hubiese planificado y guionizado previamente.
Usted y yo, como conciencias individuales de éste Mundo, somos "almas nuevas", siempre, aunque seamos la encarnación número tal de nuestro Espíritu eterno e Inmortal; esto quiere decir que su consciencia de Personalidad y memoria serán absorbidas por el Espíritu; pero nosotros como consciencias en el Mundo no tenemos acceso ni a la Consciencia del Espíritu ni a sus memorias almacenadas de vidas anteriores; luego, somos autónomos y parcialmente autosuficientes; ahora bien, de nuestra última encarnación, la actual, de su consciencia, depende el que el Espíritu la utilice como definitivo "Cuerpo de Manifestación Universal" o la almacene y diseñe una próxima vida más efectiva y útil que nosotros.
Con lo anterior, queremos indicar que de nosotros depende que el Espíritu, en el futuro, nos utilice como su vehículo de manifestación definitivo o nos deseche como quien cambia un vehículo usado por otro nuevo. Sí, es correcto, podemos llegar a ser ese Clásico que el Espíritu conservará con amor y que utilizará como su vehículo más querido en las ocasiones especiales.
De nosotros, de nuestro momento presente, depende el que sobrevivamos, al futuro, como consciencia o alma. En eso consiste la Christificación, en transformar nuestra alma mortal en Alma Inmortal, en permitir que nuestro Señor, nuestro Ser, el Espíritu diga, ¡Eureka!, lo conseguí, éste será mi único y verdadero vehículo de manifestación en todos los planos y conservaré tanto su consciencia temporal como su memoria experiencial, sumándole, al final, todas las consciencias y memorias de vidas anteriores, transformándose así lo mortal, definitivamente, en Inmortal.
La Información de la Bios, antes de encarnar, se divide en dos partes. Una porción se introduce en el óvulo femenino de la madre y la otra en el espermatozoide del padre. Al darse la fecundación, las dos partes se unen, conformando la BIOS, y dando lugar al crecimiento del nuevo Individuo, su programación y consciencia o nueva alma material. Por lo tanto, cada nueva vida comienza a ser en el mismo instante en que el espermatozoide fecunda al óvulo y ahora, que cada cual saque sus propias conclusiones.
Para finalizar, el alma que nosotros conocemos y que se manifiesta mediante la consciencia es mortal, de necesidad, si no se produce la Christificación y por lo tanto estará condenada a morir, a su desaparición con la transición conocida como Muerte. Con esto, tratamos de decir que en nuestras manos está el sobrevivir o fenecer, dependiendo de la buena herramienta que podamos resultar para nuestro Señor Dios, nuestro Espíritu Eterno e Inmortal.
Creer que lo que no hagamos en ésta Vida podemos dejarlo para una siguiente, es un error que, en absoluto, debemos de consentir y que solo es fruto de la superstición y de la ignorancia.
""Para finalizar", Contó un compañero que un médico le había comprado leña. Se estuvo calentando con ella todo el invierno, pero al llegar la primavera, le revendió esa misma leña, que había sido utilizada pero que no se había consumido.
"¡Sin duda eso se debe al Arte!", exclamó la virgen, y añadió: "Ha pasado el tiempo y debemos dar por finalizada la velada".
Un compañero tomó la palabra para decir: "El que no haya encontrado la solución a los enigmas planteados puede preguntar a quien los contó, y seguro que no rehusarán contestar".
Se rezó la oración de acción de gracias y todos nos levantamos de la mesa felices y satisfechos, deseando que todos los banquetes acabasen de ese modo.
Cuando nos hubimos levantado, la virgen nos preguntó si deseábamos asistir al inicio de las bodas, a lo que contestamos que sí. Mientras hablaba con nosotros, despachó a un paje discretamente. Nos trataba con tanta amabilidad que me permití preguntarle su nombre. No se molestó por ello y, con una sonrisa, me contestó:
"Mi nombre consta de cincuenta y cinco, aunque solo tiene ocho letras. La tercera (3) es un tercio de la quinta (9); si la sumamos a la sexta (13), da un número (16) cuya raíz (4) supera a la primera letra (1) en una cantidad mayor que la letra tercera (3) y que es la mitad de la cuarta (4). La quinta y séptima son iguales (8). La última es igual que la primera (1) y ambas, junto a la segunda (12), suman tanto como la sexta (13) que, a su vez, tiene cuatro más de lo que tiene la tercera tres veces (9). Decidme señores, ¿cuál es mi nombre?."
El problema me pareció difícil, pero no me amedrenté y pregunté: "Noble virgen, ¿podría conoce una sola de las letras?". Ella respondió: "Desde luego". Pregunté: "¿Cuanto tiene la séptima?". Respondió: "Tanto como invitados hay en esta sala" (9). (El nueve es la representación de un algo completo, también es el número de la Humanidad. Esto quiere decir que ese 9 representa a la totalidad de los egos que conforman la Personalidad a la que representa Christian Rosentkreutz)
Esta respuesta fue suficiente y deduje su nombre: (A (1).L (12).C (3).H (8).I (9).M (13).I (9).A (1).) (Está respuesta nos la proporcionó Leibniz, un gran estudioso de la Rosacruz).La virgen se mostró satisfecha y nos aseguró que nos serían mostradas muchas cosas.
Entonces aparecieron varias vírgenes ricamente ataviadas, precedidas de dos pajes que portaban unas luces que alumbraban su camino. El primero de ellos tenía un rostro alegre y un cuerpo armonioso. El segundo parecía contrariado y, como luego pude confirmar, exigía que sus deseos se cumpliesen. Les seguían un grupo de cuatro vírgenes. La primera mostraba gran humildad y bajaba castamente la mirada. La segunda también parecía casta y humilde. La tercera parecía alterada; más tarde supe que no podía permanecer donde hubiese alegría. La cuarta nos entregó unas flores en señal de amor.
A continuación iban otras dos vírgenes mejor engalanadas aún. La primera, con un traje azul cubierto de estrellas doradas; la segunda, con un vestido verde con rayas blancas y rojas. Ambas adornaban sus cabellos con cintas que realzaban su belleza.
La séptima virgen llegó sola. Llevaba puesta una coronita, y sus ojos se alzaban al cielo. Pensamos que era la novia, dada la nobleza de su porte y su gran reputación debida a su riqueza y a su sangre, pero nos equivocamos. Ella fue la que ordenó en numerosas ocasiones la celebración de las bodas. Nuestra virgen se inclinó y nosotros la imitamos, postrándonos a los pies de esta reina que, sin embargo mantenía una actitud humilde a la par que piadosa. Extendió su mano para saludarnos a cada uno de nosotros y nos dijo que no nos sorprendiéramos por ese favor, que sería el menor de los dones que nos concedería. Nos conminó a elevar nuestras plegarias al Creador y a reconocer su omnipotencia en todo lo que estábamos viviendo, a continuar, sin desmayo por el camino iniciado y a utilizar los dones recibidos para mayor gloria de Dios y ayuda de los hombres. Estas palabras tan inspiradas, muy diferentes, a las de nuestra virgen, me llegaron al corazón. Después y dirigiéndose a mí, me dijo, "Tú has recibido más que los demás, por tanto, has de dar más".
Todo aquello nos causó mucha sorpresa, pues cuando vimos a las vírgenes y a los músicos, pensamos que iba a iniciarse un baile.
Las pesas de las que nos habían hablado estaban allí. La reina ordenó a cada una de las vírgenes que cogiera una; la última y más pesada fue para nuestra virgen, que nos pidió que nos pusiéramos detrás. Esto bajó nuestros aires de grandeza, y comencé a darme cuenta de que nuestra virgen era demasiado buena con nosotros y que no gozábamos de la alta estima que suponíamos.
La seguimos en fila y llegamos a otra sala. En ella, nuestra virgen colocó la pesa mientras entonaba un canto melodioso. En la sala no había casi nada, excepto libros de oraciones. En el centro había un reclinatorio, y en él se arrodilló la virgen. Nosotros la imitamos y nos colocamos a su alrededor, mientras repetíamos las oraciones que ella iba leyendo. Rogamos con fervor que las bodas se celebrasen para mayor gloria de Dios y para nuestro bien.
Después entramos en otra sala, donde la primera virgen colocó su peso, y así seguimos hasta que acabó éste ceremonial. Para finalizar, la reina nos volvió a tender su mano y se retiró junto a sus vírgenes. Nuestra virgen se quedó con nosotros, pero dado que ya eran las dos de la madrugada, no quiso retenernos más tiempo, aunque me pareció que disfrutaba de nuestra compañía. Nos dio las buenas noches y nos deseó que durmiéramos tranquilamente, y luego se marchó.
Nuestros pajes nos condujeron a nuestras respectivas estancias y se acostaron en un lecho dispuesto en cada una de ellas por si tenían que atendernos. No sé cómo era la habitación de mis compañeros, pero la mía estaba bien tapizada, equipada con muebles muy cómodos y unos cuadros maravillosos. Pero, para mí, lo mejor era la presencia de mi paje, tan versado y prudente que quise escuchar sus palabras durante una hora más antes de dormirme, por lo que me acosté siendo ya las tres y media de la madrugada.
Fue la primera noche apacible, a pesar de que un sueño me impidió descansar a gusto. En este sueño me empeñaba en abrir una puerta que no cedía, aunque al final lo lograba. Esta pesadilla perturbó mi reposo, hasta que por fin salió el sol y me desperté."
*
Hemos finalizado la Tercera Jornada con este prolongado intermedio lleno de extrañas adivinanzas cargadas de incoherencias. De hecho, uno de los asistentes tiene la ocurrencia de indicar que quien desee conocer el resultado de los acertijos pregunte a quienes los han formulado.
Recuerden que nos encontramos en una suerte de pasos perdidos, fuera de cualquier recinto sagrado, y donde cada cual se muestra sin careta y sin ambages. Resultando pues, un disparate tras otro, difíciles de explicar, si no imposible.
Bien, todo es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de entender nuestro nombre oculto de la virgen: A.L.C.H.I.M.I.A.; pero vamos a ver ¿No sé atacaba con furia, en los manifiestos, a la alquimia y a los alquimistas? Eso me parecía a mí y ahora, sin más, se nos ofrece una adivinanza cuya resolución se la debemos al matemático Leibniz, el creador del Càlculo Infinitesimal, en paralelo con Newton.
¿Debemos de tomarnos en serio lo de A.L.C.H.I.M.I.A., en medio de éste desbarajuste de contestaciones a la gallega con rocambolescas historias en forma de más preguntas?
Alguien dijo que Dios escribe con renglones torcidos o también que los caminos del Señor son inescrutables; es decir: los designios del Señor son inexplicables.
Ya el propio Título de ésta Obra, "las Bodas Químicas de Christian Rosentkreutz", es significativo si consideramos que la técnica de la alchimia o alquimia, es la precursora de la química actual.
En todo el trabajo Rosacruz hay permanentes referencias, alegóricas, a los procesos alquímicos para poder explicar el largo y complicado proceso de la Christificación y, donde la paciencia del Alquimista es la virtud más valorada.
Al final de ésta tercera jornada, en pleno intermedio de relax, aparece la palabrita de marras: "Alquimia" de un modo encriptado y oculto, dando a entender que, con el comienzo de las bodas, comenzará el verdadero proceso alquímico de la Christificación.
La alquimia operativa, tan denostada por los rosacruces primitivos, sin embargo, es utilizada como ejemplo para explicar en qué consisten las Bodas Químicas. En la Alquimia se pretendía la transmutación de los metales innobles, como el plomo, en metales nobles como el Oro, mediante un producto final conocido como la Piedra Filosofal. Esta misma piedra, se decía, podía ser utilizada para producir el elixir de la larga vida; vamos, algo así como una medicina universal que retrasaría el envejecimiento y curaría todas las enfermedades.
Si miramos este asunto, seriamente y con detenimiento, vemos que todo esto tiene bastante sentido ya que las Bodas Químicas, la Christificación Rosacruz, pretende, de forma semejante, exactamente lo mismo. Convertir nuestra grosera y mortal Personalidad en una Alma noble e Inmortal, donde lo que somos ahora se transformaría, mediante el Proceso del Nuevo Nacimiento, de hijo de los hombres en Hijo de Dios, de mortal en Inmortal.
De algún modo, los primitivos rosacruces, utilizaron las prácticas de laboratorio de sus más enconados adversarios, como una plataforma teórica para poder explicar cómo se realiza ese divino proceso del Nuevo Nacimiento.
"Respondió Jesús, "a Nicodemo" y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3)
Es importante el considerar, como colofón, la pesadilla de nuestro narrador en tanto que se encuentra ante una puerta que parece no ceder ante su intento de abrirla, sabiendo que su paje personal es el Señor de las Llaves, el único que puede abrir todas las puertas de Palacio, y que se encuentra cerca de sus aposentos, por si le surgiese algún tipo de necesidad.
Todas y cada una de las adivinanzas de ésta Jornada han sido puertas que han tenido que abrirse; pero como Nicodemo, Rosentkreutz se encuentra ante algo tan complejo que no es capáz de comprender.
"Nicodemo le pregunta "a Jesús":
¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?.
Jesús le contestó:
En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu." (Juan 3:4-8)