lunes, 20 de febrero de 2012

KAOS QUÁNTICO, Libro IV: Cosmogénesis; El Mago

1 - El Mago

El Caos ha tomado consciencia y así ha conseguido la sabiduría. Ahora sabe lo que hace, se siente eterno y utiliza su Poder para crear con las herramientas de los elementos.

Al Mago no podemos acercarnos demasiado porque la energía que desprende es terriblemente poderosa. Todo ha sido construido con su magia, su ciencia; pero por otro lado, jamás intentará hacernos daño pues el Mago sí sabe lo que hace, como lo hace y sus consecuencias.

Pídele permiso, hijo mío, al Mago y es posible que deje que te acerques cuando el lo crea conveniente y sepa que no serás dañado. El Mago es sabio, desconoce la inconsciencia y está realizando siempre cosas. De él surge toda la creación conocida; pero se trata de una creación ordenada y sujeta a leyes muy bien definidas.

Cuando aprendas la magia del Mago, hijo mío, ten cuidado antes de utilizarla. Ahí radica el verdadero peligro. Pregunta siempre y no te calles. No creas saberlo todo, pues la creación posee múltiples matices cuya importancia nos puede desbordar y hacer que nos equivoquemos. Aprende a conseguir una consciencia superior que te posibilite para poder usar esas herramientas tan finas y precisas.

Dentro del Mago se encuentra todo. Donde antes había locura ahora hay cordura. Donde antes existía Caos ahora persiste el orden y donde antes existía inconsciencia, oscuridad, ahora hay consciencia, luz.

Antes de crear, el Mago ya sabe lo que va a surgir de sus acciones. No hay nada dejado al azar, la casualidad. Todo en el Mago, hijo mío, es premeditado de forma concienzuda. Ha organizado su energía de tal modo que cuando la dirija hacia su objetivo lo alcanzará, no te quepa duda alguna.

El Mago pudiera parecer un Maestro severo; pero en el fondo no quiera nada malo para sus discípulos y criaturas. El Mago vive a través de su creación, siente por medio de sus criaturas y aunque se mueve por esferas que se encuentran por encima del bien y del mal, jamás moverá un músculo con el que pueda perjudicar a nada ni a nadie.

El Mago tampoco es bueno o malo, es Consciente. Solo eso, sabe lo que se trae entre manos, conoce las consecuencias de sus actos. Sabe, a ciencia cierta, que todo efecto es precedido por una causa. El pone las causas en movimiento para conseguir los efectos creacionales. Antes era esencia caótica; pero como Mago se ha convertido en energía ordenada. Fija su mirada en su propio reflejo devuelto por el espejo de su propia creación. Es la unidad donde antes había dispersión. Todo lo disperso se ha concentrado y ha dado lugar a la Mente del Creador.

Sí, hijo mío, eso es el Mago, Dios. Tú podrás llegar a ser como él. Miento, serás él. Ordena tu mente y no actúes hasta que no hayas sopesado todas las consecuencias posibles. Medita antes de actuar como si estuvieses ante una partida de ajedrez cósmico. Usa tus herramientas con sabiduría. Sí, tu mente posee inteligencia y memoria con los que discernir entre el bien y el mal. Siempre sabrás, como lo sabe el Mago, cuando actúas correctamente y cuando de forma equívoca; pero para ello tendrás que ser ligero en pensar y tardío en actuar.

Cada acto, premeditado, debe de ser la consecuencia de múltiples opciones sopesadas por ti. El Mundo no es perfecto porque antes del Mago existió el Loco y lo que está ordenado en el Mago, aunque eterno e infinito, sigue siendo originado por el caos inconsciente. El Caos y la consciencia son hermanos gemelos, de hecho son una sola cosa; pero el caos del Loco siempre es consustancial. Es el Hermano, sin edad del Mago. El Mago es el Uno, el Loco el 0, el caos, la Inexistencia, la falsa nada. El Mago es el Punto y origen de todo lo que existe.

El origen del Mago es inexistente. El Mago es infinito y eterno y contiene dentro de su seno el caos de su hermano el Loco; pero este último también contiene, en sí mismo, a su gemelo.

Cuando te acerques al Mago, hijo mío, con el fin de convertirte en su aprendiz, acércate con prudencia no con desconfianza. Sé prudente pues las fuerzas que el Mago maneja no son otras que las propias del Loco pero ordenadas, catalogadas y sabiendo lo que pueden hacer cada una. Pídele con decisión al Mago que te enseñe, pues es el único modo que tienes de estar vivo, sentirte vivo y convertirte en el creador que ya debías de saber que eres.

Mira hacia abajo, desde el Punto, ahora sí manifiesto, y conviértete en el brazo de la punta afilada del compás; pero primero, hijo mío, debes de ser consciente de que tu y yo somos primero el Loco y ahora, también, el Mago.

Concepto Quántico del Espacio Tiempo

Es fácilmente concebible el espacio, ya que nos movemos sobre él, lo podemos observar con nuestra visión y lo podemos palpar. También es fácil concebir el tiempo, ya que los objetos parecen surgir, envejecen y se transforman o parecen morir.

Nuestra mente se manifiesta mediante el cerebro que está compuesto de neuronas, células que están sujetas a las variaciones y obviedades del Espacio-Tiempo. Para esa mente que se manifiesta, a través nuestra, en este plano, es factible concebir un mundo a medida de sus necesidades, en el Sistema de la Materia: El frío y el calor, lo blanco y lo negro, lo femenino y lo masculino, lo positivo y lo negativo, lo alto y lo bajo, etc., etc.

Pero supongamos que esas leyes, tal y como las denominamos, solo actúan en esta dimensión o plano de existencia. Supongamos, igualmente, que este Mundo ha sido construido, con algún propósito específico y donde fuera necesario experimentar las consecuencias derivadas de lo que nuestro organismo psicológico entiende como espacio-tiempo. No entremos en la cuestión de si pudiera tratarse de una caída, en el argot  religioso  o una mera evolución a nivel biológico.

Es, llegado este punto de pensamiento,  cuando podríamos especular en la existencia de una supra-dimensión que contuviese a la nuestra y a otras muchas, incontables, donde se estuviesen manifestando otras estrategias diferentes a lo que hemos venido considerando como espacio-tiempo. Ahora, es cuando deberíamos entender nuestra falta de comprensión de las leyes que pudieran actuar en esos hipotéticos universos, ya que nuestra constitución ontológica, en este plano no es capaz de contemplar otra cosa que lo que experimenta u observa in situ. Todo aquello que fuese ajeno a esto último, sería incomprensible y de difícil asimilación.

Ahora bien, si el Hombre es Dios, aunque desmemoriado, podríamos entender esa capacidad imaginativa e innata que lleva a los creadores a inventar mundos fantásticos, donde lo lógico, según este plano, queda relegado al cuarto de los trastos viejos.

Este sería un mundo, limitado,  entre una Totalidad Ilimitada. El Ser se encontraría desmemoriado por dos razones principales; primero, porque su organismo  neuronal no es capaz de contener más que una pequeña memoria de supervivencia y segundo, porque la Memoria Ontológica ancestral podría estar ubicada, de forma genética, en el ADN de la Especie, donde la consciencia humana, actualmente, no puede acceder.

Solo cuando el Ser, dentro del hombre, despertase, podría recomponerse la memoria genética que nos daría luz, tanto  sobre el origen, función y destino, dentro del Cosmos actual, de la especie humana, así como de su Esencia ontológica primordial.

Llegados a este punto, podría decirse que el Espacio-Tiempo vendría a ser el atrezzo de un escenario donde se estuviese interpretando una Cósmica obra de teatro. Tras las bambalinas podrían encontrarse infinitos escenarios donde las reglas serían diferentes.

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