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miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 4, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 4"


-Primera Jornada IV-


El ego no debe de ser eliminado, vencido o domesticado. El ego debe despertar a la verdad de su condición y volverse humilde ante su Señor.


Con el paso del tiempo, la Tradición Esotérica de Occidente ha venido siendo infiltrada por las ideas tradicionales de Oriente y que aquí no han sido bien entendidas. Se habla de destruir al ego, de doblegarlo y hasta de desintegrar lo; pero yo pregunto a nuestros amados lectores ¿Quién se realiza dichas preguntas, ya sean lógicas o no?, ¡Exacto!, el propio ego, no hay otra. Entonces, si esas manifestaciones criminales surgen del ego, ¿Consideráis que poseen algún valor? Ya os lo digo yo ¡Ninguno!.


Nuestro Organismo es depositario de una infinidad de egos; pero como en los "Inmortales", solo puede quedar uno y ese que queda es, siempre, Christian Rosentkreutz. El ego que triunfa, dentro de ese proceso, es aquel que habiendo tocado techo y fondo de lo que en verdad es su mortal realidad, es que clama al cielo humillándose a sí mismo y reconociendo su verdadero y bajo status. Ese ego, entre otros similares, recibirá la atención y será llamado por su Señor, Christos, para posiblemente llegar a ser el Elegido para formar la definitiva Personalidad de su Ser.


Christos, una vez nacido en el corazón de los hombres y mujeres, requiere buscar un ego humilde, libre de soberbia, con el fin de que no le cree problemas en su cometido de Christificar el Triple Cuerpo del Ser Humano. Ese ego que tras una larga y árdua batalla se ha doblegado, a sí mismo, al descubrir la Verdad, tendrá las mejores posibilidades de llamar la atención de su Señor y ser llamado a las pruebas de Iniciación y así, poder ser el Elegido.


El siguiente Pasaje de nuestra amada "Bodas Químicas", nos muestra el reconocimiento del ego de ser una herramienta frágil e inadecuada; pero, gracias a Dios, la decisión de ser elegido no pretende de él sino de su Señor Celeste.


Continuemos:

 

"Yo me había imaginado que solo con presentarme a los esponsales me darían la bienvenida y me acogería como huésped; pero ahora resultaba que dependía de la elección divina, y yo no estaba seguro de contarme entre los elegidos. Cuanto más me examinaba, más cuenta me daba de mí falta de comprensión y de mi ignorancia de los misterios; una ignorancia que ni siquiera me permitía entender cómo era el suelo que pisaban mis pies, ni cuál era el objetivo al que dedicaba mis quehaceres cotidianos; así pues, mayor razón para no entender no poder profundizar en los secretos de la Naturaleza. En mi opinión, la Naturaleza podía encontrar un discípulo mejor que yo al que revelar sus preciosos, aunque perecederos, tesoros. Del mismo modo, reparé en que ni mi cuerpo, ni mis hábitos, ni mi amor al prójimo eran suficientemente puros. Así el orgullo que nace de la carne aún estaba presente en mí y se ponía de manifiesto en mi tendencia a buscar la consideración de los demás, a la pompa y la fama mundanas y a la falta de atención hacia mi prójimo.


Me atormentaba la idea de que estar actuando solo en mi provecho; de estar trabajando solo para conseguir riquezas, para hacerme un nombre que fuera recordado en todo el mundo y por otras veleidades de éste estilo. Pero, sobre todo, fue la enigmática alusión a los tres templos lo que me sumió en la confusión. Reflexioné sobre ella, pero no logré ver con claridad, y tal vez nunca la hubiera comprendido si no se me hubiera concedido la clave de una fórmula magistral."


*


Creo que es complicado reexplicar lo que se explica por sí solo. Nuestro actual Pasaje muestra la actitud del ego que necesita para ser llamado a las bodas del Espíritu con el Alma, con alguna posibilidad de ser el Elegido para guardar, spoiler, los aposentos de la bella y voluptuosa Afrodita.


Christian Rosentkreutz está realizando un trabajo interior de juzgar, duramente, su condición y ese juicio, cómo habéis podido comprobar, no es demasiado positivo. En definitiva, nuestro Protagonista reconoce ser una persona ignorante, egoísta, en absoluto inmaculado y, sobre todo, cargado de imperfecciones de todo tipo. Podría, anteriormente, haber estado viviendo en las nubes y considerarse el Ser más perfecto del Universo cual Narciso; pero al realizar esa interiorización reconoce su verdadera Naturaleza. Sí, eso es, está comenzando a conocerse a sí mismo, tal y como es, sin ilusorios ropajes inexistentes de fantasía dialéctica.


Y ese es el verdadero secreto para poder ser elegido; pero hay que ser consciente que la idea es no tener ideas preconcebidas de que uno podría ser el Elegido. Fijaos que, aquí, las Bodas Químicas de Christian Rosentkreutz se carga, de un plumazo, todo el falso idealismo positivista que muchas organizaciones actuales nos intentan imponer. No, no se trata de colocarse unas gafas tintadas y solo ver lo bonito y maravilloso del Mundo; sino justo, de todo lo contrario, quitarse las lentes y verse uno mismo y al Mundo tal y como somos en realidad. No seré yo quien te diga o como ves tú el Mundo. Christian Rosentkreutz nos muestra, con meridiana claridad, que los ego llamados con alguna posibilidad de ser elegidos como el vehículo de manifestación de los reyes, El Espíritu y su Alma Inmortal, es ser realistas, no hacernos falsa esperanzas e intentar ver las cosas como son y, sobre todo, insistir en conocer lo que se esconde en la oscuridad de nuestras sombras. Quizá, tanto realismo pueda convertirnos en unas personas aparentemente pesimistas; pero eso será lo que haga que puedas llevarte la mejor sorpresa que jamás podrías esperarte. Te ves, de forma sincera y conscientemente, como la peor persona, la màs imperfecta e ignorante del Mundo y, sin embargo, el Señor que puede ver aquello que tú no puedes ver te elegirá como su mejor vehículo posible entre otros muchos, del mismo modo que el Óvulo solo admite, en su seno, a su único espermatozoide campeón; sí, porque tu Señor se fija en otras cosa que, para tí, no lo parezcan, como el sufrimiento que has padecido en tu lucha permanente por la existencia, el vivir tu vida intentado no molestar a nadie y soportando con estoicidad las molestias que recibes de los demás. Tú Seños el Christos no desea un caballo indomable; pero tampoco uno manso, torpón y sin reaños. El se ha fijado en tí, para ser llamado, por tu nobleza, paciencia, valentía y diligencia. Si persistes en estas virtudes y abandonas la pereza, la cobardía, la imprudencia y el orgullo, es más que probable de que termines siendo el elegido para vivir eternamente con tu Señor.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C