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miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 1, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 1"


Las Bodas Químicas de "Johannes Valentinus Andreae" es considerada, por muchos, el tercer manifiesto de los rosacruces del Siglo XVII.


Se trata, al contrario que los anteriores manifiestos anónimos, la Fama y la Confessio, de una novela iniciática profundamente críptica y desconcertántemente obscura para aquellos investigadores que se han sumergido en su estudio.


Las Bodas Químicas, según se infiere del estudio de su origen, fue gestada muy temprano y cuando, Valentín, quien llegaría a ser Pastor Luterano, aún era un jovenzuelo; pero su definitiva estructura y publicación no sería hasta el año de 1616.


Las Bodas Químicas es un trabajo profundamente simbólico y alegórico, donde algunos han querido ver, de forma errónea, un proceso operativo de alquímia; es por ello que, en algunos lugares, se indica que Valentín Andreae era afecto a la Alquimia y sus procesos metalúrgicos; pero si leemos, con detenimiento, los manifiestos rosacruces, comprobamos los feroces ataques que recibe la Alquimia de los creadores de esos textos rosacruces.


En realidad, las Bodas Químicas, según su propio Autor, fue un mero ludibrium, broma, creada por un jovenzuelo bastante avispado; pero su estructura y profundidad nos muestra que esa Obra de Juventud sufriría, con el tiempo, una profunda transformación convirtiéndose en esa gran metáfora de la Iniciación Chrística que ha llegado hasta nosotros.


Las Bodas, tras nuestro laborioso estudio e intento de desmenuzar la, hasta en sus entrañas, nos ha resultado el trabajo de un verdadero Cristiano. Un cristiano de la Reforma protestante y cuya inquietud le hizo comprender que el verdadero Cristianismo original no podía quedar circunscrito al mero estudio de la Biblia y sus santos evangelios; sino que la Palabra de Dios también podía encontrarse impresa en la Naturaleza, su Creación.


Así vemos en las Bodas Químicas, más que la broma de un adolescente, un trabajo místico surgido del Corazón de su Autor.


Comencemos.


Las Bodas Químicas


(Primera Jornada I)


"Una noche, poco antes de la fiesta de Pascua, me encontraba sentado a la mesa, y como tenía por costumbre, dialogaba con el Creador en humilde oración. Con el ferviente deseo de preparar en mi corazón un pan ácimo puro con ayuda del bienamado Cordero de Pascua, me sumí en profunda meditación tratando de profundizar en los grandes secretos que, en su Gloria, el Padre de Luz me ha permitido contemplar en gran número. De repente, comenzó a soplar un viento racheado con tal violencia que pareciera que la montaña donde había construido mi morada estaba a punto de desintegrarse"


Christian Rosentkreutz se encuentra en una actitud rutinaria digna de un solitario eremita a las puertas de un periodo tan importante para todos los cristianos y judíos como es la Pascua; es decir la Fiesta del sacrificio del Cordero Pascual y cuya sangre derramada rememora el sacrificio de Jesucristo, cuya sangre redimiría a toda la Creación. No nos encontramos ante alguien pagano y con tendencia a la mitología homérica de las divinidades griegas sino ante un verdadero seguidor de Cristo. Debemos de tener en consideración que está Obra, aunque escrita en las primeras décadas del Siglo XVII, nos muestra una supuesta Historia sucedida siglos atrás, la época en la que se supone viviera el mítico fundador de la Fraternidad de los rosacruces. Hablamos del Siglo XIV.


Como no podía ser de otro modo, nuestro solitario monje, se encontraba sumido en una profunda Oración dialogando con Dios, su Ser interior, y meditando, reflexionando en las respuestas recibidas y en la misión que en breve debería de comenzar.


Tal y como los rosacruces nos vienen mostrando, a través de los siglos, la interiorización es la mejor forma, tanto de viajar como de recibir información acerca de los secretos escondidos en el Mundo, la Ciencia. No es necesario embarcarse en barcos corsarios para escribir las aventuras de Shandokan ni realizar peligrosos viajes al África profunda para mostrar al Mundo el Paisaje que mora el ficticio Tarzán. Todo el Universo se encuentra accesible en y desde nuestro interior.


El "Pan Ácimo" sin levadura representa la Inmaculada pureza del Corazón a imitación de Jesucristo, representado por el Cordero Pascual. El Pán ácimo no es otra cosa que la hostia consagrada que representa el sagrado cuerpo de Cristo que, con su tragar sin masticar, representa el que Cristo pasa a morar en nuestro interior. No hay que buscar sentimientos caníbalescos en éste asunto. 


Según se nos plantea, en éste Pasaje, Christian Rosentkreutz ya es portador de un gran conocimiento y que por lo tanto, ya debían de haber transcurrido sus míticos viajes mostrados en la Fama Fraternitas.


Todos los procesos iniciáticos comienzan del mismo modo, en la cima de una montaña y bajo el paraguas de una tormenta ventosa. Las cumbres, desde el principio de los tiempos, siempre estuvieron relacionadas con la espiritualidad y con lo celestial, quizá porque sea la forma natural de acercarnos a lo que antaño se consideraba el Primer Cielo, el lugar de morada de las nubes y por dónde vuelan las águilas. El Viento tormentoso representa el miedo por el supuesto peligro que nos supone lo desconocido. Ese desconocimiento es el principio y origen de todo proceso iniciático que comienza con un determinado grado de ignorancia y debería de finalizar, supuestamente, con el acceso a una mayor cantidad de luz de la que podríamos al comienzo del Viaje…


Aralba Pensator Minister, Frater R+C