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martes, 16 de noviembre de 2021

Lección 28, Tercer Grado, Primera Orden

 "Las Bodas Químicas 28"


-Cuarta Jornada I-


Valentín Andreae publicó las Bodas Químicas a los 30 años de edad. Tres años más tarde, 1619, publicaría la Utopía "Cristianópolis" que años más tarde, 1624, sería imitada con menos fortuna por el Dramaturgo y político Inglés Francis Bacon en su "Nueva Atlántida".


Valentín Andreae nunca negó ser el Autor de las "Bodas Químicas", aunque tampoco, nunca, confirmó que fuera el Autor de los manifiestos "La Fama" y "La Confessio" que se publicaran, uno y dos años antes, en 1614 y 1615 respectivamente.


También fue el propio Andreae quien, sin renunciar a la autoría de las,"Bodas Químicas", sí que de algún modo las tildó como un mero ludibrium propio de un jovenzuelo falto de experiencia. Al menos esas fueron sus palabras.


En "Christianópolis", como dijimos, una Obra escrita solo tres años más tarde, expone cómo podría ser una Sociedad Cristiana dirigida por los postulados cristianos de la Reforma Universal de los rosacruces. 


Suponemos que nos encontramos, cada día, más lejos de dicha utopía dados los derroteros laicistas y anticristianos que está tomando nuestro mundo.


Continuamos con la primera parte de la Cuarta Jornada de nuestro anciano Christian Rosentkreutz, en su itinerario de la Bodas Químicas:


"Aún descansaba en mi cama mirando tranquilamente los cuadros y las estatuas admirables cuando, de repente, oí los acordes de la música y el sonido del triángulo; habríase dicho que la procesión estaba ya en marcha. Mi paje saltó de su lecho como un loco y tenía el rostro tan alterado que más parecía muerto que vivo. Imagínese mi angustia cuando me dijo que justo en ese momento mis compañeros estaban siendo presentados al Rey. Mientras me vestía a toda prisa no pude sino maldecir mi pereza y llorar a lágrima viva. Mi paje estuvo listo bastante antes que yo y salió corriendo del apartamento para ver en donde estaba la cosa. Volvió enseguida con la feliz noticia de que nada estaba perdido, que solo había faltado al desayuno pues no habían querido despertarme debido a mi edad avanzada pero que ya era hora de que lo siguiera a la fuente donde estaban reunidos la mayor parte de mis compañeros. Esta noticia me calmó, acabé de vestirme rápidamente y seguí a mi paje hasta la fuente.


Tras los saludos de costumbre la virgen se burló de mi pereza y me condujo a la fuente de la mano. Constaté que el león tenía una gran losa grabada en vez de tener su espada. La examiné con atención y descubrí que había sido tomada de entre los monumentos antiguos y colocada aquí expresamente para esta circunstancia. El grabado estaba un poco borroso a causa de su antigüedad. Lo reproduzco a continuación con exactitud para que cada cual pueda reflexionar sobre él.


"Príncipe Hermes/ tras todo el daño hecho al género Humano/ dispuesto por Dios;/ con la ayuda del arte,/ me he vuelto remedio de salvación;/ aquí fluyo,/ que beba de mis aguas quien pueda,/ que en ellas se lave quien quiera,/ bebed hermanos,/ y vivid"


(1378) Fecha del nacimiento de Christian Rosentkreutz 


Está inscripción era fácil de leer y de comprender; la habían colocado aquí porque era más cómoda de descifrar que cualquier otra.


Tras habernos lavado primero en esta fuente, bebimos en una copa de oro. Después volvimos con la virgen a la sala para vestirnos con nuevas vestiduras. Dichas vestiduras tenían adornos dorados y bordados de flores; además cada uno recibió un segundo Vellocino guarnecido con brillantes; de todos estos vellocinos se difundían influencias según su poder operativo particular. Habían fijado en ellos una pesada medalla de oro. En la cara de esta medalla se veían el sol y la Luna frente a frente. El reverso llevaba estas palabras: El resplandor de la Luna igualará al resplandor del Sol; y el resplandor del Sol se hará siete veces más brillante. Nuestros adornos anteriores fueron depositados en cajas y confiados a la custodia de uno de los servidores. Después nuestra virgen nos hizo salir en orden.


Ante la puerta nos esperaban ya los músicos vestidos con terciopelo rojo bordado de blanco. Entonces se abrió otra puerta, que antes siempre había estado cerrada, que daba a la escalera del Rey.


La virgen nos hizo entrar con los músicos y nos hizo subir trescientos sesenta y cinco escalones. En esta escalera se encontraban reunidos preciosos trabajos artísticos y cuanto más subíamos más admirables eran; finalmente llegamos a una sala abovedada repleta de frescos.


Allí nos esperaban las sesenta vírgenes, todas opulentamente vestidas; se inclinaron cuando nos acercamos y les devolvimos el saludo lo mejor que pudimos; después fueron despedidos los músicos que tuvieron que volver a bajar la escalera.


Al tintineo de una campanilla apareció una hermosa virgen que dio a cada uno una corona de laurel; a nuestra virgen le dio una rama. Después se levantó un telón y vi al Rey y a la Reina.


¡Que esplendor y qué majestad!


Si no me hubiera acordado de los sabios consejos de la reina de ayer, habría comparado, desbordante de entusiasmo, esta gloria indecible al cielo. Verdad es que la sala resplandecía de oro y pedrerías, pero el Rey y la Reina eran de tal manera que mis ojos no podían soportar su brillo. Hasta este día había contemplado muchas cosas admirables, pero aquí las maravillas se sobrepasaban unas a otras como unas a otras se sobrepasan las estrellas del cielo.


Habiéndose aproximado la virgen, cada una de sus compañeras tomó a uno de nosotros por la mano y nos presentó al Rey con una profunda reverencia; después la virgen habló como sigue:


"En hornor de vuestras majestades reales, Graciosísimos Rey y Reina, los señores aquí presentes han afrontado la muerte para llegar hasta Vos. Vuestras majestades se alegrarán de ello con razón, pues la mayor parte están calificados para engrandecer el Reino y los dominios de Vuestras Majestades, de lo que ellas podrán cerciorarse poniéndolos a prueba uno por uno. Desearía por lo tanto poder presentarlos muy respetuosamente a Vuestras Majestades, con el humilde ruego de que mi misión se considere terminada y de que tenga conocimiento de cómo la he cumplido interrogando a cada cual. Después, depositó su rama de laurel."


*


Estámos ya, un poco de vuelta para intentar responde a aquellos que, a estas alturas, sostiene que las Bodas Químicas son un libro velado de alquimia y que Valentín Andreae fue un, al menos, aficionado a la alquimia, dado que la Obra que tenemos, entre manos, se denomina "Las Bodas Químicas" o "Bodas Alquímicas" 


Lo cierto es que las Bodas Químicas son una mera aunque compleja alegoría acerca de la transformación espiritual del Ser Humano que se encuentra inmerso en una Búsqueda Interior. La sola mención de Hermes, en éste Pasaje, nos remite a la Gnósis Egipcia de los primeros años del Cristianismo primitivo.


Christian Rosentkreutz es una alegoría del Yo que ha logrado trascender al encontrar, en su interior, a su Christos, a su Señor. Eso es lo que es la Fuente de Agua viva a la que conducen a nuestro Protagonista. Cristo, en los evangelios, es representado como "Fuente de Vida Eterna". La copa de oro representaría el cáliz de la última Cena, el Santo Grial.


En éste episodio, nuestro anciano hermano demuestra que aún sufre las debilidades propias de ser Humano. Se ha dormido y eso le inquieta sobremanera; pero como dice el dicho "Dios aprieta pero no ahoga"; se le ha hecho tarde; pero no lo suficiente como para perderse lo verdaderamente importante. Se ha perdido el desayuno; pero eso representa una nimiedad respecto del conjunto de la jornada, porque lo que viene a continuación es grandioso.


La posibilidad de observar, por primera vez, tanto al Rey como a la Reina en su plena magnificencia. Antes de la visión real, puede ver sus rostros en el medallón donde se encuentran enfrentados el Sol y la Luna. Una Luna que, según la inscripción, no refleja la luz del Astro Rey sino que emite la misma cantidad de luz; dicho de otro modo, no existe distinción de majestad entre el Sol, el Rey y la Luna, la Reina.


El Rey representa la Mente del Ser Humano y la Reina su Corazón. Solo cuando el Rey y la Reina; es decir, la Cabeza y el Corazón, están equilibrados es que es posible realizar el proceso alquímico de la Iniciación que dará lugar al Hombre Nuevo, al Hombre Celeste.


Previamente, al encuentro con sus majestades, al revestirse con este nuevo Vellocino y sus medallones, los egos han tenido que abandonar sus vestimentas anteriores. Del mismo modo que durante el proceso alquímico en el que se produce una previa disolución de los elementos y una posterior coagulación de los elementos purificados por el fuego, aquí lo antiguo es abandonado para ser sustituido por algo mucho más sutíl y espiritual.


La Fecha del nacimiento de Christian Rosentkreutz es significativa (1378), donde 1+3+7+8=19=1+9=10; es decir, 1, en un siguiente nivel, en una segunda capa del proceso de "Solve et Coagula"


Los egos líderes de la Personalidad son presentados a los reyes que se encuentran en los tronos del corazón y de la cabeza; porque aunque hayan pasado unas pruebas previas, será a continuación la prueba definitiva y donde el Espíritu deberá elegir a sus más fieles servidores.


Este Proceso de presentación ante el Fuego del Espíritu acaba cuando la simbólica virgen solicita retirarse tras su trabajo cumplido. El trabajo de haber probado primero a los egos para después llevarlos ante la presencia del Fuego Espiritual representado, en nuestro Plano de existencia, por el Rey y la Reina, por un Sol y una Luna con unos poderes extrañamente idénticos.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C



miércoles, 3 de noviembre de 2021

Lección 27, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 27"


-Tercera Jornada y IX-


La Palabra Renacimiento es un Concepto que debemos de tener muy claro y no confundir con el de Reencarnación. El Renacimiento del Espíritu es algo que se contempla como una realidad por la Rosacruz. El de Reencarnación, por el contrario, solo es una contaminación oriental dentro de la Tradición Occidental. 


Miren, es tan importante el tener claro de qué va esto del Renacimiento, que de ello dependerá el provecho que podamos sacarle a las experiencias de nuestra Vida; pero para hablar del Renacimiento, antes debemos de considerar otras cuestiones previas.


El Espíritu es el verdadero Ser real y auténtico, todo lo demás, ya sea la Personalidad como el Cuerpo Físico, son una mera proyección, en el Mundo de la Ilusión, del Mundo de la Verdad, del Mundo de Dios; es decir del Mundo del Espíritu y de las Ideas del Pleroma.


Por decirlo de algún modo, el Espíritu tiene su Morada en el Eón Sophía, básicamente, en el Pleroma, y se comunica con éste Mundo, mediante la Esfera Reflectora que es de donde parte la esencia de las estrellas que conforman nuestro firmamento. 


Cada estrella supone la morada de un Espíritu y es en su interior donde está ubicada la "Cocina del Destino", Taller o Laboratorio donde el Espíritu confecciona los guiones de las vidas correspondientes a sus múltiples y planificados renacimientos.


Si lo anterior ha quedado claro, podemos pasar al siguiente paso y es explicar la constitución trina del Ser conocido como Humano. El Ser Humano, en esencia, es el reflejo materializado del Espíritu; pero está compuesto de otras dos partes, el Cuerpo que es lo que vemos cuando nos levantamos, por las mañanas de la cama, y otra parte invisible que es intangible, el Alma. 


El Alma, para que nos hagamos una idea, es la soldadura que une al Espíritu con el Cuerpo; es decir, su vehículo de manifestación. Esta soldadura compleja está formada, básicamente, por una parte Inmortal del Espíritu con un nivel vibratorio muy bajo y una parte perecedera y mortal del cuerpo con una vibración muy alta. Esto es así para evitar la combustión espontánea de la materia. Por lo tanto, podemos decir, sin equivocarnos, que poseemos un Alma de constitución doble y que podemos dividir en Alma Inmortal, constituida de Espíritu, y alma mortal constituida de éter del mundo material.


Cuando una persona fallece; es decir, se produce la conocida como "Transición", toda la información del vehículo del Ser Humano, mediante el alma mortal pasa, automáticamente,  al Alma Inmortal y por lo tanto al Espíritu. 


Ninguna información se pierde ni para el Espíritu que mora en su Estrella ni para la Esfera Reflectora que es donde está situada la Memoria de la Naturaleza. Esperamos que hasta aquí esté todo claro.


Durante un tiempo indeterminado, después de la Transición, el Espíritu preparara su nuevo Renacimiento que podrá ser en éste Plano de existencia o en otro diferente. 


En la "Cocina del Destino", la podéis llamar como os venga en gana, el Ser Espiritual, supraconsciente, realiza el guión de su próxima vida. Este guión no es pormenorizado, lo que quiere decir que deja mucho espacio para la improvisación, la epigénesis, luego, aunque el Destino pueda estar escrito en una suerte de boceto, en modo alguno es inmutable y, por lo tanto, sí existe el Libre Albedrío y la Predestinación está limitada a nuestra hora, día y lugar de Nacimiento así como a nuestro día, hora y lugar de fallecimiento. 


También incluye, dicho guión, ciertas experiencias que el Espíritu considera, para sí,  como fundamentales. Ese guión está programado en nuestros genes a modo de una BIOS informática que, durante el transcurso de la vida, va conformando un Sistema Operativo complejo con un sistema de Inteligencia artificial, la consciencia de la Personalidad y un Archivo de Memoria donde se almacenan todas nuestras experiencias. 


Esa consciencia es completamente nueva en cada uno de los renacimientos, luego la Personalidad, que no deja de ser otra cosa que la parte del alma material, su consciencia, no posee conocimiento de cualquier vida anterior de su Espíritu, recuerden, del verdadero Ser, salvo que el propio Espíritu así lo hubiese planificado y guionizado previamente.


Usted y yo, como conciencias individuales de éste Mundo, somos "almas nuevas", siempre, aunque seamos la encarnación número tal de nuestro Espíritu eterno e Inmortal; esto quiere decir que su consciencia de Personalidad y memoria serán absorbidas por el Espíritu; pero nosotros como consciencias en el Mundo no tenemos acceso ni a la Consciencia del Espíritu ni a sus memorias almacenadas de vidas anteriores; luego, somos autónomos y parcialmente autosuficientes; ahora bien, de nuestra última encarnación, la actual, de su consciencia, depende el que el Espíritu la utilice como definitivo "Cuerpo de Manifestación Universal" o la almacene y diseñe una próxima vida más efectiva y útil que nosotros. 


Con lo anterior, queremos indicar que de nosotros depende que el Espíritu, en el futuro, nos utilice como su vehículo de manifestación definitivo o nos deseche como quien cambia un vehículo usado por otro nuevo. Sí, es correcto, podemos llegar a ser ese Clásico que el Espíritu conservará con amor y que utilizará como su vehículo más querido en las ocasiones especiales.


De nosotros, de nuestro momento presente, depende el que sobrevivamos, al futuro, como consciencia o alma. En eso consiste la Christificación, en transformar nuestra alma mortal en Alma Inmortal, en permitir que nuestro Señor, nuestro Ser, el Espíritu diga, ¡Eureka!, lo conseguí, éste será mi único y verdadero vehículo de manifestación en todos los planos y conservaré tanto su consciencia temporal como su memoria experiencial, sumándole, al final, todas las consciencias y memorias de vidas anteriores, transformándose así lo mortal, definitivamente, en Inmortal.


La Información de la Bios, antes de encarnar, se divide en dos partes. Una porción se introduce en el óvulo femenino de la madre y la otra en el espermatozoide del padre. Al darse la fecundación, las dos partes se unen, conformando la BIOS, y dando lugar al crecimiento del nuevo Individuo, su programación y consciencia o nueva alma material. Por lo tanto, cada nueva vida comienza a ser en el mismo instante en que el espermatozoide fecunda al óvulo y ahora, que cada cual saque sus propias conclusiones.


Para finalizar, el alma que nosotros conocemos y que se manifiesta mediante la consciencia es mortal, de necesidad, si no se produce la Christificación y por lo tanto estará condenada a morir, a su desaparición con la transición conocida como Muerte. Con esto, tratamos de decir que en nuestras manos está el sobrevivir o fenecer, dependiendo de la buena herramienta que podamos resultar para nuestro Señor Dios, nuestro Espíritu Eterno e Inmortal. 


Creer que lo que no hagamos en ésta Vida podemos dejarlo para una siguiente, es un error que, en absoluto, debemos de consentir y que solo es fruto de la superstición y de la ignorancia. 


""Para finalizar", Contó un compañero que un médico le había comprado leña. Se estuvo calentando con ella todo el invierno, pero al llegar la primavera, le revendió esa misma leña, que había sido utilizada pero que no se había consumido.


"¡Sin duda eso se debe al Arte!", exclamó la virgen, y añadió: "Ha pasado el tiempo y debemos dar por finalizada la velada".


Un compañero tomó la palabra para decir: "El que no haya encontrado la solución a los enigmas planteados puede preguntar a quien los contó, y seguro que no rehusarán contestar".


Se rezó la oración de acción de gracias y todos nos levantamos de la mesa felices y satisfechos, deseando que todos los banquetes acabasen de ese modo.


Cuando nos hubimos levantado, la virgen nos preguntó si deseábamos asistir al inicio de las bodas, a lo que contestamos que sí. Mientras hablaba con nosotros, despachó a un paje discretamente. Nos trataba con tanta amabilidad que me permití preguntarle su nombre. No se molestó por ello y, con una sonrisa, me contestó:


"Mi nombre consta de cincuenta y cinco, aunque solo tiene ocho letras. La tercera (3) es un tercio de la quinta (9); si la sumamos a la sexta (13), da un número (16) cuya raíz (4) supera a la primera letra (1) en una cantidad mayor que la letra tercera (3) y que es la mitad de la cuarta (4). La quinta y séptima son iguales (8). La última es igual que la primera (1) y ambas, junto a la segunda (12), suman tanto como la sexta (13) que, a su vez, tiene cuatro más de lo que tiene la tercera tres veces (9). Decidme señores, ¿cuál es mi nombre?."


El problema me pareció difícil, pero no me amedrenté y pregunté: "Noble virgen, ¿podría conoce una sola de las letras?". Ella respondió: "Desde luego". Pregunté: "¿Cuanto tiene la séptima?". Respondió: "Tanto como invitados hay en esta sala" (9). (El nueve es la representación de un algo completo, también es el número de la Humanidad. Esto quiere decir que ese 9 representa a la totalidad de los egos que conforman la Personalidad a la que representa Christian Rosentkreutz)


Esta respuesta fue suficiente y deduje su nombre: (A (1).L (12).C (3).H (8).I (9).M (13).I (9).A (1).) (Está respuesta nos la proporcionó Leibniz, un gran estudioso de la Rosacruz).La virgen se mostró satisfecha y nos aseguró que nos serían mostradas muchas cosas.


Entonces aparecieron varias vírgenes ricamente ataviadas, precedidas de dos pajes que portaban unas luces que alumbraban su camino. El primero de ellos tenía un rostro alegre y un cuerpo armonioso. El segundo parecía contrariado y, como luego pude confirmar, exigía que sus deseos se cumpliesen. Les seguían un grupo de cuatro vírgenes. La primera mostraba gran humildad y bajaba castamente la mirada. La segunda también parecía casta y humilde. La tercera parecía alterada; más tarde supe que no podía permanecer donde hubiese alegría. La cuarta nos entregó unas flores en señal de amor.


A continuación iban otras dos vírgenes mejor engalanadas aún. La primera, con un traje azul cubierto de estrellas doradas; la segunda, con un vestido verde con rayas blancas y rojas. Ambas adornaban sus cabellos con cintas que realzaban su belleza.


La séptima virgen llegó sola. Llevaba puesta una coronita, y sus ojos se alzaban al cielo. Pensamos que era la novia, dada la nobleza de su porte y su gran reputación debida a su riqueza y a su sangre, pero nos equivocamos. Ella fue la que ordenó en numerosas ocasiones la celebración de las bodas. Nuestra virgen se inclinó y nosotros la imitamos, postrándonos a los pies de esta reina que, sin embargo mantenía una actitud humilde a la par que piadosa. Extendió su mano para saludarnos a cada uno de nosotros y nos dijo que no nos sorprendiéramos por ese favor, que sería el menor de los dones que nos concedería. Nos conminó a elevar nuestras plegarias al Creador y a reconocer su omnipotencia en todo lo que estábamos viviendo, a continuar, sin desmayo por el camino iniciado y a utilizar los dones recibidos para mayor gloria de Dios y ayuda de los hombres. Estas palabras tan inspiradas, muy diferentes, a las de nuestra virgen, me llegaron al corazón. Después y dirigiéndose a mí, me dijo, "Tú has recibido más que los demás, por tanto, has de dar más".


Todo aquello nos causó mucha sorpresa, pues cuando vimos a las vírgenes y a los músicos, pensamos que iba a iniciarse un baile.


Las pesas de las que nos habían hablado estaban allí. La reina ordenó a cada una de las vírgenes que cogiera una; la última y más pesada fue para nuestra virgen, que nos pidió que nos pusiéramos detrás. Esto bajó nuestros aires de grandeza, y comencé a darme cuenta de que nuestra virgen era demasiado buena con nosotros y que no gozábamos de la alta estima que suponíamos.


La seguimos en fila y llegamos a otra sala. En ella, nuestra virgen colocó la pesa mientras entonaba un canto melodioso. En la sala no había casi nada, excepto libros de oraciones. En el centro había un reclinatorio, y en él se arrodilló la virgen. Nosotros la imitamos y nos colocamos a su alrededor, mientras repetíamos las oraciones que ella iba leyendo. Rogamos con fervor que las bodas se celebrasen para mayor gloria de Dios y para nuestro bien.


Después entramos en otra sala, donde la primera virgen colocó su peso, y así seguimos hasta que acabó éste ceremonial. Para finalizar, la reina nos volvió a tender su mano y se retiró junto a sus vírgenes. Nuestra virgen se quedó con nosotros, pero dado que ya eran las dos de la madrugada, no quiso retenernos más tiempo, aunque me pareció que disfrutaba de nuestra compañía. Nos dio las buenas noches y nos deseó que durmiéramos tranquilamente, y luego se marchó.


Nuestros pajes nos condujeron a nuestras respectivas estancias y se acostaron en un lecho dispuesto en cada una de ellas por si tenían que atendernos. No sé cómo era la habitación de mis compañeros, pero la mía estaba bien tapizada, equipada con muebles muy cómodos y unos cuadros maravillosos. Pero, para mí, lo mejor era la presencia de mi paje, tan versado y prudente que quise escuchar sus palabras durante una hora más antes de dormirme, por lo que me acosté siendo ya las tres y media de la madrugada.


Fue la primera noche apacible, a pesar de que un sueño me impidió descansar a gusto. En este sueño me empeñaba en abrir una puerta que no cedía, aunque al final lo lograba. Esta pesadilla perturbó mi reposo, hasta que por fin salió el sol y me desperté."


*


Hemos finalizado la Tercera Jornada con este prolongado intermedio lleno de extrañas adivinanzas cargadas de incoherencias. De hecho, uno de los asistentes tiene la ocurrencia de indicar que quien desee conocer el resultado de los acertijos pregunte a quienes los han formulado.


Recuerden que nos encontramos en una suerte de pasos perdidos, fuera de cualquier recinto sagrado, y donde cada cual se muestra sin careta y sin  ambages. Resultando pues, un disparate tras otro, difíciles de explicar, si no imposible.


Bien, todo es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de entender nuestro nombre oculto de la virgen: A.L.C.H.I.M.I.A.; pero vamos a ver ¿No sé atacaba con furia, en los manifiestos, a la alquimia y a los alquimistas? Eso me parecía a mí y ahora, sin más, se nos ofrece una adivinanza cuya resolución se la debemos al matemático Leibniz, el creador del Càlculo Infinitesimal, en paralelo con Newton.


¿Debemos de tomarnos en serio lo de A.L.C.H.I.M.I.A., en medio de éste desbarajuste de contestaciones a la gallega con rocambolescas historias en forma de más preguntas?


Alguien dijo que Dios escribe con renglones torcidos o también que los caminos del Señor son inescrutables; es decir: los designios del Señor son inexplicables.


Ya el propio Título de ésta Obra, "las Bodas Químicas de Christian Rosentkreutz", es significativo si consideramos que la técnica de la alchimia o alquimia, es la precursora de la química actual.


En todo el trabajo Rosacruz hay permanentes referencias, alegóricas, a los procesos alquímicos para poder explicar el largo y complicado proceso de la Christificación y, donde la paciencia del Alquimista es la virtud más valorada.


Al final de ésta tercera jornada, en pleno intermedio de relax, aparece la palabrita de marras: "Alquimia" de un modo encriptado y oculto, dando a entender que, con el comienzo de las bodas, comenzará el verdadero proceso alquímico de la Christificación.


La alquimia operativa, tan denostada por los rosacruces primitivos, sin embargo, es utilizada como ejemplo para explicar en qué consisten las Bodas Químicas. En la Alquimia se pretendía la transmutación de los metales innobles, como el plomo, en metales nobles como el Oro, mediante un producto final conocido como la Piedra Filosofal. Esta misma piedra, se decía, podía ser utilizada para producir el elixir de la larga vida; vamos, algo así como una medicina universal que retrasaría el envejecimiento y curaría todas las enfermedades.


Si miramos este asunto, seriamente y con detenimiento, vemos que todo esto tiene bastante sentido ya que las Bodas Químicas, la Christificación Rosacruz, pretende, de forma semejante, exactamente lo mismo. Convertir nuestra grosera y mortal Personalidad en una Alma noble e Inmortal, donde lo que somos ahora se transformaría, mediante el Proceso del Nuevo Nacimiento, de hijo de los hombres en Hijo de Dios, de mortal en Inmortal.


De algún modo, los primitivos rosacruces, utilizaron las prácticas de laboratorio de sus más enconados adversarios, como una plataforma teórica para poder explicar cómo se realiza ese divino proceso del Nuevo Nacimiento. 


"Respondió Jesús, "a Nicodemo" y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3)


Es importante el considerar, como colofón, la pesadilla de nuestro narrador en tanto que se encuentra ante una puerta que parece no ceder ante su intento de abrirla, sabiendo que su paje personal es el Señor de las Llaves, el único que puede abrir todas las puertas de Palacio, y que se encuentra cerca de sus aposentos, por si le surgiese algún tipo de necesidad.


Todas y cada una de las adivinanzas de ésta Jornada han sido puertas que han tenido que abrirse; pero como Nicodemo, Rosentkreutz se encuentra ante algo tan complejo que no es capáz de comprender.


"Nicodemo le pregunta "a Jesús":

¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?.

Jesús le contestó:

En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu." (Juan 3:4-8)

Lección 26, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 26"


-Tercera Jornada, VIII-


Existe un dicho muy común que dice: "Si se repite una idea, de forma constante, aunque sea mentira, terminará convirtiéndose en realidad". No se trata de que termine pasando por, o pareciendo, la verdad, sino que se convierte en Verdad. Esto podría parecer extraño si no caemos en la cuenta de que nuestro Universo es una diminuta partícula dentro de un Multiverso Infinito y donde todas las posibilidades deberían de ser contempladas. Dicho de otro modo: cualquier cosa que pudiera ser pensada, ideada o imaginada es posible si, bajo determinadas circunstancias, los universos colisionasen entre sí. Partiendo de esa premisa, cualquier tipo de dogmatismos inamovibles deberían de ser superados.


Jamás me oirán decir que esta cosa o aquella otra son imposibles. Sí les diré que esto o lo otro, bajo determinadas circunstancias, es improbable. Sí combato, por ejemplo, las ideas monolíticas como el Karma o la Reencarnación, no en cuanto a ideas, sino al intentar convertirlas, por algunos individuos y colectivos, en leyes inmutables, cuando sólo existen meros indicios circunstanciales y, un indicio, de tales características, no serviría para condenar a nadie y, por lo tanto, tampoco para determinar si se trata de una Ley Natural o de otra cosa diferente y menos relevante.


En ésta Vida, la personalidad está mutando constantemente, hasta el punto de que cada pocos años, aunque no nos demos cuenta, somos personas completamente diferentes a como éramos antes, tanto a nivel biológico y fisiológico como de personalidad. Luego la reencarnación es un hecho que se produce en vida; otra cosa, muy distinta, es determinar que la Personalidad, el alma material, reencarna durante vidas consecutivas.


Quizá, sea la primera vez que escuchas que reencarnamos muchas veces durante una misma Vida; pero seguro que sí has visto o leído que nuestro Organismo se renueva completamente cada poco tiempo. Si renueva el cuerpo, ¿no es lógico pensar que también lo haga la Personalidad?


Imaginad una pirámide hueca y cristalina, de metacrilato por ejemplo. Ahora, imaginaos que introducimos un montón de canicas de diversos colores; pero no tantas como para que las canicas no se puedan mover, mediante la agitación, en su interior. Digamos que, una vez llena, del todo, eliminamos solo un par de canicas. Pues bien, si la pirámide se mantiene estática, las canicas mantendrán su posición invariable; pero si le damos vida agitándola, comprobaremos que la canica que se encontraba en el vértice superior de la pirámide, resulta que ha dado paso a otra canica aledaña. Si esto lo repetimos, cada vez, la canica de la cúspide será diferente, dejando a la anterior desplazada un lugar.


La Personalidad, según la Gnósis, es un conjunto indeterminado de egos que funcionan de una forma jerarquizada y que parece monolítica; pero no lo es. Los egos, según las circunstancias, se van intercambiando entre sí; pero sin producir cambios radicales y esa es la causa de que seamos una Persona diferente para las personas con las que tengamos algún tipo de relación. No somos el mismo para nuestra esposa que para nuestros hijos. No somos el mismo para cada uno de ellos, ni en nuestro trabajo o estudios; ni para cada uno de nuestros amigos o desconocidos. No es que parezcamos personas diferentes, es que somos personas diferentes en cada ocasión. Luego, en ese sentido, la reencarnación es un hecho que no puede ponerse en duda; pero claro, esa no es la reencarnación de la que todo el mundo habla.


La cuestión es que si escudriñando en los textos sagrados, ya sean los tradicionalmente aceptados, los heréticos gnósticos o los propios manifiestos rosacruces, solo encontraremos unos poquísimos indicios circunstanciales y que, muy probablemente, estén diciéndonos otra cosa diferente a la reencarnación. Eso no es suficiente como para convertir a la Reencarnación en un Dogma o Doctrina de Fe.


Dado que la Rosacruz es filosófica y, en tanto que pensamiento filosófico, no puede ser dogmática, no debemos de convertir nuestras ideas en catecismos que puedan impedir la suficientemente flexibilidad que requiere una racionalidad empírica.


La Reencarnación y el Karma, tal y como están divulgados, poseen un origen oriental y poco o nada tienen que ver con la genuina Tradición de Occidente. Eso quiere decir que ¿estamos negando la posibilidad de la Reencarnación Hindú?, en absoluto, lo que tratamos de decir es que no es una doctrina proveniente de Occidente, y que no hay forma de demostrar o no su certeza; pero lo más importante, su difusión nos parece tan perjudicial como la del Cielo y el Infierno. Tal y como está contemplada la Reencarnación, es una idea que se presta a la manipulación de las personas debido al temor, el miedo, el pánico y el terror. Pues, del mismo modo que existe temor a caer en el fuego del infierno, también lo hay a tener que reencarnar una y otra y otra vez.


Si aquello, como el infierno, provoca miedo y, por tal causa, no es cierto, tampoco el caer en las contínuas reencarnaciones, puede serlo. No obstante, nunca daremos nada por sentado y, como dijimos al comienzo, en un Multiverso Infinito caben todas y cada una de las posibilidades; pero de mi boca, jamás escucharán una sola palabra ni a favor de la existencia del Infierno ni de la Reencarnación. Retomaremos esto para hablar, más adelante, del Renacimiento del Espíritu que es otra cosa muy distinta. 


Recuerden, nos encontramos en la búsqueda de la Verdad mediante el Conocimiento, la Gnósis, y no empeñados en cambiar unos dogmas por otros, basados en meras supersticiones sin una corroboración neta y consistente.


*


Un séptimo "Compañero" agregó:


"Mientras se pueda elegir todo está bien, pero mi caso es distinto. De joven me enamoré de una joven que me correspondía, pero no pudimos unirnos por las trabas que nos pusieron amigos y familiares. Se casó con otro hombre bueno y honrado. La amaba mucho y, el día en que ella se puso de parto, cayó inconsciente, de modo que fue dada por muerta y enterrada en medio de la tristeza de todos los que la conocía. Decidí desenterrarla para poder darle un abrazo, algo que no pude hacer en vida. Con ayuda de mi criado la sacamos de su sepultura; abrimos el ataúd y, al estrecharla entre mis brazos, me di cuenta de que su corazón aún latía, muy débil al principio, pero luego iba acelerándose a medida que mis brazos calentaban su cuerpo. Cuando confirmé que aún vivía la llevé a mi casa y traté de reanimarla con un baño caliente de hierbas y la confié a los cuidados de mi madre. Al poco, dio a luz a un niño sano y robusto. Ya recuperada, le conté, ante su enorme sorpresa, todo lo acontecido y le pedí que se quedara conmigo, como si fuese mi esposa. Me contestó con pesadumbre que su marido siempre la había amado fielmente, pero que, a la luz de lo ocurrido, su amor lo entregaba a su esposo y a mí de la misma manera. Pasadas varias jornadas, un día invité a su marido y le pregunté si volvería con su mujer en caso de que ella viviese. Me contestó, entre lágrimas, que sí lo haría. Así que traje a su presencia a su esposa e hijo. Le conté lo que había sucedido y le pedí que aceptara el pacto que había hecho con ella. Discutimos y no llegamos a ningún acuerdo, ni con respecto a la mujer ni al niño."


La virgen le interrumpió: "Me apena el dolor que causasteis a ese hombre". "¿Qué?", respondió él, "¿no pensáis que estaba en mi derecho?"


El asunto provocó una discusión entre nosotros. La mayor parte se mostraba de acuerdo con la conducta de nuestro compañero. Él añadió: "Le devolví a la madre y al hijo. Decidme, señores, ¿fue más recta mi acción o la alegría del esposo?


Esto último complació tanto a la virgen que nos pasó la copa para que debiéramos en honor de ambos.


Se plantearon otros enigmas tan enrevesados que no soy capaz de acordarme de todos, salvo de uno de ellos…


*


Claro, debemos situarnos en el contexto histórico de cada época. Nuestros avispados lectores se habrán percatado de que en estas historias, la mujer es tratada como si fuese un producto de transacción; en contraste con el el significativo protagonismo de las vírgenes del Palacio.


En este sentido, la historia que cuenta éste séptimo amigo adolece de ciertas incoherencias, algunas de las cuales, hoy, se verían como desviaciones del comportamiento dignas de ser tratadas en un psiquiátrico.


En primer lugar, el narrador habla de un desentierro ilegal con el fin de poder abrazar a su amada muerta. Esto, hoy se tildaría de "Necrofilia"


A continuación, dado que la mujer y su hijo habían sido sepultados vivos, por algún tipo de catalepsia, el hombre en lugar de ponerlo en conocimiento de las autoridades o avisar a su familia, resulta que secuestra a la mujer y se la lleva a casa. Con sinceridad, no tengo ni idea de como serían las leyes en el Siglo XVII, en esa zona de Europa; pero hoy, sin duda, sería constitutivo de delito.


A continuación, aprovechándose de la vulnerabilidad en la que se encuentran la víctima y su hijo recién nacido, le hace aceptar un trato infumable y bastante humillante. Tener trato con él y con su marido. La mujer, evidentemente agradecida, acepta eso como hubiese aceptado cualquier otra propuesta que su salvador le hubiese hecho.


Para rematar la faena, nuestro cínico Salvador, le comunica el episodio al marido de la "rescatada" y le comenta del acuerdo realizado, a sus espaldas, con su esposa. Naturalmente, esto produce una serie de discusiones que no pueden, dentro del sentido común, llegar a algún tipo de acuerdo; de hecho, cualquier tribunal, al recatador-secuestrador, más que aplaudirlo y condecorar lo, lo habría condenado y encarcelado.


En este caso, como era de esperar, nuestra Virgen se siente molesta, tras el relato, por el sufrimiento ocasionado al buen marido de la enterrada en vida.


A continuación, el narrador vuelve sobre sus pasos, a modo de estrategia, indicando que, bueno, como que le dio pena, recapacitó, y al final entrego a su rescatada amada a su verdadero esposo, como quien entregara una cartera perdida a su dueño, y santas pascuas. Aquí no ha pasado nada. 


Fijaos lo importante que es, en este asunto, que a pesar de haber un cierto chismorreo al respecto del Relato, muchos de los invitados estuvieron de acuerdo con el proceder del narrador. Pues bueno…


Es importante considerar todas estas cosas y recordarlas para entender lo que vendrán a suceder en los siguientes pasajes. Los egos, a pesar de haber pasado una prueba tan dura como es el pesaje; sin embargo, en general, se encuentran extremadamente lejos de estar verdaderamente preparados para asistir a las bodas.


Llegados a éste punto, todos los relatos desarrollados como contestación a la Cuestión expuesta por la Virgen, nos parecen, salvo la de Christian Rosentkreutz con su matización final, de un infantilismo flagrante y digno de ser contundentemente replicado.


Ya sólo queda un pasaje para que terminemos con este lúdico interludio y Rosentkreutz y sus compañeros puedan asistir a la Boda y, ya de paso, conocer a ese Rey tan esquivo y desconocido.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C


Lección 25, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 25"


-Tercera Jornada VII-


Rosacruz, la Filosofía Metafísica del Pueblo, o de como la Sabiduría mística llega a más personas que una colección de argots eruditos.


Los argots son propios del lenguaje utilizado en las especialidades o disciplinas universitarias. La Física, la Medicina, la Filología y la propia Filosofía, por poner algunos ejemplos. 


Todas las disciplinas poseen sus particulares y complicados argots, lo que significa, lamentablemente, que solo un Físico entenderá a otro Físico, un Médico entenderá a otro Médico, un Filólogo a otro Filólogo y, naturalmente, un Licenciado en Filosofía a otro Licenciado en Filosofía; este Sistema, basado en argots, ha contribuido a tejer un aura esotérica, a la que, los no iniciados, no pueden acceder; dicho de otro modo, si no se conoce el argot adecuado, es imposible interpretar la literatura científica, médica, filológica o filosófica...


Los argots son algo necesario para simplificar los trabajos de investigación, dado que se crean palabras simples para explicar conceptos complejos que solo podrían ser explicados, al Público, mediante estructuras constituidas de oraciones compuestas. Así, si un libro científico, pongamos por caso, estuviese constituido de mil páginas, con mucha probabilidad, para acercarlo al lenguaje común del Pueblo, debería de exponerse en varios libros de otras mil páginas.


Por ello, en el caso de los profesionales de la divulgación, los autores deben de realizar un gran trabajo de síntesis exponiendo sus trabajos en un lenguaje claro y asequible para una mayoría de la Población y utilizando, en muchas ocasiones, analogías, alegorías, metáforas y parábolas para intentar hacer comprender, de forma aproximada, un determinado texto. 


Es evidente que un Trabajo Científico resultará útil y práctico para aquellos preparados para descifrarlo; pero, los trabajos de divulgación, aún no sirviendo para nada práctico, pueden proporcionar información, meramente teórica, para todos aquellos que desean saciar su curiosidad; pero, a cambio, los lectores de los trabajos divulgativos deben de confiar en la veracidad de lo expuesto por los divulgadores, mientras que el científico o experto sabrá, con su lectura, si lo que se le cuenta es correcto o erróneo.


La Rosacruz debe de mostrar su Gnósis a todo el Mundo, al menos a la mayoría de la Población, y donde encontraremos grandes conocedores de Ciencia y Filosofía; pero también analfabetos funcionales; es decir, que aún conociendo un lenguaje básico y la aritmética suficiente para afrontar su día a día cotidiano, sin embargo, no poseen la Formación Universitaria suficiente como para conocer, con soltura, determinado o determinados agots.


El mismo Jesús, del mismo modo que los rosacruces, tuvo que hacer uso de las parábolas y alegorías; para poder, mediante ejemplos cotidianos, hacerse entender. 


Y bueno, esa es la principal diferencia entre las Enseñanzas Rosacruces y la Metafísica Académica. Esa es la causa de que los rosacruces, siempre, se anden por las ramas, mediante mitos y otras argucias de comunicación, utilizando un lenguaje sencillo; pero, a poco que se realice un mínimo esfuerzo, de interpretación, se hallará, con facilidad, lo que se nos trata de transmitir.


Por lo tanto, es fácil de distinguir un trabajo Rosacruz dirigido a todo el Público y otro erudito dirigido a una determinada Élite intelectual; porque, mientras el Rosacruz está redactando con un lenguaje sencillo y asequible, adornado de figuras literarias, el trabajo académico será imposible de entender sin un intérprete de por medio y que conozca el argot a la perfección. 


Se trata, por otro lado de un error, demasiado común, el ocultar las verdades de la Filosofía Rosacruz, tras algún tipo de argot, ya sea éste académico o esotérico, creado a exprofeso. 


*


Después "de mi respuesta, la virgen" pidió la opinión de los demás. Mi relato les había hecho pensar, y un compañero habló así:


"Hace poco, en mi ciudad se condenó a muerte una doncella. Pero el juez tuvo piedad de ella y proclamó que quien quisiera podía defenderla entrando en combate con otros para probar así su inocencia. La doncella tenía dos pretendientes, y uno de ellos se presentó armado a la espera de un rival. Más tarde apareció el otro, pero como llegó tarde, tomó la decisión de presentarse al combate y dejarse vencer para salvar la vida de la doncella. Cuando la liza acabó, ambos pretendieron a la doncella. Decidme, caballeros ¿a cual de ellos la entregarías?"


La virgen no pudo por menos que decir: "Creía ser yo la que os enseñaba y ahora me habéis cogido en mi propia trampa. Desearía saber si hay alguien más que quiera tomar la palabra"


Un tercero contestó:


"Así es. Nunca nadie me ha contado nada semejante a lo que me ocurrió a mí mismo. Resulta que, en mi juventud amaba a una bella joven y, para lograr su amor, solicité la ayuda de una anciana, gracias a la cual conseguí mi propósito. Pero los hermanos de la joven nos descubrieron cuando estábamos los tres juntos. Se pusieron tan coléricos que quisieron matarme. Al final de muchas súplicas, me hicieron jurar que tomaría a ambas alternativamente como mujeres legítimas, cada una un año. Ahora decidme señores. ¿por cual comienzo, por la joven o por la vieja?". (Maldita Gracia)


Esta historia nos hizo reír y, aunque se escucharon algunos rumores y cuchicheos, nadie se pronunció.


Un cuarto invitado contó:


"En una ciudad vivía una noble dama que era querida por todos, especialmente por un joven caballero. Este joven era muy insistente y, para quitárselo de encima, la dama le dijo que accedería a sus deseos el día en que pudiera llevarla, en pleno invierno, a un jardín lleno de verdor y de rosas, y le ordenó que no se presentara más ante ella hasta ese día. El caballero recorrió el mundo en busca de alguien capaz de hacer tal milagro, hasta que un día encontró a un anciano que le aseguró lograrlo si a cambio le entregaba la mitad de su fortuna. Llegaron a un acuerdo y el anciano hizo el milagro y el joven invitó a la dama al jardín. Éste aparecía colmado de fresco verdor y engalanado de rosas. De modo que la dama no pudo por menos que recordar su promesa. Ella le pidió al joven que le permitiera ver una sola vez más a su esposo. Cuando se encontró con él, le confió llorando lo sucedido. El Señor, con absoluta tranquilidad respecto a la fidelidad de su esposa, la mandó de vuelta junto a su pretendiente, estimando que, a un precio así, la merecía. El joven caballero, al saber de aquella actitud del esposo y temiendo cometer un gran pecado ante mujer tan honesta, la mandó de vuelta con su marido. Cuando al anciano supo todo lo sucedido, decidió, a pesar de ser pobre, devolver lo cobrado al joven. Decir, señores, ¿cuál de todas esas personas es la más honesta?"


Todos guardaron silencio, pero la virgen solicitó la intervención de más invitados. Un quinto tomó la palabra:


"Señores no me alargaré en mi discurso: ¿Quien es más feliz, el que ve el objeto amado o el que no deja de pensar en él?"


La virgen contestó: "El que lo ve". "No", repliqué yo. Y estaba a punto de abrirse un debate, cuando un sexto invitado intervino:


"Señores, tengo que casarme. Puedo hacerlo con una doncella, una viuda o una casada. Ayudadme a elegir y yo os ayudaré a resolver las cuestiones anteriores."


*


Parece que seguimos en pasos perdidos y en un ambiente jovial y distendido. Las respuestas que se producen, aquí solo veremos algunas, son a cada cual más disparatadas y algunas hasta con un sentido del humor falto de todo sentido del humor.


Seguimos con el mismo error que apuntaló Rosentkreutz. La cuestión es que la opinión de la decisión final no podemos ofrecerla nosotros, sino la persona implicada en ello; lo contrario, sería una falta absoluta de respeto al Sentido Común. A parte de que la cuestión es absolutamente surrealista y contraria a cualquier tipo de legalidad. Este asunto no recibe respuesta alguna.


En el primer relato que aquí vemos; de antemano, la decisión debe de ser siempre de la Pretendida, pensemos nosotros lo que pensemos o hagan los pretendientes lo que hagan. 


La tercera respuesta es tan disparatada que casi no merece algún comentario, salvo que los egos asistentes se rieron cuando, maldita la gracia que tiene, pareciera un relato sacado de la Celestina. En ninguna cabeza cabe que los hermanos de la Joven vayan a emitir una sentencia tan incongruente y contraria a los intereses de su Hermana.


En el cuarto relato, se solicita a los invitados que determinen cuál de ellos es más honrado, cuando en el fondo son todos y cada uno de ellos tontos de remate. En primer lugar, la Dama, en lugar de decirle que iría con su Pretendiente cuando la ranas criasen pelos, es lo mismo, podría haberle dicho, simplemente, que está casada y le es fiel a su marido. Es idiota el encoñado pretendiente por ofrecerle la mitad de su fortuna al anciano por realizar tal milagro. Es idiota el marido de la pretendida por entregarla a su pretendiente por creer que la merece por haber pagado una fortuns, es idiota el pretendiente, doblemente, por desistir de su pretensiones tras haber pagado, y es rematadamente idiota el anciano por devolver el dinero por un trabajo ya realizado. Sin comentarios 


La última de las contestaciones, aquí expuestas, la más corta, sigue adoleciendo de impropiedad, pues nadie puede ayudarlo en tales cuestiones, además la casada debería de quedar descartada, pues ¿Que alguien me diga?, ¿Como pudiera alguien casarse con una persona ya casada?, salvo que se encontrase divorciada, en cuyo caso ya no sería una mujer casada. La decisión de elegir solo la puede tener él y, por supuesto, la decisión final de éste asunto no se encuentra en él sino en la Doncella o la Viuda que serán las que tengan que decidir cómo acaba todo esto.


Nos cuesta trabajo sacar algún tipo de enseñanza de estos relatos, salvo que los egos se creen graciosos sin serlo, inteligentes sin serlo y ocurrentes sin tampoco serlo.


Hasta el momento, la única respuesta coherentes es la que ofreció nuestro narrador en el anterior pasaje; pues aquí, ni la virgen da en el clavo cuando indica que es más feliz quien ve a su amada que quien piensa en ella. La escueta respuesta de Rosentkreutz, en este asunto, podría parecer un juicio de valor; pero lo cierto es que no tuvo ocasión de finalizar su argumentación.


Pobre amor sería aquel que depende de estar viendo a la persona amada. Es más razonable pensar que el Amor y, por lo tanto la felicidad, no depende de ver a nuestro amor con nuestros ojos o tenerla delante nuestro, sino de que la tengamos, presente, constantemente en nuestros pensamientos, pues la unión física es una unión temporal y solamente parcial. La Unión mental es permanente y para siempre, incluso aunque el objeto de nuestro amor muera o desaparezca.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C

Lección 24, Tercer Grado, Primera Orden

  "Las Bodas Químicas 24"


-Tercera Jornada VI-


La Rosacruz puede considerarse Gnóstica, en tanto que es una Escuela que busca la Verdad libre de dogmatismos y conceptos preconcebidos.


Ciertamente, casi todas las escuelas de pensamiento poseen un origen gnóstico; pero dejaron de serlo, con el tiempo, en el instante en que el Conocimiento fue transformado en doctrina y sustentado por conceptos dogmáticos inamovibles y monolíticos.


Así, básicamente, ninguna religión o ideología política pueden, en modo alguno, ser consideradas como gnósticas, pues son cadáveres inmutables, en lugar de ideas vivas, flexibles y en permanente proceso de cambio; en tanto que un perfeccionamiento filosófico.


Evidentemente, con el paso del tiempo, el concepto de Gnósis se ha ido transformando para definir cosas diferentes a su real y verdadero significado, Conocimiento; pero en nuestro Colegio nos ceñimos a la interpretación original y no a las interpretaciones costumbristas de cada época.


La Gnósis se encuentra implícita, en tanto que Pansophía, en la Rosacruz por su carácter de Reforma Permanente de las ciencias, el arte y el pensamiento. Esta Reforma, inconclusa, podría considerarse una utopía inconquistable; pero que sirve de meta lejana para seguir andando el Camino. En ese sentido, podría considerarse como una Revolución permanente en busca de la imposible perfección.


Los seres humanos somos, en general, amigos de la comodidad y nos resulta complicado abandonar nuestra zona de confort, y es por dicha causa que siempre estamos dispuestos a aceptar preceptos enlatados y digeridos por terceros, sin pararnos a pensar si pueden o no estar avalados por las reglas y leyes que rigen el Universo; es decir, si son o no correctos.


Solo en ese sentido, de poner en duda permanentemente la Realidad, es que la Rosacruz es científica en el sentido pleno del término; pero no se agarra a la Ciencia como una colección de dogmas inmutables, en éste caso científicos, sino que su permanente puesta en duda de las cosas, la convierte en la perfecta Herejía y, es por ello, que las religiones oficiales, han perseguido a la Gnósis, en todo tiempo, a sangre y fuego.


La Gnósis Rosacruz no puede ni debe de catalogarse en una serie de conceptos rígidos; es decir, en forma de catecismos y credos; sino que, debe de estudiarse como si se tratara de un Ser Vivo en permanente cambio o evolución.


Dicho todo lo anterior, respetemos cualquier definición histórica posible acerca de la Gnósis; pero debemos de tener claro lo que en nuestro Colegio se entiende por "Gnósis" y así poder entendernos. Gnósis es Conocimiento, sin más, libre de tintes especulativos y sujeto al permanente estudio mediante las herramientas de la Lógica y de la Razón; es decir, la Gnósis siempre será algo de Sentido Común, libre de interpretaciones espúreas, elucubraciones y supersticiones.


La Gnósis Rosacruz no puede aceptar historias falsas o fantasías imposibles, en tanto que no sean analogías simbólicas para intentar explicar aquello que fuere difícil de explicar de modo literal.


Por otro lado, tenemos la Agnosis (a gnoia), de Agnosticismo que significa lo opuesto a Conocimiento; es decir, Desconocimiento. El ser consciente de nuestro Desconocimiento es el primer paso para abrazar el Conocimiento; es decir, convertirnos en, más que gnósticos o conocedores, seguidores de la Gnósis, del Conocimiento.


Cuestión aparte del Conocimiento (i gnósi) y de su opuesto, el Desconocimiento (ágnoia) o aceptación de nuestra Ignorancia es el Falso Conocimiento (psevdi Gnósis) o Pseudo Gnósis, constituida por patrañas, fantasías, embustes y mentiras. 


La Pseudo Gnósis se utiliza como sucedáneo de la verdadera Gnósis para que no caigamos en la cuenta; es decir, no seamos conscientes de que en realidad somos unos ignorantes agnósticos y no tomemos las medidas necesarias para combatir la Ignorancia. Por eso se dice aquello de "Qué atrevida es la Ignorancia" y que, en realidad, debería de decirse "Qué atrevida es la Pseudo Gnósis", porque aceptar la Pseudo gnósis es como aceptar nuestra ignorancia como un verdadero conocimiento, no contrastado, basado en supersticiones sin argumentos sostenibles.


Por otro lado, para reconstruir la verdadera Gnósis, debemos deconstruir el falso conocimiento (pseudo gnósis). Eso significa hacer tábula rasa y desechar todo lo que conocemos como si fuera falso y comenzar a construir el Conocimiento (Gnósis) partiendo desde cero; es decir, desde la aceptación de nuestro Desconocimiento (Agnosis), porque solo así podremos librarnos del pesado lastre de las mentiras, falsedades y supercherías que, desde chicos, nos han inculcado en la escuela, la familia y la calle.


*


"Al fin llegué a una gran sala, por donde mis compañeros ya habían pasado. En ella había un Globo Terráqueo de treinta pies de diámetro aprox-9mt. La mitad de la esfera estaba bajo el suelo y la rodeaba una barandilla con escaleras. El Globo se podía mover y dos hombres lo hacían girar (suponemos que gracias a unos cojinetes) de modo que no se veía lo que había debajo de la línea del horizonte. Unos anillitos de oro estaban situados en distintos puntos y, aunque pensé que, sin duda, tenían un significado, no alcanzaba a entender cuál podría ser. Mi paje sonrió y me pidió que me fijase con más atención, y así descubrí que mi país estaba señalado con un anillo; un compañero buscó el suyo y también estaba marcado por el anillo. Esto mismo les ocurrió a otros compañeros, tras lo cual  un paje nos dio la siguiente explicación.


"Ayer, el viejo astrónomo de nombre Atlas le dijo al Rey que los anillos de oro correspondían a los países de origen de los invitados". 


A pesar de que yo no había pasado la prueba, "voluntariamente", mi Patria estaba marcada, pues había sido ordenado que se nos pesará de todos modos, ya que "La Patria de uno de nosotros se distinguía por un motivo importante". Mi paje añadió que él era el paje más importante entre los otros pajes y que por esa razón estaba a mi servicio. Le mostré mi agradecimiento y volví a observar mi país, y pude comprobar que al lado del anillo brillaban bellos centelleos. Cuento estos hechos como fueron, sin presunción ni orgullo.


Aquel Globo me enseñó muchas otras cosas que prefiero no relatar. Que ahora el lector piense por qué razón no todas las ciudades tienen un Filósofo.


Luego pudimos visitar el interior del Globo, procediendo del siguiente modo: En el espacio mayor, el que representaba el mar, había una placa con tres sentencias y el nombre del autor. Esta placa podía levantarse, y así se descubría una entrada. Pasamos por ella y pudimos penetrar hasta su centro. Utilizando una plancha móvil en la que cabían cuatro personas. En este centro hallamos otra plancha, esta vez redonda y, al llegar a ella pudimos ver las estrellas, aunque era pleno día. Me pareció que eran carbunclos que seguían su curso de forma ordenada, y esas estrellas brillaban con tal esplendor que no podía apartar mi vista de aquel espectáculo. Mi paje se lo contó después a la virgen, que se rió de mí con ganas.


Llegó la hora de la cena. Yo me había entretenido tanto en el Globo que temía llegar el último, así que me apresuré a ponerme la ropa adecuada que antes me había quitado y me dirigí a la sala. Los criados me mostraron tantos signos de respeto y me hicieron tales reverencias que lograron confundirme y ni siquiera miré a mi alrededor. De modo que pasé al lado de la virgen sin darme cuenta de que me esperaba, pero ella sí se percató de mi turbación, me cogió de la ropa y me condujo hasta la mesa.


Pido perdón por no hablar ni de la música ni de otras maravillas que allí había, pues me faltan palabras para describirlas ya que, en resumen, todo lo que allí podía verse reunido era producto del arte más sublime.


Durante la cena nos contamos las visitas de la tarde, aunque yo no mencioné la nuestra a la biblioteca ni al panteón de los monumentos. Cuando el vino empezó a hacer su efecto, la virgen tomó la palabra y dijo:


"Queridos invitados, en estos momentos estoy en desacuerdo con mi hermana. En nuestros aposentos tenemos un águila y, las dos pretendemos ser su favorita y no hemos llegado a un acuerdo sobre cuál de las dos lo es. Para dar fin a este asunto, decidimos presentarnos juntas y aceptamos que la elegida sería aquella con quién mostrase mayor atención y afecto. Cuando nos presentamos yo llevaba, según mi costumbre, un ramo de laurel en la mano, y mi hermana no llevaba nada. Cuando el águila nos vio, dio a mi hermana el ramo que llevaba en el pico y, a cambio, a mí me pidió el mío, y se lo di. Las dos interpretamos que cada una era la preferida. ¿Qué opinión os merece este caso?"


La pregunta de la virgen despertó nuestra curiosidad y todos buscamos una respuesta. Las miradas de mis compañeros se centraron en mí y me pidieron que fuera el primero en manifestar mi opinión. Me turbé de tal modo que no supe responder sino planteando a mi vez un problema similar:


"Señora, solo un problema nos separa de la solución a la pregunta y sin él, la respuesta sería sencilla. Yo tenía dos grandes amigos; ambos ignoraban cuál era mi preferido, así que decidieron venir a mi corriendo, pensando que aquel a quien yo acogiese el primero sería mi predilecto. Al empezar a correr, uno no pudo seguir al otro, se quedó rezagado y se puso a llorar; al que llegó primero lo acogí con sorpresa. Cuando me contaron la razón de su carrera no pude solucionar su dilema y aplacé mi decisión hasta averiguar cuáles eran mis sentimientos."


La virgen se sorprendió de mi respuesta y comprendió lo que yo había querido decirle y me contestó: "Estamos en paz"


*


En ésta larga jornada, cargada de maravillas que, en parte, pudieron ser parte del espectáculo, del enlace matrimonial, en el Palacio Palatino, nuestro Protagonista nos muestra algo, cuyo nombre desconoce, y que nosotros entendemos que es un Planetario. Esa esfera representa al Campo Aural y en cuyo interior se encuentra el Microcosmos. Esto se ve claro cuando vemos que cada uno de los egos que han pasado la prueba de las pesas, aquí conocidos como los invitados, están representados en la Bóveda exterior por un anillo de oro. En ese globo, Alemania, aunque no se nombra, está significada de forma especial, dado que por la Fama conocemos que es la Patria de Christian Rosentkreutz; ahora bien, esto simboliza que nuestro Protagonista es el representante, más significado, de la Personalidad del Microcosmos; pero además, también se nos dice que, el Portador de llaves, el paje de nuestro Amigo, también es el más importante de todos ellos.


Los pajes, ya dijimos que eran una suerte de entidades egregóricas semejantes, en escala, a los arcontes. Digamos que estos elementos son una suerte de intermediarios, interfaces, entre las almas espirituales y sus egos materiales. Como vimos, además, está entidad que es la que sirve al Líder, posee la capacidad, como vimos, de abrir las puertas a solicitud de su Señor.


Ya comenzamos a vislumbrar, casi desde el comienzo, que Rosentkreutz es el ego Líder de la estructura piramidal de la Personalidad; pero en estos párrafos queda meridianamente claro, dado que es recibido con vítores y honores, como si fuese un Príncipe o un Noble Señor.


Se nos muestra que aunque todos los egos pueden ser candidatos al liderazgo, solo puede haber uno y ese no puede ser otro que el más sabio de todos. El Filósofo. Aquel que, llegado el caso, deberá de cargar con la mayor parte del trabajo de Christificación.


El interior del Globo es una bóveda celeste por el que pueden verse los astros y otros cuerpos del firmamento y, esto, no es otra cosa que el interior del Campo Aural del Microcósmos del Individuo como Entidad compuesta.


Llegados a éste punto, vemos que existe un paje dedicado para cada ego y que cada uno de esos pajes depende de una virgen determinada que depende, del mismo modo, de Su Majestad el Rey y donde Rosentkreutz es el Ego elegido, el Paje es su medio y la Virgen es la parte Espiritual del Alma Inmortal que posee conexión con los egos, con el fin de que puedan ser entidades vivas y, por lo tanto, útiles para el Trabajo de Transformación y Ascensión.


Para finalizar, la pregunta y la respuesta, construidas de ambos relatos, viene a determinar que es el ego quién está capacitado para decidir y que nada ni nadie podràn decidir por él y, en eso consiste el libre albedrío. Nosotros, jamás, podremos determinar lo que piensan los demás. La única solución consiste en preguntar al sujeto implicado y, como dice nuestro Peregrino Rosacruz, incluso el propio sujeto está sujeto a reflexionar acerca de la contestación adecuada, porque, en ocasiones, ni el propio sujeto conocerá la respuesta.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C