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miércoles, 15 de febrero de 2012

KAOS QUÁNTICO, Libro IV: Cosmogénesis; El Loco

KAOS QUÁNTICO

Libro IV

Introducción


Este apéndice ha sido estructurado para todos aquellos que, habiendo leído Kaos Quántico, quisieran profundizar más en sus recovecos místico-filosóficos. Antes que nada, queremos certificar que Kaos Quántico y este apéndice son obras de ficción, fantasía, y que cualquier posible parentesco con la realidad será pura coincidencia; no obstante, si el espíritu del Lector encuentra similitudes con su Verdad interior, eso es algo que sí ha sido buscado por el autor. Está compuesto por veintidós capítulos breves que asimismo poseen dos partes bien diferenciadas. Por un lado, se han utilizado, como guía espiritual, los arcanos mayores del Tarot, con el fin de realizar una historia cerrada y coherente que reconstruya el Multiverso de Kaos Quántico desde un punto de vista puramente metafísico, huyendo de cualquier apariencia respecto a sus personajes o argumento original. Del otro lado, se ha pretendido, por medio de los Conceptos Quánticos, indicar lo que el autor ha pretendido decir, con algunos términos, en el transcurso de la Obra.

Sí, porque esta no es una Obra de entretenimiento al uso y que si tan solo eso hubiese conseguido, entretener,  éste se daría por satisfecho; pero hay algunos, lo sé, que según han trabajado su lectura, han ido incursionando en parcelas de su propia mente y que hasta el momento de su lectura les habían estado vedadas. Para esos lectores, principalmente, está desarrollada esta Cosmovisión. No obstante, como toda arquitectura espiritual, una novela en sí lo es, pretende dejar una obra de arte, herencia espiritual, presta a ser observada primero y desmenuzada después por cualquiera que se acercara a disfrutar o aprender de su hechura.

En todo instante, el autor ha pretendido que todo fuera simple y didáctico. Que no tuviese que andar navegando, en forma paralela, por los sinuosos vericuetos que proporcionan los diccionarios y enciclopedias al uso. No sabemos si lo hemos conseguido; tan solo el sincero lector podrá responder a esa pregunta que yo mismo me hago. En el film, dentro del laberinto de Jim Henson, cuando la niña se acerca a la entrada, un duende le indica que no dé nada por sentado. Es cierto, nunca hay que dar nada por sentado, incluso a pesar de que se proporcionen apéndices tan voluminosos como en el presente caso. La vida es demasiado compleja como para resumirla en unos pequeños conceptos.

Sirvan, no obstante, si se quiere, estas palabras para tender una mano de amistad entre el sufrido lector y este enrevesado autor. Dispuesto quedo a atender todas aquellas cuestiones que se me plantearan y que en nuestra humilde capacidad pudiéramos responder, siempre a sabiendas de  que esas posibles respuestas solo serían útiles para mi propia Persona; porque hay una cosa de la que no debemos dudar nunca, y es que el Maestro está siempre en el interior de cada uno de nosotros. Uno solo podría ser útil para dirigir la mirada del lector hacia un punto concreto de su firmamento interior; pero, al final, siempre queda uno solo ante la Vida del Espíritu. También sirva, de modo egoísta, como feedback que realimente nuestra propia imaginación con miras a posteriores creaciones literarias de esta índole.

En definitiva, con la construcción de Kaos Quántico y éste, su apéndice necesario, hemos construido una especie de auto-salvavidas espiritual con el fin de que la, siempre curiosa, mente pueda encontrar esas respuestas que siempre se le escapan, a pesar de realizar incursiones en las diferentes organizaciones que detentan el hipotético poder de lo místico, religioso y filosófico. Huyan siempre, aléjense de Guías y Gurús, presuntamente espirituales y que como poco lo único que pretenden es llevarse, cada día, un mendrugo de pan a la boca; como mucho, procurarían dominarnos y manipular nuestras mentes con el fin de conseguir un Poder que no sabrían conseguir de otro modo. Aléjense de las sectas y emprendan un camino de evolución y perfeccionamiento propio. Ese camino es el que este autor emprendiera cuando comenzó a escribir Kaos Quántico y que evidentemente solo se acabará cuando la bendita muerte lo llame a su lado. Espero que mi trabajo les supusiera, a Vds, un simple trampolín.

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0 (Sin Número) - El Loco

Hijo mío, cuando veas al Loco, caminando, apártate un poco de su lado pues es imposible saber como reaccionará.

El Loco es un Ser virgen y sin domar. Es como si acabase de nacer y no conociera todo su potencial. No es ni bueno ni malo; pero te puede hacer más mal que bien. Un empujoncito por acá un golpe por allá y el daño habrá sido hecho. El no posee conciencia del bien o del mal.

No te engañes, Hijo, el Loco no es un menso, un tonto. No te mofes de él porque las fuerzas que lo protegen se podrían volver contra ti. La locura y la genialidad suelen ir dadas de la mano; pero para aprender del Loco deberás cuidarte aunque sin mostrar tu natural desconfianza. Si el Loco se da cuenta podría volverse muy peligroso. Hay que andar en sintonía con él; pero sabiendo cuando poder apartarte. No te hagas mala sangre ni te sientas culpable cuando tengas que retirarte. Hazlo sin más, el Loco lo entenderá y cuando te vuelva a ver no sentirá rencor en su corazón.

No parece llevar camino alguno y va siempre de mata en mata, al borde del precipicio, Un precipicio inmenso por cuyo borde solo puede caminar él. Solo el Loco se atreve a viajar con tan poco equipaje y por tan inhóspitos parajes. Si tú te aventuras a ir a su lado, aprende todo lo que puedas, pero intenta no perder el camino escogido. El camino del Loco hoy puede llevar a un lado, mañana a otro y al siguiente regresarte al punto de partida. Junto al Loco, hijo mío, no desesperes, ten paciencia.

Todo el Universo se encuentra dentro del Loco; pero es un Universo caótico en un movimiento perpetuo. Hoy está calmo y mañana las estrellas se devoran unas a otras. Todo el conocimiento de la naturaleza se encuentra en la mente del Loco; pero el Loco no puede sacar provecho de ello. Solo quien camina a su lado podrá tomar consejo de sus actos y aprender de sus atinos y errores. El no es consciente más que del instante que conocemos como presente; pero es tan fugaz que es inaprensible.

Al Loco hay que amarlo y ayudarlo pero nunca intentar entenderlo. Intentar entender al Loco ya es en sí mismo una insensatez. Intentar comprender las acciones del Loco supone quedar expuesto a esa enfermedad contagiosa que  conocemos como locura.

Todos llevamos dentro de nosotros un Loco así; pero atado con las cadenas de la costumbre y la educación. El Hombre cuerdo mantiene el potencial del Loco en su interior. Allí está, hazme caso; pero no saldrá a la luz salvo que se lo fuerce a salir. El Alcohol, el Juego, los Celos, las Drogas. Todas esas cosas y seguro que alguna más podrían despertar al Loco que todos llevamos dentro encadenado con los grilletes del hierro de la costumbre.

No despertemos al Loco Hijo mío. Dejemos que siga en su mazmorra tejiendo su propio Universo interior. Aprendamos de su infinito conocimiento; pero no nos dejemos llevar por su caos. El Loco es difícil que pudiera caer por el precipicio; pero tú o yo sí. Si caemos perderemos, al menos, una vida. El Loco sigue ahí esperando volver a la vida una y otra vez; pero si morimos nosotros, tanto tú como yo, habremos desaparecido para siempre.

El Loco es la esencia Divina del Hombre y posiblemente de toda la Naturaleza. Su energía es infinita; pero caótica y aparentemente sin sentido, por lo menos un sentido que tú y yo, de momento, somos incapaces de comprender. Dejemos que el Loco siga su camino y no nos apartemos demasiado de él porque más tarde o más temprano dará con la salida del laberinto; pero a cierta distancia, hijo mío. Deja cierta distancia para no caer en el vórtice de su divina vorágine.

El Loco es Potencia sin control aparente. Un control que realmente si existe aunque no nos percatamos de su existencia; pero un control ante el cual ni tu ni yo somos nada. Nada importante, y de ahí el peligro del Loco y de su locura. Hoy podremos ayudarle; pero mañana no recordará nada y si es necesario para continuar su camino nos precipitará por el precipicio. El no tendrá jamás conciencia de culpa, si eso sucede, ya que en el fondo él sabe que todo tiene un sentido y que tanto la Vida, como la Muerte, no son más que dos caras de una misma moneda.

Por eso te insito Hijo mío, no desprecies al Loco, ámalo pero sin crear un apego que el no sabría corresponder. Aprende de su desapego y de su sabiduría interior aunque por fuera parezca carente de ella.

En el Loco está concentrada la divinidad. El Loco deberá despertar y cuando ello suceda ya nada más tendrá importancia; tan solo conocer, que ese camino, junto al precipicio, habrá cobrado su verdadero significado.

Concepto Quántico del Cosmos

Intentemos imaginar, con un cierto esfuerzo, un microcosmos completo con sus cúmulos, galaxias, sistemas estelares con planetas y lunas. Sigamos imaginando que ese único microcosmos es un Ser Vivo y se llama Hombre, viviendo solitario en su propia dimensión espacio-temporal...


Volvamos a imaginar infinitos microcosmos como el descrito existiendo solitarios en sus mundos eternos, sin principio ni fin, en sus respectivas dimensiones espacio-temporales.

Con un último esfuerzo, supongamos que cada uno de esos microcosmos se superponen e ínter penetran, unos a otros, ocupando el mismo espacio físico pero en frecuencias vibratorias diferentes.

Supongamos que esa esfera múltiple, desde un punto de vista cuántico, es un punto sin dimensiones, infinitamente pequeño e infinitamente grande.

Ahora, supongamos que cada uno de los hombres, Adam, se refleja en cada uno de los universos del resto de microcosmos.

Llegados a este punto tendríamos la siguiente constitución, y que a mi parecer es la más plausible de todas las cosmologías.

Dentro de cada dimensión existe un solo Universo, donde cada microcosmos de hombre es tanto su Logos, su Demiurgo así como su Dios “en mayúsculas”. En todos y cada uno de los microcosmos se reflejan, solo se refleja, todos y cada uno del resto de los infinitos microcosmos.

En definitiva, tendríamos que en cada Universo solo existiría un Ser Verdadero, el resto tan solo serían imágenes, marionetas o reflejos de seres reales, constituidos por la propia materia del microcosmos hospedante, viviendo su realidad particular, dormidos, en su propio microcosmos. El Adam, dueño de cada microcosmos, es eterno e inmutable dentro de su propio mundo; pero su reflejo en el resto de mundos está sujeto a las variaciones propias de las leyes que allí actúan.

Concretando, todos tendríamos un avatar en cada uno de los microcosmos del multiverso y solo seríamos reales, aunque dormidos, en el nuestro propio. ¿Como podemos ser conscientes de que el Universo en el que vivimos es realmente el nuestro o es solo un espejismo? Fácilmente: si estamos sujetos a la fuerza de gravedad, a las enfermedades y al nacer y morir quiere decir que no vivimos en nuestro microcosmos original. Somos, entonces, el reflejo de nuestro Dios. Luego, todos los seres que vivimos en este Universo solo somos espejismos de un Ser Verdadero. Solo el Microcosmos, durmiente, de cada Universo es el propio Adam real de su Mundo independiente. Solo, cada Adam, toma consciencia como Avatar en los Universos que no son el propio.

Los microcosmos se estarían relacionando entre sí, de forma múltiple, mediante reflejos conscientes, entre otros seres nosotros mismos, en cada uno de ellos conformando una inmensa y eterna Obra de Teatro sin principio y sin fin, que se desarrolla en infinitos escenarios.
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