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viernes, 3 de febrero de 2012

KAOS QUÁNTICO, Libro III: Horizonte Quántico, Al otro lado

En la mayor parte de las ocasiones, el éxito de una Obra de Teatro no se encuentra en la mejor o peor interpretación de los actores sobre el escenario, que también; sino en el trabajo, de preparación previo, tras las bambalinas. La Humanidad deberá tener un agradecimiento infinito a todos aquellos personajes de cartón piedra que se quedaron en el camino, ya que todos fueron imprescindibles para poder completar la Comedia de la Vida y así permitir que, los Humanos Verdaderos, regresen con su familia para celebrar y festejar el éxito de tan Cósmica Obra.

El Vigilante (Apuntador de la Función)

(Dimensión Magonia–Alpha-Omega)

EL DESENLACE

Al Otro Lado



Diario del Capitán Eustaquio Theodorus Gladis:

Tras modificar las características del núcleo del reactor, siguiendo las instrucciones del Teniente Gladis Rivera, la Buscadora V ha salido de la Vía Láctea para adentrarse en los límites mismos del Gran atractor.

No tenemos la suerte de contar con la compañía del Comandante Goltrun ni la del Jefe Oscar Obanium, ya que ambos desembarcaron en la Estación Espacio Alejado none, antes de comenzar esta odisea hacia lo desconocido. 

El Gran atractor es un gigantesco cúmulo de galaxias, en la frontera del Universo conocido, y hacia donde parecen dirigirse nuestra propia galaxia y sus compañeras del Cúmulo Local de Virgo.  No es la primera vez que alguna de las Buscadoras abandona la galaxia con la intención de realizar investigaciones en el espacio profundo. Gracias a los conocimientos místicos adquiridos del misterioso Transeúnte, el Teniente Rivera ha podido desarrollar las modificaciones oportunas.

–Capitán Gladis –Se pudo escuchar la voz de Rivera por medio del intercomunicador de la Nave.

– ¿Teniente?

–Si le fuera posible, Señor, me gustaría comentar con usted algo de vital importancia, aquí en la Sala de reactores.

–Enseguida voy Señor. Rivera, Comandante Protón, hágase cargo del Puente.

El Número Uno asintió con un gesto y se dirigió al sitio que dejaba vacante su Capitán.

Ya en la Sala de reactores.

–Lo que nos temíamos, Señor, parece confirmarse.

–Explíquese Señor Rivera.

–El colapso gravitatorio del Universo comenzó hace millones de años...

–Pero –Interrumpió su superior–, ¿No estaba demostrado que las galaxias y cúmulos se estaban alejando unas de otras debido al estallido primordial del Big Bang?

–Sí Señor; pero ese conocimiento era relativo. Una simple ilusión o aberración espacio temporal, ya que la Luz que estudiábamos se había producido casi en el mismo nacimiento del Universo. Ahora, sin embargo, nos encontramos más cerca y las ondas electromagnéticas que podemos analizar son mucho más recientes. No cabe ninguna duda, Señor, el Big Crunch comenzó mucho antes de que la Especie Humana germinara en los océanos de la Tierra.

– ¿Cuanto tiempo le queda al Universo, Teniente?

–Eso es lo malo… Es impredecible Capitán… No poseemos los datos suficientes ni la capacidad de cálculo necesaria; pero mucho me temo que el efecto se está produciendo de forma aritmética en potencias cada vez más elevadas.

– ¿Acaso quiere decir que el vaso de agua que es nuestro Universo, podría desbordarse con una sola gota de agua?

–Eso mismo Señor. El vaso no sólo se encuentra lleno sino rebosando.

– ¿Podríamos con la capacidad de cálculo informático del Primero?

–Me temo capitán, que la capacidad de Protón está igualmente limitada; sobre todo, desde que Wagner lo transformara en una Entidad biológica.

–Podríamos sumar las capacidades de cálculo del cerebro neural de la Buscadora a las del cerebro cuántico de Protón – Interrumpió el Teniente Comandante Rodríguez–, disculpen si he escuchado su conversación; pero pasaba por aquí y...

–No importa –dijo el Teniente–, podrían resultar muy valiosas sus consideraciones, Rodríguez...

–Si fuésemos capaces de crear –continuó el Jefe de máquinas–, un bucle espacio temporal, podríamos impedir que el colapso gravitatorio del Universo continuara; por lo menos lo frenaríamos de un modo indefinido.

–No creo –intervino el Capitán Gladis–, que la Buscadora V, pueda crear la suficiente Materia exótica de Antimateria, como para realizar su hipotético proyecto.

–Cierto –continuó el Teniente Comandante mientras ponía un gesto de desaprobación–, Los colectores Bunsen de la Nave sólo pueden recolectar una pequeña porción del hidrógeno que se encuentra disperso por el Universo. La antimateria que se saca de aquél es suficiente para crear el campo subespacial para adquirir velocidad de curvatura. Si forzásemos los cristales de Tritium al máximo, incluso podríamos crear un diminuto agujero de gusano que nos permitiera trasladarnos por el espaciotiempo lineal de nuestro Universo. Eso es todo.

–Para crear una distorsión cuántica –relevó Rivera en su exposición al Teniente Rodríguez–, suficiente para realizar un bucle de las características predichas, sería necesaria una potencia millones de veces superior. Si sumáramos la energía producida por todas las naves hiperespaciales de la Federación de Galaxias Unidas, desde su constitución como tal, sólo tendríamos una mil millonésima parte de lo que nos hace falta.

–Sólo hay una Entidad, en el Universo, capaz de semejante hazaña –Intervino el Capitán.

– ¿No se referirá usted a Wagner, verdad? –Preguntó Rodríguez.

– ¿Quién sino...?

–Computadora –ordenó–, localiza al Alférez Wagner.

El Capitán Gladis, cuando tomó el mando de la Buscadora, para quitarse de en medio al incordio de la Entidad atemporal, conocida como Wagner, lo propuso para oficial honorífico de su Nave. Desde que así lo hiciera, nunca tuvieron que sufrir las bromas del Ente Inmortal.

–Capitán –se escuchó la femenina voz del Ordenador neural–, el Alférez Wagner se encuentra fuera de servicio y ha desaparecido en compañía de la asistente psicólogo Petunia.

– ¿Cuantas veces le habré dicho a Wagner que no debe abandonar la Nave sin mi permiso? –Protestó el Capitán.

–Es su tiempo libre –Apuntó el Teniente Rivera.

–Tiene usted razón; pero este Wagner, siempre es tan oportuno.

Esperemos que en su omnisciencia sea capaz de intuir lo que aquí está sucediendo.

*

–En el mismo instante en que te traslades a otra Dimensión, Humberto, tu mente tomará ocupación del Clon Personalidad que vive en aquella; por lo tanto no te extrañará que nuestros cuerpos cambien. No obstante, siempre podrás reconocerme, utilice uno u otro envoltorio.

– ¿Laura que haces?

–Abriendo un Portal como tú me has enseñado.

La mano y brazo derechos de Laura Estrella Luminosa realizaron un arco de 360 grados en el sentido de las manecillas de un reloj analógico y al instante apareció un vórtice de luz blanca, cuyos remolinos se asemejaban a un campo de espesas nubes que fuera arrastrado por un tornado horizontal.

–No tengas miedo Humberto. Dame la mano y entremos.

Humberto Romero dirigió su vista hacia atrás, vaciló durante un instante; pero al final hizo un pequeño esfuerzo mental y siguió a su bella y amada guía a través del agujero ínter dimensional. Iban dados de la mano, caminando por el jardín…in…in

–Laura, ¿Donde nos encontramos?

–Cállate Wagner, aquí no soy Laura sino Petunia.

– ¿Wagner?

La mente de Humberto Romero ocupaba un cuerpo familiar; pero diferente al que había poseído hacía unos breves instantes. Miró a su Compañera y reconoció a Laura en un cuerpo extraño, más maduro y de color.

– ¿Petunia? –Preguntó.

– ¡Sí!, ¿Que hay de extraño?

– ¿Nos encontramos, de nuevo, en el interior de la Buscadora?, parece diferente.

–Así es, Alférez. Esta es otra nave del futuro, mucho más sofisticada. Me ha gustado mucho el paseo que me has proporcionado por otra dimensión.

– ¿Proporcionado yo? –El Alférez Wagner permaneció extrañado.

Todavía no acababa de asimilar el cambio que se había producido.  Aún se sentía como la personalidad Humberto Romero, policía virtual de la Red; pero algo le decía que en este plano de existencia, aquello era tan sólo una ensoñación.

Aquí era Wagner y era él quien poseía poderes. Petunia –Laura del Otro Lado–, sólo poseía conocimiento y sabiduría. De algún modo parecía como que fuesen complementarios; pero sólo uno de ellos era la Matriz de una Mente Primigenia.

Petunia era un Clon de Laura Estrella Luminosa; pero Wagner no era un Clon de Humberto Romero sino del Otro, de otra Matriz partícipe de un único destino con el Caballero Bifredo de Albany; de ahí que tardara tanto en reconocer su nueva situación, al haber cambiado de Plano y transformarse en Wagner.

–Laura...

–Chisss, ¡Llámame asistente psicólogo Petunia!

–Petunia, ¿Cuando vas a eliminarme? Debes regresar al otro plano en busca de Albany. Los dos no podremos sobrevivir, y si él muere, yo también habré muerto.

–Eso ya lo sé; pero no pretendo eliminarte, tan sólo utilizaré una puerta trasera en la geometría de los universos y te abandonaré en esta Nave, al cuidado de nuestros amigos del Universo de Magonia. De hecho, si no regresas a Alpha-Omega habrás desaparecido como Humberto Romero..., eso creo.

–Entonces, el bucle jamás se abrirá y los universos estarán condenados a un infierno de eterno frío.

–Confía en mí Wagner, yo sé lo que tengo entre manos.

–Capitán Gladis –habló el Número Uno por su comunicador–, el Alférez Wagner y la asistente psicólogo Petunia se encuentran en el Puente.

–Protón –ordenó el Capitán–, reténgalos a toda costa.

–No es necesario, Señor, ellos le están esperando.

El Capitán Gladis asomó por la abertura del turbo ascensor.

–Alférez, ¿No le dije que no abandonara la Nave sin mi permiso?

Wagner empezó a recordar su situación en dicho Universo.

–Capitán Gladis yo..., yo..., lo siento de veras, no volverá a pasar.

–Señor –Intervino Petunia–, Wagner sólo pretendía ser amable conmigo. Me ha llevado a dar un volteo por las extintas minas glonink de Ruta Puente.

–Eso les salva a los dos –Sonrió Gladis–, tenemos un problema que sólo usted puede resolver Wagner.

–Usted dirá capitán –Dijo la Entidad, a pesar de que sabía de qué se trataba.

Aparecieron por el turbo ascensor tanto el Teniente Rivera como el Señor Rodríguez.

El Capitán les miró y luego hizo lo mismo con Wagner.

–El Teniente Rivera le expondrá el problema. 

–Wagner, el Universo se colapsa y no sabemos cuando será su final. Puede suceder dentro de un millón de años o en un microsegundo, mientras hablamos...

–Señores –Interrumpió el Alférez–, en eso consiste la gracia de la Vida. Si ésta no fuera imprevisible, no merecería la pena vivirla ¿No creen ustedes?

–No es gracioso Wagner, necesitamos de su divina intervención – Interrumpió Rodríguez, poniendo un gesto de terrible seriedad–, hay que crear un bucle dimensional que permita absorber el exceso de materia que está llevando al colapso definitivo de nuestro Universo.

Apartó Wagner la mirada de su contertulio y la dirigió hacia su Capitán.

–Cuando ingresé en la Flota Estelar, nuestra Flota Estelar, gracias a sus auspicios capitán, me hicieron prometer y juré que no interferiría jamás, bajo ningún concepto, con mis poderes en el destino de cualquiera de las razas inteligentes, ¿No pretenderán que rompa con mi palabra?

–Pero es el destino de todo el Universo el que se encuentra en juego, Wagner –Intervino Petunia.

Wagner miró con extrañeza a su compañera. En su memoria genética, el Universo Continuo de Gestar había introducido muchos conocimientos que ahora le iban a ser de utilidad. Él sabía que si realizaba, podía hacerlo, lo que los humanos le estaban exigiendo, el Caos más absoluto se abocaría sobre aquella Dimensión y se produciría un efecto dominó sobre el resto de los universos. Todo terminaría cayendo en las manos del Eterno Frío.

–La mariposa bate sus alas y se produce un huracán a miles de kilómetros.

– ¿Que misterio es ese, Alférez? –Preguntó el Capitán de la Buscadora V.

–Si intervengo, Gladis –empezó a tutear a su superior–, se producirá un terrible efecto secundario de proporciones inimaginables para ustedes. El destino de su Mundo debe seguir su curso. No hay otro remedio...

– ¿Wagner? –Interrumpió Petunia.

–Tú deberías saberlo, igual que yo, Laura –continuó la Entidad mientras Petunia ponía un gesto de desaprobación por utilizar, aquél, un nombre que no le correspondía en esta dimensión–, no hay nacimiento sin muerte. La mariposa no podrá nacer si antes la oruga no se disuelve en el interior de su crisálida.

–Hable en Cristiano, Wagner –Exigió el Capitán.

–Ya se ha dicho más de lo que se debía decir, Gladis, su vida no tiene importancia ya que es un espejismo de otro lugar, su propia Nave no importa, la tripulación tampoco. Todos ustedes, yo mismo, somos clones de Entes superiores cuyos arquetipos viven en la singularidad de la que surgieron éste y otros infinitos universos.  Esa singularidad es Gestar Gestar. Como recordará, todos deberemos regresar, con un cúmulo de experiencias. Yo mismo, a pesar de mi aparente poder no dejo de ser un Clon que deberá fenecer para que el Otro pueda Vivir para toda la Eternidad.

Petunia y la tripulación de la Buscadora quedaron como petrificados mientras escuchaban, anonadados, la sabia perorata de la Entidad.

–No puedo caer, de nuevo, en la tentación de ayudarles, Capitán, además mis poderes no son tales y deberán regresar con aquella que me los cedió temporalmente.

–Laura –continuó Wagner–, regresa a la Dimensión de Alpha Omega, con toda tu memoria restaurada. Reniego de mis poderes una vez que te hayas trasladado al Otro Lado.

–Pero Wagner, ¿Qué vas a hacer? –Protestó la asistente psicólogo de color.

–El Universo de Alpha Omega, Gaia, así como la Magonia de la Buscadora V, y su tripulación, son clones del Universo de Gestar; donde todo el proceso de corrupción cuántica comenzó. Todos los universos son clones y han comenzado a colapsarse. Yo quedaré, aquí, sin poderes como el Alférez Wagner, para compartir el destino que les depare a mis compañeros y amigos.

–Pero tu no puedes hacer eso –protestó de nuevo Petunia–, yo te amo Wagner, te amo Humberto Romero.

–Tú no sabes lo que dices, Laura, tú amas al Arquetipo de este Clon. Ese Otro es el que deberá compartir tu destino para toda la Eternidad. Vosotros dos deberéis acabar el trabajo que tú sola comenzaste, cuando abandonaste, voluntariamente, el Universo Original de Gestar. Eso dice una memoria que no entiendo ni comprendo; pero que sé que es así.

–No sé de lo que hablas Humberto; pero no lo permitiré. Debes salvar a la Federación de Universos Unidos. Debes rescatar a la Inteligencia. No puedes dejar que todos ellos desaparezcan, no puedes, no pue... –Petunia desenvainó una enorme daga y la clavó en…

–Arjh…Ésta conversación es ridícula –La Entidad conocida como Wagner chasqueó los dedos y todo se acabó– Esto duele, hay amores que matan… 

*